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81-79. El carácter del Real Madrid acaba con el sólido líder de la ACB

EFE

El estadounidense Louis Bullock y Felipe Reyes fueron los pilares sobre los que se asentó el triunfo del Real Madrid sobre el Tau (81-79), en un partido en el que los visitantes, que dominaron gran parte del duelo, sucumbieron en el último cuarto.

Bullock mejoró como defensor -aunque nadie lo diga-, Felipe Reyes creció como jugador, ambos han mejorado cuando les encasillaban como tirador y reboteador, pero juegan en un equipo con un entrenador que mira más allá hasta el punto de conseguir que los especialistas progresen y que un muerto con una losa de quince puntos al descanso resucite en la segunda parte frente al Tau.

El Real Madrid, aunque suene exagerado, firmó una gran proeza a unos cuantos días de la Copa del Rey. Remontó frente al implacable Tau del máximo anotador de la Liga ACB, el serbio Igor Rakocevic -que cumplió con su papel y anotó veinticinco puntos-, frente a un rival que sólo había perdido un choque en toda la campaña -el Bruesa GBC- y que, a siete minutos del intervalo, ganaba por veintidós puntos en una de las pistas más complicadas de España y de Europa (14-36).

El partido se le iba de las manos al Madrid, que en la primera vuelta perdió por diez puntos en el Buesa Arena un choque que terminó a puñetazos en el túnel de vestuarios. El griego Lazaros Papadopulos dictó cátedra en el intercambio de puñetazos, aunque en la pista ya se pergeñaba el adiós y la firma con el Fortitudo Bolonia italiano.

El Tau pegó un baño al Madrid en el primer tiempo que dio miedo. Se mostró como el campeón de Liga, el dominador absoluto de la Copa del Rey que el próximo jueves arranca en el Palacio de los Deportes madrileño y el futuro titular de la Euroliga en la Final entre Cuatro de mayo en Berlín.

Pero este Madrid se ha forjado en la dificultad, en los problemas, en la crítica, en la furia de los elementos. Hay pocos conjuntos, dentro y fuera de España, capaces de levantar un encuentro así frente al Tau, el depredador por excelencia, el líder intratable del campeonato español, el gran favorito para levantar la corona continental en la capital germana en unas cuantas semanas, el liquidador de los liquidadores.

Bullock, de nuevo, como casi siempre; Felipe Reyes, en línea con quien, es luchador, el reboteador, el hombre que sólo busca el beneficio familiar, el jugador que da por hecho que sus logros forman parte de la obligación respecto a los demás. La estrella que sólo brilla porque los demás proyectan luz sobre la galaxia de una Liga que merece mucho más de lo que le dan, de lo que le reconocen.

El Tau esperaba dictar una lección para la historia después del descanso. Sacarle los colores al club con más títulos de la Copa de Europa y más veces jefe de la carrera española con desparpajo, con la autoridad baloncestística que más brilla hoy en el Viejo Continente, el llamado a ser el sucesor del CSKA Moscú ruso en el trono de Europa.

Pero la clase, la entrega, la calidad y la capacidad para no dar nunca nada por perdido, ni siquiera frente al todopoderoso Tau del montenegrino Dusko Ivanovic cuando el marcador grita la sentencia mucho antes de llegar al cadalso, engrandece a un Madrid que, en el último cuarto, selló un parcial de 28-10 y convirtió un funeral en las fiestas del pueblo más animoso. Alex Mumbrú, Bullock, Hervelle y el compromiso colectivo, la generosidad hacia los demás, la vocación de darse a los demás, mató al Tau en la segunda parte, rubricada con un parcial de 49-32. Los números hablan por si solos.

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- Ficha técnica:

81 - Real Marid (12+20+21+28): Sánchez (-), Bullock (22), Hosley (7), Hervelle (15), Van den Spiegel (4) -cinco inicial-, Reyes (10), Mumbrú (12), Massey (-), Llull (11) y Tomas (-).

79 Tau Vitoria (25+22+22+10): Prigioni (4), Rakocevic (25), Mickeal (14), Teletovic (13), McDonald (4) -cinco inicial-, Ilievski (-), Vidal (7), San Emeterio (2), Splitter (10) y Barac (-).

Árbitros: Amorós, Perea y Martínez Diez. Excluyeron por personales a Reyes (m.40).

Incidencias: encuentro correspondiente a la vigésimo tercera jornada de la segunda fase de la Euroliga 2008-09 disputado en el Palacio Vistalegre ante unos 12.000 espectadores. EFE

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