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Después de dos años, EEUU ve cerca el fin de la recesión

EFE

Dos años después del estallido oficial de la crisis de las hipotecas de alto riesgo al haber reventado la burbuja inmobiliaria en Estados Unidos, la primera economía mundial muestra indicios de que empieza a salir de la recesión más prolongada y profunda en siete décadas.

Si bien la caída de los precios de las viviendas se inició en 2006, los analistas fechan el arranque de la crisis en el 9 de agosto de 2007, cuando la Reserva Federal y el Banco Central Europeo intervinieron proveyendo liquidez, en gran volumen, a los mercados ante el riesgo de crisis bancaria sistémica.

En principio se trató de la "crisis de las hipotecas de alto riesgo" ("subprime"): la burbuja se infló porque las entidades financieras concedieron sin mesura préstamos a personas con solvencia insuficiente para cumplir con los pagos, en un contexto de tipos de interés muy bajos, antes de que la Reserva Federal los elevara entre 2004 y 2006 por la evolución de la inflación y la economía.

La incapacidad de muchos hogares para hacer frente a los pagos llevó al derrumbe de los precios y la paralización del negocio inmobiliario en Estados Unidos. En el verano de 2007 estalló la segunda burbuja, la de las hipotecas convertidas en papeles de especulación financiera o, como la llaman los expertos, "mortgage securitization".

Durante los años del "boom" millones de préstamos hipotecarios -que en teoría valían billones de dólares- se habían empaquetado, dividido, reempaquetado y subdividido vendiéndose a precios de pura especulación financiera en el mundo entero.

"Hay una intervención evidentemente mayor del gobierno en los mercados como resultado de esta crisis", dijo a EFE, Aparna Mathur, una investigadora de política económica en el grupo conservador American Enterprise Institute.

"Y hay una presión para que haya más regulaciones, nuevas agencias supervisoras", añadió. "Pero quizá más regulación no sirva de mucho. La crisis ocurrió por el comportamiento de los mercados con instrumentos financieros novedosos, y que por ser innovadores no estaban regulados".

Al final, el sistema financiero estaba en ruinas y fue necesaria la mayor intervención del Gobierno de Estados Unidos en la economía desde la Segunda Guerra Mundial.

Los mayores bancos hipotecarios del país -Fannie Mae y Freddie Mac-, la mayor aseguradora -American International Group (AIG)- las mayores y más prestigiosas firmas financieras -Bear Stearns, Lehman Brothers, Merrill Lynch- y los bancos más soberbios -Citi, JP Morgan, Bank of America, Wells Fargo, Wachovia y cientos más- quedaron "expuestos" a la crisis.

"La historia de los mercados es la historia de las burbujas y los colapsos", señaló Robert Johnson, miembro de la junta del Economic Policy Institute, en Washington. "Los bancos deberían ser regulados como las empresas de servicios públicos, con una función estable".

"Los casinos y los fondos de especulación deberían estar separados de los bancos", añadió. "La sociedad ha estado subsidiando la financiación de estas instituciones y sus actividades volátiles y arriesgadas".

Un año y un mes después del estallido de la crisis de los "subprime" -el banco de inversiones Lehman Brothers quebró el 15 de septiembre de 2008-, el sistema financiero de Estados Unidos y del mundo estaba al borde del colapso.

Ello obligó a la Reserva Federal y al Departamento del Tesoro, así como a los bancos centrales y Gobiernos de otros países industrializados, a inyectar billones de dólares para mantenerlo al menos respirando y tratar de revivir el crédito y la confianza.

Ahora, después de dos paquetes de estímulo económico que suman 1,5 billones de dólares y con el desempleo que se acerca al 10 por ciento, la Casa Blanca considera un éxito el que se haya aminorado el ritmo de contracción económica.

En el segundo trimestre de 2009, el mercado inmobiliario tenía 18,7 millones de viviendas vacías por ejecución hipotecaria o a la venta sin comprador.

En todo 2008 el promedio mensual de viviendas a la venta en el mercado fue de 4,2 millones. En los primeros seis meses de 2009 la cifra promedio ha bajado a 3,8 millones de unidades mensuales.

Al ritmo de ventas en junio, había en el mercado casas nuevas suficientes para 8,8 meses, comparado con un inventario equivalente a 10,2 meses en mayo. El inventario de viviendas usadas equivalía en junio a 9,4 meses, comparado con 9,8 meses en el mes anterior.

La tímida reactivación del negocio inmobiliario se ha canalizado principalmente a las viviendas de precios más bajos, esto es de hasta 300.000 dólares, dejando atrás y sin mayor interés de los compradores las mansiones caras que eran codiciadas cuando la burbuja estaba henchida.

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