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Contra la violencia machista Miles de personas acuden a Sol en apoyo a las ocho feministas en huelga de hambre 

La monologuista Pamela Palenciano representa 'No solo duelen los golpes' para recaudar fondos y cubrir los costes de la acción de la Asociación 'Ve la luz', en lucha y protesta para pedir que la violencia de género se considere cuestión de Estado.

A primera hora de la tarde, miles de personas procedentes de otras manifestaciones en la capital acudieron a la Puerta del Sol a solidarizarse con las huelguistas de hambre. / CARMEN SANTOS

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Miles de personas acudieron a primera hora de la tarde de hoy a solidarizarse con las ocho huelguistas de hambre que permanecen acampadas en la Puerta del Sol en protesta contra la violencia machista y exigiendo un inmediato pacto de Estado entre todos los partidos para hacer frente a esa lacra.

Los que fueron confluyendo en el lugar más emblemático de la capital, origen de la Asamblea Sol que convirtió el 15-M en un auténtico movimiento de masas, procedían de otras manifestaciones y concentraciones que se habían desplegado durante la mañana en Madrid –como la carrera contra la guerra en Siria y, sobre todo, las marchas sindicales contra la precariedad laboral–.

Todos ellos se sumaron a las personas que ya estaban en la Puerta del Sol apoyando a las feministas y se organizó una nueva asamblea espontánea multitudinaria como las que pusieron en marcha los grandes movimientos ciudadanos de 2011 en adelante.

'No solo duelen los golpes' en Sol

Madrid, en la mediodía de este domingo, muestra abarrotada la plaza más emblemática de la ciudad. La Puerta del Sol se baña en el astro rey y es escenario del trasiego de locales y turistas. Hoy está quizá más llena de lo habitual. Los sindicatos CCOO y UGT han convocado una protesta contra el encarecimiento de la vida, por el empleo y los salarios dignos. Y de dignidad saben mucho las ocho mujeres que llevan nueve días en huelga de hambre. Es su forma de protestar contra la violencia machista, de convertirlo en una cuestión de Estado. De, como ellas mismas afirman, "cerrar puertas a los maltratadores y conseguir políticos que no les tengan miedo" y que creen legislaciones de protección integral.

Ayer por la tarde se corrió la voz en redes sociales: "¡Urgente! Mañana domingo haremos el monólogo No solo duelen los golpes en Sol para apoyar a las mujeres en huelga de hambre". Su autora es Pamela Palenciano, y muchas de las asistentes la conocen: "Yo la he visto en la función que hace en el teatro del Barrio, pero ella tiene mucha generosidad y actúa en cualquier parte. Hace una labor muy importante en colegios e institutos", comenta una mujer de pelo rizado que ha cogido sitio en primera fila. Pamela imparte talleres a niños y jóvenes en los que traduce al lenguaje coloquial conceptos como el amor romántico, los celos, la posesividad, el machismo, la desigualdad y otras formas de violencia, tanto en la península como en El Salvador, donde estuvo viviendo un tiempo.

Pamela Palenciano, representando 'No solo duelen los golpes' en la Puerta del Sol / PÚBLICO

Pamela Palenciano, representando 'No solo duelen los golpes' en la Puerta del Sol / PÚBLICO

Pero también los adultos aprenden  con No solo duelen los golpes. "Perdonad por la calidad del sonido" -se disculpa Pamela antes de empezar ante unos cuantos centenares de personas, justo enfrente de la Puerta del Sol- "pero es lo que tenemos. Vamos a dejar un bote para ayudar con los gastos judiciales a la Asociación Ve la luz", anuncia. Las ocho mujeres en huelga por el "terrorismo de la violencia machista" pertenecen a esa entidad gallega, encargada de defender y apoyar a mujeres y niños y niñas supervivientes de la violencia de género y otros abusos. 

La desigualdad no solo se da entre sexos: también entre el primer mundo y el tercero, ricos y pobres, heterosexuales y homosexuales

"Voy a hacer mi monólogo, a contar mi historia, aunque la verdad es que me intimida la lucha tan fuerte de estas ocho mujeres", dice Pamela, mientras las señala y el público las aplaude. Las ocho llevan apostadas bajo una carpa y sin probar bocado desde el jueves 9 de febrero. Entre los asistentes, personas de todas las edades. Algunas sorprendidas de la presencia de tantos hombres, mayores y jóvenes. "Si hay infiltrados de la Asociación Custodia Compartida o de SOS Papás y otros machirulos, que se esperen al final", lanza Pamela. Y empieza a contar la historia de su primer amor, de cómo aprendió que lo que duele no es solo el golpe físico, de cómo la sociedad ha puesto al hombre arriba y a la mujer abajo. Pero la desigualdad no solo se da entre sexos, también entre el primer mundo y el tercero, entre el norte y el sur, entre un profesor y un alumno, entre la heterosexualidad y la homosexualidad.

"El patriarcado y el capitalismo se encontraron un día, se enamoraron y se casaron por la Iglesia. El capitalismo le dijo, oye, tu desigualdad me viene genial para hacer mis distinciones entre ricos y pobres", narra Pamela en un tono divertido y jocoso, mientras el público ríe y aplaude, asiente con la cabeza y recibe y asimila los balazos de lo que ella cuenta. El humor y la ironía arrojan con más fuerza las verdades a la cara. 

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Denuncia por "apología del maltrato"

Pamela Palenciano vivió en sus propias carnes, cuando era muy joven, un duro episodio de maltrato. A partir de ahí cuenta su historia para intentar que no se repita en otras niñas. Hace pocas semanas,  un hombre que se decía "víctima de la violencia de género" y que militaba en una asociación masculina por la custodia compartida, la denunció por "apología del maltrato". Ella, sorprendida, explicaba a Público que este episodio le había recordado a cuando vivía en El Salvador. Un amigo suyo Guardia Civil le recomendó que, después de esta denuncia, tuviera cuidado estos días por la calle. "¿Pero aquí funcionamos así y luego vamos de primermundistas por la vida?", se preguntaba Pamela. 

Al menos 11 mujeres asesinadas en 2017


Mientras en Sol se lucha, en Alicante muere asesinada una mujer. Este domingo conocíamos el último caso de violencia machista. Un hombre de 86 años ha matado con un arma blanca a su mujer, de 79 años, en una residencia de personas mayores de la playa de Muchavista, en el término municipal de El Campello, en Alicante. Con ella, ya han matado al menos a 11 mujeres sus parejas y/o maridos según datos del Ministerio de Sanidad, Asuntos Sociales e Igualdad.

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