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Condenado a 2 años y medio un acusado de quemar un edificio de Telefónica

EFE

La Audiencia Nacional ha condenado a dos años y seis meses de prisión a Borja Oregi Urrutia por lanzar artefactos incendiarios contra la fachada de Correos en Markina Xemein (Vizcaya) el 25 de mayo de 2007.

La sentencia dictada por la sección primera de la sala de lo penal de este tribunal condena a Oregi por un delito de daños por incendio terrorista y le obliga a indemnizar a Correos en concepto de responsabilidad civil con 23.255 euros.

Considera probado que el acusado -que ya fue condenado el pasado mes de octubre a seis años de prisión por pertenencia a la organización juvenil ilegalizada Segi- lanzó un cóctel molotov contra la puerta de la oficina de Correos en la madrugada del 24 al 25 de mayo de 2007, lo que provocó que quedaran calcinadas tanto la puerta como el rótulo y ennegrecida la fachada del edificio.

Previamente, otras personas, cuya identidad no consta, habían lanzado otro artefacto contra la fachada de la subestación de Telefónica de la localidad vizcaína -situada a 300 metros del anterior edificio- y también habían quemado un contenedor próximo a la misma.

Durante el juicio, celebrado el pasado lunes, Oregi -para quien el fiscal pedía cuatro años y seis meses de prisión- negó su participación en los hechos y aseguró que la noche en la que ocurrieron se encontraba trabajando.

Los magistrados recuerdan no obstante que, tras su detención en enero de 2008, admitió ante la policía que había atacado Correos con un artefacto incendiario, unas declaraciones que también ratificó ante el juez y que la sala consideran "más espontáneas y verosímiles" que las que realizó en la vista.

Sin embargo, el tribunal señala que, aunque existen indicios de su participación en el ataque a la subestación de Telefónica y la quema del contenedor "por la simultaneidad de las acciones, el material empleado y la aparición de las mismas octavillas" en los dos sitios, no se puede considerar probada su intervención porque el acusado sólo lo admitió en su tercera declaración policial pero nunca fue preguntado por ello por el instructor.

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