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Aumenta el peligro del fundamentalismo islamista en Bosnia

EFE

El fundamentalismo islámico está en permanente aumento en Bosnia, advierten varios informes de organizaciones internacionales y la prensa local denuncia que las actividades de los movimientos radicales ya no son marginales.

Un incidente la semana pasada en Sarajevo, cuando un grupo de islamistas radicales se enfrentó a los participantes en el primer festival de homosexuales en Bosnia y a la policía que intentó frenar la agresión, volvió a centrar la atención en los wahabí.

Representantes de esta corriente fundamentalista aseguraron que protestaron por considerar una ofensa para los musulmanes el hecho de que la manifestación de homosexuales se celebrara durante el Ramadán.

Sus opositores, sin embargo, dicen que se trata de un intento de imponer su interpretación de la fe y que esos acontecimientos muestran su carácter homófobo y xenófobo.

Un reciente análisis de la organización canadiense "World Politics Watch" señala que aunque todavía un 70 por ciento de unos dos millones de los musulmanes en Bosnia-Herzegovina rechaza la doctrina de los "wahabí", un movimiento islamista radical, casi el 13 por ciento los apoya.

Según el profesor de la Facultad de ciencias islámicas de Sarajevo, Resid Hafizovic, el movimiento "wahabí" en Bosnia representa "un virus potencialmente fatal" para los musulmanes de este país.

No obstante, el muftí sarajevita Husein aseguró que "la alegría del Ramadán fue enturbiada por el festival (de los homosexuales)", sin mencionar la agresión de los grupos radicales.

En Bosnia hay localidades enteras pobladas por "wahabíes", que no mantienen muchos contactos con otras personas y han organizado sus propios centros de reunión, el más conocido de ellos la mezquita y el Centro cultural "Rey Fahd", construido con donaciones de Arabia Saudí en el barrio sarajevita de Alipasino Polje.

Muchos de ellos son los antiguos "muyahidines" (voluntarios islámicos), que obtuvieron ilegalmente la ciudadanía bosnia hace años durante e inmediatamente después de la guerra civil en el país (1992-1995).

Se trata de ciudadanos de países asiáticos y africanos que lucharon del lado del Ejército bosnio-musulmán contra serbios (cristianos ortodoxos) y croatas (católicos).

Según diferentes medios bosnios, algunos de los ex "muyahidines" en la contienda bosnia estaban vinculados con organizaciones terroristas, incluida Al Qaeda.

Uno de los casos más polémicos es el de Khalil Jarraya, detenido en Italia el pasado agosto, acusado de dirigir una organización que financiaba grupos terroristas en Bosnia-Herzegovina y enviaba voluntarios a Irak y Afganistán.

Jarraya, de origen tunecino y en la lista de la ONU de antiguos colaboradores de Al-Qaeda, vivió en Bosnia entre 1996 y 2002, obtuvo la nacionalidad y estuvo amparado por altos dirigentes del país, que se negaron a extraditarlo a Italia.

Tras la salida del poder en 2001 del pro-islámico "Partido de Acción Democrática" (SDA), Jarraya fue puesto bajo custodia policial pero logró escapar en circunstancias poco claras.

Ya en 1995, los servicios secretos en Bosnia advertían del peligro de radicalismo islamista de los wahabí y de la posibilidad de radicalización en el país y polarización entre los musulmanes, que podría tener consecuencias negativas a largo plazo.

Ahora, uno de los centros de reunión son los colegios de alojamiento de estudiantes en el suburbio sarajevita de Nedzarici.

Los jóvenes del movimiento "wahabí" son menos "llamativos" ya que no tienen el acento extranjero y no llevan trajes típicos ni barba.

La financiación del movimiento es asegurado por los centros islamistas en Europa, sobre todo en Viena, a través de organizaciones humanitarias en Bosnia, empresas, bancos y otros negocios privados, como la venta de libros en las calles de Sarajevo, que se cree que está bajo el control directo de personas y centros radicales en el extranjero.

Algunas de las comunidades de los "wahabí" en Sarajevo pagan a sus seguidores sumas mensuales equivalentes a 200 euros, y 500 euros a sus esposas, si visten "niqab" (velo que cubre toda la cabeza salvo los ojos).

En junio pasado, las autoridades bosnias decidieron expulsar al sirio Abu Hamza, líder de la comunidad de "muyahidines" en Bosnia, por considerar que representa "una amenaza" para el país.

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