Este artículo se publicó hace 14 años.
Bangkok se prepara para nuevos disturbios
Bangkok se preparaba el domingo para más disturbios, un día después de que el Gobierno tailandés rechazara una propuesta de paz de los manifestantes que ofrecían poner fin a sus cada vez más violentas protestas a cambio de elecciones anticipadas.
Los líderes de los "camisas rojas", partidarios del derrocado ex primer ministro Thaksin Shinawatra, dijeron a miles de sus miembros que se preparen para una operación en su contra y retiraron su oferta para poner fin a una ocupación de tres semanas de la principal zona comercial de Bangkok si el Gobierno convocaba elecciones en 30 días.
El primer ministro Abhisit Vejjajiva, cuyo Gobierno de coalición de seis partidos está bajo presión de la clase alta y los realistas para adoptar una línea dura contra los "camisas rojas", ha mantenido su oferta de convocar elecciones en diciembre, un año antes de lo previsto.
Los manifestantes, en su mayoría pobres del campo y la ciudad, retomaron su exigencia de unos comicios inmediatos, que se prevén que ganarían junto a sus aliados políticos.
Abhisit dijo que la propuesta de paz no era sincera, y estaba diseñada sólo para fortalecer su imagen, pero que no podría ser considerada en medio de amenazas. Las protestas, agregó, están cobrando un coste cada vez mayor a la economía de Tailandia, la segunda más grande del sudeste de Asia.
La ocupación hotelera en Bangkok cayó hasta un 20 por ciento, dijeron operadores de turismo, respecto al 80 por ciento que presentó en febrero, estrangulando a una industria que corresponde al seis por ciento de la economía.
"Tendremos que revisar la tasa de crecimiento nuevamente, especialmente después de este mes y el mes pasado, ya que, como podemos ver, las protestas han tenido un enorme impacto en el turismo", dijo Abhisit en su discurso televisivo semanal.
Sostuvo que el Gobierno tendría que revisar a la baja su previsión de un crecimiento económico de un 4,5 por ciento para este año.
Los manifestantes amenazaron con adoptar medidas más agresivas, incluyendo un sitio contra Central World, el segundo mayor complejo comercial del sudeste de Asia, junto al principal punto de reunión de los manifestantes.
"Si quieren que regresemos el centro comercial Central World seguro, ustedes deben retirar a las fuerzas del Ejército de la zona cercana de Rajaprasong inmediatamente", dijo Jatuporn Prompan, un líder de las protestas.
El centro comercial en la intersección de Rajaprasong ha estado cerrado desde que los manifestantes ocuparon la zona el 3 de abril.
El ambiente en Bangkok, una creciente ciudad de 15 millones de habitantes, es tenso tras una serie de explosiones de granadas mató a una persona hace tres días y dejó a otras 88 heridas en un distrito de negocios, un ataque que el Gobierno atribuyó a los camisas rojas, quienes niegan ser responsables.
Eso se dio después de un enfrentamiento del 10 de abril entre manifestantes y el Ejército que dejó 25 personas muertas y a más de 800 heridas en los peores hechos de violencia política en Tailandia en casi dos décadas.
El Ejército advirtió el sábado que podría dispersar a la fuerza a los manifestantes que se han parapetado en una zona de tres kilómetros cuadrados de la ciudad, pero dijo que primero quiere separar a los milicianos de las mujeres y niños en el área.
Miles de soldados, muchos armados con fusiles de asalto M-16, vigilan a los camisas rojas en varias intersecciones de la ciudad. Manifestantes realistas favorables al Gobierno se reúnen frecuentemente afuera de las barricadas y ambos bandos se arrojan botellas.
Decenas de miles de camisas rojas siguen acampando en el distrito comercial del centro de Bangkok, y prometen quedarse hasta que el Parlamento sea disuelto, desafiando el estado de emergencia.
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