La tenista belga Kim Clijsters derrotó el domingo a la danesa Caroline Wozniacki por 7-5 y 6-3 y se consagró campeona del Abierto de Estados Unidos.

Clijsters, que disputaba su tercer torneo desde que volvió al circuito tras tomarse más de dos años de descanso para formar una familia, cerró su victoria tras 93 minutos arrodillándose para celebrarlo y sollozando visiblemente.

A continuación, la belga de 26 años se dirigió hasta el sector del público donde se encontraba su familia para abrazar a amigos y besar a su esposo, Brian.

"No tengo palabras para esto", dijo en la pista durante la ceremonia de premios, que suma su segundo triunfo en un Grand Slam tras la victoria en el mismo escenario en 2005.

Clijsters, que no está en la lista de la WTA debido a su larga ausencia, fue invitada a jugar por los organizadores y no había competido en Flushing Meadows desde hace cuatro años, pues se perdió el torneo de 2006 por lesión y los últimos dos por su retirada.

La belga dijo que ganar "no estaba realmente en nuestros planes".

"Sólo quería comenzar con estos tres torneos para recobrar el ritmo de jugar tenis y acostumbrarme al entorno otra vez", dijo Clijsters, que obtuvo un premio de 1,6 millones de dólares.

"Así que tengo que agradecer a la USTA (Siglas en inglés de Asociación de Tenis de Estados Unidos) por darme la invitación para volver aquí", añadió la flamante campeona.

Clijsters tardó en encontrar sus golpes contra la danesa, cabeza de serie número nueve y que jugaba su primera final de Grand Slam. Al final dio golpes ganadores por toda la pista y registró un total de 36 contra apenas 10 de Wozniacki.

El primer set estuvo plagado de errores por parte de ambas tenistas mientras el viento barría el estadio Arthur Ashe, con seis quiebres de saque, hasta que Clijsters se apoderó de él con un quiebre en el duodécimo juego.

La belga, que había parecido molesta por el cambio de ritmo que Wozniacki le imprimía sus golpes, cometió 20 errores no forzados en el primer set, frente a 15 de la danesa.

Wozniacki llevaba un quiebre de ventaja y estaba 5-4 con su saque pero Clijsters acabó con sus esperanzas ganando los últimos tres juegos del set.

Clijsters consiguió el quiebre decisivo del segundo set en el sexto juego para quedar con una ventaja de 4-2, sin permitir que su rival sumara puntos, y se encaminó hacia el triunfo.

Se ha convertido en la primera madre que gana un torneo de Grand Slam desde que Evonne Goolagong triunfó en Wimbledon en 1980.

Poco después de la ceremonia, Clijsters compartió el trofeo con su hija Jada, de 18 meses, que se divirtió jugando con la copa en la pista.