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Testimonios de Cabify "Trabajé más de 400 horas en un mes para Cabify por un sueldo de 822 euros"

La multinacional española, con sede en Delaware, presume de un modelo de negocio rentable que crea miles de puestos de trabajo y genera más impuestos que el taxi. Sin embargo, conductores denuncian unas condiciones de trabajo más que abusivas. La justicia tendrá que decidir sobre si es legal el modelo de negocio. 

Aplicación con la que se solicitan automóviles de Cabify.- EFE

ALEJANDRO TORRÚS

A Sergio R. le gusta conducir. La opción de trabajar como chófer le resultó atractiva. Se interesó por una oferta colgada en la app de trabajo temporal JobandTalent como conductor. Ofrecían un salario de entre 1.100 y 1.200 por trabajar ocho horas al día con un horario flexible. Era sábado. Ese mismo lunes, Sergio tuvo la contestación para su primera entrevista con la empresa de trabajo temporal. La superó. También es verdad que solo le pidieron el carné, un traje y no tener antecedentes penales ni sexuales. Le citan para la semana que viene. Esta vez, según cuenta, con la empresa Gestaxi, ahora Auro New Transport Project. Le impartieron un curso de riesgos laborales de oficinista y una pequeña prueba colectiva sobre cómo desplazarse en Madrid. No era difícil. De hecho, se podía repetir el test hasta tres veces y el que tuvo problemas recibió ayuda del monitor. Et voilà. Sergio R. se convirtió en conductor privado. Es ahí cuando descubre para quien va a trabajar. La empresa Jobandtalent, que le hace el contrato, cede sus servicios a otra gestionada por Auro New Transport Project, que a su vez ofrece sus servicios de transporte a través de la aplicación Cabify. De hecho, la empresa Cabify no tiene vehículos ni conductores propios. Son terceras empresas las que operan a través de esta aplicación con conductores contratados a través de empresas de trabajo temporal.

Sergio, nombre ficticio a petición del propio trabajador, firma un contrato de 40 horas semanales y un sueldo neto de aproximadamente 1.000 euros con la posibilidad de aumentar sus ingresos a partir de un punto de la facturación y una prima por mantener cinco estrellas de valoración en la aplicación de Cabify. La propia compañía le entrega un coche de alta gama negro. El primer día de trabajo, sin embargo, llegan las sorpresas. Le piden que trabaje 11 horas diarias un total de 6 días a la semana. Es decir, 66 horas semanales, 26 más de las que marca como máxima el Estatuto de los Trabajadores. En ese tiempo, Sergio R. tiene que recaudar más de 4.000 euros mensuales para comenzar a ingresar el 40% de lo que facture. Es decir, de cada euro ingresado por encima de los 4.000 euros, el conductor se lleva 40 céntimos. Sergio trabajó en el mes de mayo, único que completó en la empresa, un total de 233 horas, alrededor de 58 horas menos de las exigidas y 73 horas más de las legales. Facturó 2.900 euros, lejos de los 4.000 alcanzados. El jefe de su grupo lo llamó a capítulo. Tiene que aumentar la "productividad". Primer aviso. 

El primer día de trabajo la empresa informó a Sergio que tenía que hacer 11 horas días durante seis días a la semana

El propio Sergio aporta a este periódico varios archivos de audio en los que se le oye dialogando con su responsable directo. En una de estas conversaciones, el responsable del equipo reconoce que los conductores tienen que trabajar 66 horas a la semana y que la facturación mínima es de 4.000 euros. Nada de eso estaba en el contrato. También le dicen que recaudar 2.900 euros, como él ha hecho en 233 horas de trabajo, "no es rentable ni para la empresa ni para nadie". "Ten en cuenta que para que a la empresa le sea rentable son 4000 euros. Nosotros no podemos tener un conductor por debajo de 3.000 euros. Es que no sale rentable", incide el responsable. A las pocas semanas Sergio recibe el primer aviso de despido inmediato por baja productividad. Empleados han llevado este caso ante la Inspección de Trabajo. No son los únicos. También lo ha hecho el sindicato CNT en Barcelona que, además, según avanzó a este medio, acudirá en próximas fechas a un juzgado de lo mercantil de Madrid para denunciar a Cabify y empresas intermedias por "competencia desleal"

Anuncio de Jobandtalent en Facebook que esconde una oferta para ser conductor de vehículos de Cabify

Anuncio de Jobandtalent en Facebook que esconde una oferta para ser conductor de vehículos de Cabify

La empresa que contrató a Sergio a través de una Empresa de Trabajo Temporal (ETT) estaba gestionada por Gestaxi, ahora Auro New Transport Concept, una de las compañías más importantes de las cerca de 400 que prestan servicio en Cabify. La conocida aplicación, como ya se ha dicho, no tiene en nómina a conductores y no posee coches propios sino que llega a acuerdos con otras empresas, que agrupan las licencias VTC (vehículos de alquiler con conductor) y a conductores y vehículos, para que usen su aplicación a cambio de una comisión de entre el 20 y el 25%. Una de ellas es Auro New Transport Concept. No obstante, este caso es especial. Se trata de una de las cuatro grandes empresas del sector del boyante mercado de las licencias VTC. Su presidente, José Antonio Parrondo, viene de la patronal del taxi y tiene en su accionariado a los fundadores de Tuenti Zaryn Dentzel y Félix Ruiz, quien además es presidente ejecutivo de la ETT Jobandtalent. Además, como nos confirman a través del teléfono de contacto de la compañía, esta empresa también gestiona de manera integral licencias de Taxi. Negocio completo. Este medio ha intentado contrastar con la empresa la situación laboral de sus empleados, así como el resto de información que se publica sobre la compañía. Sin embargo, ha sido imposible a pesar de las repetidas llamadas telefónicas. 

"Puede haber casos individuales de  abusos laborales en empresas que no cumplen las reglas. Pero son las menos. Eso no sucede en Cabify", dice su manager regional para Europa

Quien sí atendió la llamada de este medio fue Cabify. El manager para Europa de la compañía, Mariano Silveyra, resta importancia a los casos de abusos laborales contenidos en estas páginas y lo reduce a asuntos puntuales. Silveyra, de hecho, reconoce que Cabify tiene conocimiento de las horas que trabajan los conductores ya que queda registrado en la aplicación. También señala que los conductores suelen tener una media de 40 horas semanales y dice, incluso, que alguna vez han dado algún toque a una empresa para que se cumpliera la ley.

"Puede haber casos individuales de empresas que no cumplen las reglas. Pero son las menos. Eso no sucede en Cabify. Alrededor de Cabify hay más de cinco mil trabajadores y usted me está hablando de lo que le han contado tres conductores. Más de 400 empresas prestan servicio para nosotros. Suena muy ridículo lo que usted me está planteando", responde a Público Silveyra, que añade que su empresa "no es Deliveroo". "¿Por qué no hace usted un reportaje sobre la explotación en el mundo del taxi o de la hostelería?", incide el manager para Europa de la multinacional. 

Los casos concretos planteados por Público al responsable de Cabify le parecen "situaciones aisladas". Sin embargo, Público ha tenido acceso a un planillo con las horas trabajadas por los conductores de uno de los grupos de trabajo de una empresa que opera con Cabify durante el mes de mayo del presente año. Ha sido elaborado por una de las empresas intermediarias con datos de la App. Cuesta creer que las cifras de la columna roja hagan referencia a horas trabajadas. Pero así es. Hay conductores que en el mes de mayo trabajaron 407 horas, es decir, una media de 13 horas al día durante el mes de mayo. Otros suman 390 horas, 360, 287.... Todas las marcas están por encima de las 40 horas semanales. 

Planillo con las horas de trabajo de cada trabajador. Los nombres de los trabajadores han sido tachados con el color negro para proteger su identidad. La columna destacada en amarillo recoge las horas trabajados en un mes por conductores de Cabify.- PÚBLI

Planillo con las horas de trabajo de cada trabajador en el mes de mayo. Los nombres de los trabajadores han sido eliminados para proteger su identidad. La columna destacada en rojo recoge las horas trabajadas en 31 díasmes por conductores de Cabify.- PÚBLICO

La empresa, sin embargo, vuelve a negar estos números. "Estos empleados no te lo dirían, pero existe una diferencia entre las horas de conexión, que es lo que ellos dicen que trabajan, y las horas efectivas de trabajo", señala Silveyra en un inicio, dando a entender que Cabify solo cuenta como trabajo las horas en las que los conductores tienen un servicio y no el tiempo que transcurre entre que el trabajador enciende la aplicación y está disponible para la empresa hasta que lo apaga y comienza a disfrutar de su tiempo libre. Minutos después, sin embargo, Silveyra se desdice y apunta que Cabify considera como trabajado cada minuto que el conductor mantiene la aplicación conectada y que ellos registran una media de "40 horas semanales por cada conductor". 

Así, el manager de la compañía vuelve a apuntar que los casos mencionados deben ser "casos aislados" e incluso afirman que a veces han dado el toque a alguna empresa por no respetar los derechos de los trabajadores. "Puedes coger miles de casos de trabajadores que están encantados. Tras años de paro ahora son conductores y están encantados con su salario. A todos nos encantaría ganar más, pero aquí tienen un trabajo genuino y honesto".

Trabajadores satisfechos... de 10 horas al día

Dicho y hecho. Desde Público contactamos con más trabajadores. Uno de ellos es Francisco, tiene 51 años y es pintor de profesión. Llega a la oferta de conductor privado a través de una oferta en redes sociales de la ETT JobandTalent. Parecía una buena oportunidad de reconversión. Le dieron un coche y comenzó a trabajar. Durante el mes de mayo trabajó alrededor de 400 horas por una nómina de 822,5 euros. 

"Hice unas 12 o 13 horas al día entre semana y los viernes y sábado hacía 16 horas. En total , trabajé más de 400 horas al mes. Sin embargo, al final de mes me llegó una nómina de 822 euros. Me habían descontado dinero por el trayecto a mi domicilio que hago cada día con el coche y otros 180 euros porque un día, a las 7 de la mañana, después de 13 horas trabajando o yo que sé, me quedé dormido y me di un golpe con una mediana", señala Francisco, que califica el trabajo de 'engañabobos'. "Te lo ponen tan bonito... Coche a estrenar, trabajas cuando quieras, pero nada. Se ríen de ti", concluye. 

"Hice unas 12 ó 13 horas al día entre semana y los viernes y sábado hacía 16 horas. Sin embargo, al final de mes me llegó una nómina de 822 euros", denuncia un extrabajador 

Pero no todos los trabajadores contactados por este medio, que han sido muchos, están descontentos. Para nada. A continuación, mostramos dos ejemplos de trabajadores satisfechos con el empleo de conductor privado que encontraron a través de Jobandtalent. Uno de ellos es Luis, también con nombre ficticio ya que sigue prestando servicio en la APP desde València. "Estoy contento con el empleo. A mí me gusta conducir y estoy mejor aquí que en un bar o yo qué sé", señala este joven a Público

Luis cuenta que trabaja 10 horas al día por un sueldo base de 780 euros. Eso sí,  en esa larga jornada laboral no incluye las aproximadamente dos horas diarias que pasa al día esperando a que entren clientes. Es decir, Luis, realmente, trabaja 12 horas diarias. "No es el curro de mi vida pero me da para salir adelante. Estoy contento. A mí me gusta conducir y tengo buena relación con los compañeros", dice. 

Discurso similar tiene Ramón, joven andaluz con nombre inventado que emigró a Madrid en busca de trabajo. Trabaja para una empresa que presta servicio a su vez para Cabify. Este mes de junio es su segundo como conductor. En el primero, tras trabajar 10 horas y media al día durante 6 días a la semana le dijeron que no estaban del todo contentos con su rendimiento y la empresa de trabajo temporal decidió enviarlo a otra empresa, donde está en la actualidad, que también presta servicios para Cabify. 

"Estoy compartiendo el coche con otro compañero de trabajo. Lo tengo 12 horas yo y otras 12 horas él. De esas 12 horas trabajo realmente unas 10 horas y media entre unas cosas y otras durante seis días a la semana", dice Ramón, que atiende a Público un martes, su día libre de esta semana. Tiene cuatro días libres por mes. "El sueldo está bien. Tengo una base de 1.070 y siempre puedo subir algo por tener cinco estrellas de valoración en la aplicación y por superar el objetivo de 3.500 o así", dice este hombre. 

Ramón trabaja 10 horas y media al día durante 6 días a la semana. Está contento. Es mejor que la hostelería

A Ramón, no obstante, hay cosas que no le convencen del todo. Por una parte, dice que en la primera página de su contrato pone que tiene un período de prueba de dos meses, pero que otros compañeros le han dicho que, más adelante, ese mismo contrato especifica un año. Este medio no pudo comprobar este extremo. Otra cosa que no le gusta nada y que repite un par de veces es el rumor que corre entre conductores de Cabify de que la empresa otorga los mejores servicios a otras empresas que son de su propiedad y los servicios más cortos, que dan menos beneficio, al resto de compañías. Es decir, los viajes de, por ejemplo, más de 30 euros irían para conductores de empresas de los mismos propietarios que Cabify. Se trata, incide Ramón, de un rumor que él cree que la práctica demuestra. 

Entramado empresarial 

El entramado empresarial que rodea a Cabify es cada vez más difícil de desenmarañar. La empresa, que presume de españolidad, tiene su matriz en Delaware, un pequeño estado de Estados Unidos que en la práctica es un pseudo paraíso fiscal que la empresa prefiere calificar como "un Estado con ventajas fiscales". "Sobre todo es muy ágil a la hora de hacer ampliaciones de capital o dirimir conflictos judiciales. Casi todas las compañías del IBEX tienen una matriz en Estados Unidos para captar inversiones. Es fundamental. Si el Estado español fuera más ágil y fuera más fácil... desde el inicio hubiésemos estado en España", explica Silveyra. Las ventajas fiscales a las que se refiere el manager de Cabify son, básicamente, el secreto bancario y la ausencia de impuestos sobre sociedades, renta, patrimonio o derecho de sucesión. 

La empresa, no obstante, incide en que paga todos sus impuestos en España. También niega que utilice la fórmula del precio de transferencia, la vía habitual de las multinacionales con sedes en paraísos fiscales o en territorios con baja tributación para pagar los menores impuestos posibles en España. Este periódico ha solicitado a Cabify los datos de cuántos impuestos paga en España y de cuántos coches tiene en las calles. La segunda petición fue rechazada directamente por Silveyra en la conversación telefónica. La primera, a través del correo electrónico. "Lamentablemente no podemos facilitar esta información", reza el correo. Sí se sabe, porque ha sido publicado por los medios de comunicación, que la empresa no ha pagado el Impuesto de Sociedades en los últimos años porque generaba pérdidas.

"Cabify paga lo mínimo. Están en Delaware y tienen que pagar muy pocos impuestos. Creo que solo paga el impuesto de sociedades y han declarado perdidas varias veces"

Su mánager para Europa incide una y otra vez en que este periódico recoja que "una licencia VTC tributa hasta 11 veces más que la de taxi" y que Cabify y el entramado de 400 empresas que tiene alrededor "tributan más que todo el sector del taxi en España". La frase es repetida dos o tres veces más por Silveyra. Sin embargo, tampoco hay manera de demostrarlo. Sobre todo porque Cabify no aporta los datos que corroborarían su afirmación. 

El periodista y redactor jefe de Teknautas, Manuel Ángel Méndez, experto en estas nuevas empresas tecnológicas como Uber o Cabify, explica que la afirmación de Silveyra tiene dos trampas. Por una parte, afirma, el sector del taxi tributa menos de lo que debería tributar. Por otra, incluye en la ecuación a las cerca de 400 empresas que hay alrededor de Cabify, pero que no son de su propiedad por lo que la carga fiscal no recae sobre ellos. "Cabify paga lo mínimo. Están en Delaware y tienen que pagar muy pocos impuestos. Creo que solo paga el impuesto de sociedades y han declarado perdidas varias veces. Esto es lo de siempre. Ellos se desentienden de la fuerza laboral, de los trabajadores, que los contrata de otras empresas, pero cuando les interesa los incluyen en la ecuación para decir que pagan tantos o más impuestos que el mundo del taxi", responde el periodista. 

La realidad que es indiscutible es la atracción que ha despertado el mercado de las licencias VTC al gran capital, ese que lleva nombre de fondos de inversión y se parapeta en fórmulas poco accesibles para la población. Tal y como describe Méndez en los últimos años hemos vivido "una auténtica orgía financiera de creación de sociedades, compras, ventas y cambios accionariales con un solo objetivo: posicionarse mejor que nadie en la gestión de licencias VTC". 

Manuel Ángel Méndez ha reflejado en sus investigaciones cómo solamente 26 personas han conseguido amasar 450 millones de euros en apenas unos años. El que comenzó con todo este negocio fue Juan Ortigüela Tellería, presidente y propietario de Ares Capital, que llegó a acumular 4.000 licencias VTC que vendió por entre 50.000 y 60.000 euros al fondo King Street Capital. La cara más reconocible entre su accionariado es la de Jaime Castellanos, presidente en España del banco de inversión Lazard, expresidente de Recoletos, de Vocento y cuñado de Emilio Botín

El precio administrativo de las VTC es de 37 euros. Sin embargo, ahora mismo en el mercado el precio está por encima de los 50.000 euros

Otra de las empresas es la ya mencionada Auro New Transport Project, antes conocida como Gestaxi, la empresa en la que trabaja Sergio, el protagonista del inicio de este reportaje. Por último, la última gran empresa que opera en el sector es Vector Ronda, que fue constituida en 2015 como filial de Cabify pero que cambió de nombre tras la inyección de capital que recibió en 2017 del fondo Gat Inversiones, controlado por el exdueño de Pepephone, Rosauro Varo, y su socio Pablo Ferré. También tienen una participación importante en esta compañía Juan de Antonio, fundador de Cabify, y Juan Ignacio García, director financiero de la empresa. 

Porque si una parte del negocio es el rendimiento que cada coche otorga a las empresas, la otra es la compraventa y especulación con las licencias. El precio administrativo de las mismas es de 37 euros. Sin embargo, ahora mismo en el mercado el precio está por encima de los 50.000 euros. La burbuja es tremenda. "Una pata del negocio es la compraventa de las VTC. La otra son los ingresos del negocio en sí mismo. Calculamos que se trata de unos 1.500 euros limpios por coche con todos los gastos descontados de lo que Cabify se lleva entre un 20% y un 25%. Es mucho mucho dinero. Pero, ¿quién paga esta rentabilidad? Los conductores. Hay una precariedad brutal", resume el periodista de Teknautas. 

Al final, como en muchos otros casos de nuevas empresas tecnológicas, será la justicia la que tendrá la última palabra sobre el modelo Cabify. Así lo manifiesta el profesor e investigador en Derecho del Trabajo en la Universitat de València Adrián Todolí. "Ha habido diferentes denuncias ante Inspección de Trabajo, pero no ha resuelto ninguna todavía. Están en fase de investigación. En València, en Madrid, en Barcelona y en Sevilla, pero no ha habido resolución", informa Todolí, que destaca que el asunto central es conocer si hay "una cesión ilegal de trabajadores" a Cabify. 

"La Justicia debe dirimir si las empresas interpuestas ejercen de empresarios con voluntad y destino propios o, por el contrario, ponen toda su mano de obra a disposición de Cabify y cumplen con la voluntad de esta última. En la legislación española, la cesión de trabajadores solo lo pueden hacer las empresas de trabajo temporal. Por lo que Cabify tendría que cambiar su modelo de negocio si se considera que hay una cesión ilegal de trabajadores. La justicia decidirá", sentencia Todolí. 

De momento, este viernes Cabify y Podemos tendrán un acto de conciliación tras la demanda de la empresa por las afirmaciones de dirigentes del partido morado que acusaban a la multinacional de no tributar en España, de no cumplir la legislación laboral y de fomentar la precariedad. Después, habrá que esperar a las decisiones de Trabajo sobre las denuncias de trabajadores que, tal y como advierte Todolí, están por resolver. Por último, habrá que estar atento a la nueva denuncia que CNT Barcelona ha anunciado contra la compañía por "competencia desleal". Tiempo al tiempo. 

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