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La guardia rusa detiene el barco rompehielos de Greenpeace en el Ártico

La organización ecologista intentaba protestar contra las prospecciones de gas y petróleo realizadas por dos petroleras en alta mar en el océano, rico en minerales pero ecológicamente fr&a

AGENCIAS

La guardia fronteriza de Rusia ha detenido el rompehielos 'Arctic Sunrise' de Greenpeace que entró la víspera en el mar de Kara -Ártico ruso- sin contar con el permiso de las autoridades de este país, informó este lunes la oficina de la organización ecologista en Moscú.

Con esta acción, la ONG intentaba protestar contra las prospecciones de gas y petróleo realizadas por la petrolera rusa Rosneft y la estadounidense ExxonMobil en alta mar en el Océano Ártico, rico en minerales pero ecológicamente frágil.

'Hoy por la mañana, una patrulla subió a bordo del barco sin permiso del capitán', señala Greenpeace en un comunicado publicado en su página web. Los agentes fronterizos detuvieron la embarcación después de que los activistas -de Greenpeace- desembarcaran desde el 'Arctic Sunrise' y se acercaran con lanchas neumáticas al barco de exploración sísmica 'Geolog Dmitri Nalivkin', fletado , con pancartas '¡Salven el Ártico!'.

Una patrulla subió a bordo del barco sin permiso del capitán, acercándose con lanchas neumáticas

'Representamos a 3,5 millones de personas que quieren sacar toda la verdad a la luz sobre los bárbaros planes de explotación de petróleo en el Ártico. Las autoridades rusas tratan de bloquear cada paso nuestro', afirmó la coordinadora de la campaña de Greenpeace para la defensa del Ártico, Christy Ferguson. María Favórskaya, portavoz de la ONG en la capital rusa, informó este domingo de que el 'Arctic Sunrise' había llegado al mar de Kara para llevar a cabo su protesta.

La Administración de la Ruta Marítima del Norte (ARMN), el organismo ruso que extiende los permisos de navegación, rechazó varias solicitudes de Greenpeace con el argumento de que la clasificación del 'Arctic Sea' no estaba debidamente certificada. Ferguson recalcó que Greenpeace no puede 'permitir que el formulismo de las autoridades rusas evite una protesta para denunciar los riesgos que supone perforar en el Ártico'.

En su opinión, si las petroleras comenzaran a extraer crudo en el área protegida o en sus cercanías, 'cualquier derrame podría tener consecuencias irreversibles para toda la región'. Rusia ha hecho de la explotación del petróleo y el gas del Ártico una prioridad para desarrollar una economía de 2,1 billones de euros que depende de las exportaciones de recursos energéticos. Los ecologistas temen que las perforaciones en la región virgen puedan destruir la fauna única del Ártico y causar cambios perjudiciales para el clima global.

Un derrame podría tener consecuencias irreversibles para  la región, considerada santuario de especies amenazadas

La ruta del Mar del Norte abraza principalmente la costa norte de Rusia y es una ruta marítima primaria en la zona, mientras los expertos esperan que su tráfico se incremente significativamente en los próximos años a medida que las temperaturas más cálidas derritan el hielo y la hagan más accesible. El deshielo ártico también ha atraído a empresas de energía para perforar el océano, donde se estima que hay cerca del 20 por ciento del petróleo y el gas aún no descubierto del mundo.

'La perforación en alta mar debería prohibirse en el Ártico, especialmente en un santuario remoto para especies amenazadas como osos polares y narvales y donde sería imposible limpiar un vertido de petróleo', dijo Greenpeace en el comunicado. El servicio de guardacostas de Rusia declinó realizar comentarios y suu órgano de control, el Servicio de Seguridad Federal, no puedo ser contactado el lunes.

Rosneft, aunque no quiso hacer comentarios sobre la protesta de Greenpeace, dijo que estaba siguiendo los más altos estándares ambientales en la plataforma del Ártico.

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