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El conductor del bus niega ante la jueza haberse quedado dormido

Había declarado supuestamente tal extremo a la Guardia Civil en el lugar de los hechos. En su comparecencia ha asegurado que circulaba 'a menos de 90 kilómetros por hora'

EFE

El conductor del autobús en el que el lunes perdieron la vida nueve personas en Tornadizos (Ávila) negó ante la juez haberse quedado dormido en el momento en el que se produjo el siniestro en la carretera N-403 (Ávila-Toledo), a seis kilómetros de la capital abulense.

R.G.S., de 54 años, dijo ayer a la juez del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número dos de Ávila que 'dormido no se quedó' y que 'tampoco dio ninguna cabezada', según su declaración judicial, a la que hoy ha tenido acceso Efe.

En la declaración consta que, a preguntas del Ministerio Fiscal sobre las supuestas manifestaciones vertidas ante los agentes de la Guardia Civil en el lugar de los hechos sobre la posibilidad de que se hubiera quedado dormido, R.G.S negó tal extremo. Al inicio de la declaración, la juez le preguntó sobre lo sucedido en torno a las 8.45 horas del lunes, a lo que él manifestó haber escuchado 'un golpe en la parte trasera' en un momento en el que el vehículo ya transitaba 'con el freno eléctrico para bajar pendientes y retener la velocidad'.

Al respecto, dijo desconocer a qué se debió ese ruido, si bien señaló que pudiera ser motivado a 'las bandas que hay en la carretera'. En el instante del ruido, reconoce el conductor que llevó a cabo una 'maniobra girando hacia la izquierda' y que el autocar 'seguía rozando hasta que pudo parar' junto a un quitamiedos que impidió que el vehículo volcara cuando circulaba 'a menos de 90 kilómetros por hora' porque, según dijo, 'hay que bajar con precauciones'.

Sobre la situación en la que realizó el viaje, el conductor dijo haberse levantado sobre las 6.30, tras haber trabajado el día anterior hasta las 23.30, momento en el que se quedó 'revisando el autobús', lo que le permitió dormir en torno a 'seis horas y media o siete'. Asimismo, comentó haber cenado 'sólo fruta, un melocotón y una naranja', para por la mañana desayunar 'normalmente' y tomarse 'un ibuprofeno' tras haber padecido 'lumbago', del que se recuperó hace un mes sin haber estado de baja ya que 'podía conducir'.

Respecto a su trayecto, dijo haberlo realizado 'en condiciones normales para conducir' y señaló que en el instante del accidente, al notar el golpe, 'se le fue el coche hacia la derecha, intentó enderezar y perdió el control golpeando en la parte derecha y se salió'. 'Cuando se le iba el coche, iba frenando, intentando incorporar el vehículo a su carril y no pudo hacerlo completamente hasta que se paró en el guardarraíl', dice textualmente en la declaración judicial, en la que R.G.S. asegura no haber notado 'ningún fallo' en el autocar.

El conductor insiste en que desconocía cómo perdió el control y si le pudo llegar a deslumbrar el sol, para después señalar que no tenía 'ningún tipo de presión para llegar a determinada hora, porque no pasaba nada si llegaba un poco más tarde'. Tras señalar que el autocar cuenta con dos cinturones de seguridad, añadió que en el tramo del accidente, que estaba 'bien', la existencia de varias curvas 'exigía mayor atención, pero no notó desfallecimiento y sólo recuerda que oyó el golpe'.

Al final de la declaración, al serle concedida la palabra por la juez, el conductor del autocar manifestó su deseo de 'pedir perdón por el daño que pueda haber ocasionado'. Tras su declaración, el fiscal solicitó que se le privara cautelarmente del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores, al considerar que 'existen indicios suficientes para considerarle autor de los delitos que se le imputan'. Finalmente, la juez decretó libertad provisional, comunicada y sin fianza para el conductor, que es investigado por 'nueve posibles delitos de homicidio imprudente'.

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