Este artículo se publicó hace 16 años.
La crisis no llega a las colecciones de Hannibal Laguna y Andrés Sardá
Sin tener en cuenta los tiempos de crisis, Hannibal Laguna y Andrés Sardá hicieron hoy un canto al lujo, la riqueza y la sofisticación con unas colecciones que visten a una mujer que va de fiesta en fiesta o navega en cruceros.
Solo vestidos en la colección de Hannibal Laguna, encargado de cerrar esta tercera jornada, en la que Lydia Delgado y Carmen March convencieron con sus propuestas.
Rasos, organzas, tafetas, gazaar plisada, en empolvados en rosa, azul o arena para vestidos que enseñan las piernas. Escotes palabra de honor o asimétricos enriquecidos con pliegues y lazos; faldas abullonadas y grandes volúmenes tipo nubes de algodón, y prendas enriquecidas con cristales que forman pequeñas joyas.
Dulce, sensual y femenina, la superposición de texturas matiza cada una de las piezas de Hannibal Laguna, en las que plisados, tablas y sofisticados drapeados perfilan las líneas del cuerpo, y, para acabar, un sutil vestido que recuerda a las bailarinas de clásico.
Más sobria, Lydia Delgado acertó de nuevo con una colección en la que parte importante es su serie marinera, "look" que la diseñadora está convencida va a ser tendencia el próximo verano. En una revisión y actualización total de este estilo, ha creado vestidos, faldas y camisas con grandes plisados, en negro con remates en beige o en rayas.
"Pas de Deux en la Habana" comienza con creaciones inspiradas en la mujer cubana, que sale a la calle casi en ropa interior. Esto se traduce en shorts, algo lenceros, y en pequeñitas chaquetas con puntillas.
En otra serie, recicla los camiseros de lunares, que sobrepone a largas faldas de vuelo irregular, para pasar a una mujer rotunda, en negro, con abullonados, también irregulares, y tocadas con grandes turbantes.
Los bordados de pájaros en latón, estaño y joyas antiguas enriquecen los vestidos finales, entre los que destaca el confeccionado con tiras de organza y satén en tonos malva y negro.
Su búsqueda de lo natural ha llevado a Carmen March hasta Japón, donde ha encontrado los tejidos de su colección en lino y algodón 100% naturales. Con estos clásicos de camisería de hombre ha construido una atractiva colección de costura inspirada en el oeste americano, con muchos cuadros y estampados en una mezcla poco frecuente.
Sin casi tejidos lisos, todo confeccionado a mano, sus vestidos largos de noche se combinan con zapatos planos y accesorios en materiales naturales en una colección ha que tenido buena acogida.
March coincidió con José Miro en una tendencia que también se ha repetido en otros diseñadores y que apuesta por los tiros de los pantalones muy largos, algo que es difícil llegue a cuajar al no favorecer ni a las modelos. En "Flaneur", Miro presentó una mujer que viste cómoda, funcional, con vestidos muy cortos de cortes asimétricos, amplios monos y pantalones. Muy aplaudidos sus etéreos vestidos de noche transparentes.
Las ninfas de Andrés Sardá llenaron de magia y fantasía la pasarela Neptuno. Aire, bosque, agua, fuego, se representan en los rojos, azules, verde, amarillo, y en los estampados de mariposas y de insectos.
Bañadores que acaban en vestidos, lujosas prendas más para vestir de noche que para el baño, Sarda volvió a hacer un canto al glamour y la sofisticación.
Fiel a la mujer que viste sus prendas, Kina Fernández ha vuelto a prestar especial atención a los tejidos en unas prendas inspiradas en los años 20 y 30, con cortes a la cadera. En blanco, rojo, azulón y beige, la diseñadora gallega remata sus vestidos con pedrerías, mientras que sus pantalones son anchos, de raya planchada.
Un toque importante de la colección es el verde con dibujos de cuadros de Madrás y, para la noche, inspiración en los cuarenta, con vestidos cortados al bies, en seda y muy trabajados en la espalda.
Alma Aguilar ha insistido en sus vestidos vaporosos, sueltos y en camiseros con jaretas que recorren el cuerpo. Junto a éstos, los tipo muñequita ajustados en la cintura, muy cortos y con grandes vuelos.
Inspiraciones marineras en camisas y pantalones, muchos de ellos cortos, con peto, en una colección en blanco, rosa, beige y estampados en azules que enriquece con grandes lentejuelas doradas.
El día comenzó con Javier Larrainzar, quien de nuevo apostó especialmente por los vestidos de fiesta y noche-lisos o estampados- largos, con drapeados, brocados, brillos y mucha pedrería.
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