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España se limita a ganar

Un golazo de Cesc y otro de Mata, de penalti, conceden a la selección el triunfo en Armenia

JOSÉ MIGUÉLEZ

No se había visto en otra Miguel Gutiérrez, elevado por la realización de la televisión armenia a la categoría de Del Bosque. Las cámaras le enfocaban una y otra vez durante los primeros minutos como si su función fuera la de seleccionador español y no la que lleva tiempo desempeñando en el equipo, mero fisioterapeuta. La intrascendente confusión servirá para que al menos alguien tenga interés por almacenar en su particular videoteca un partido que, despojado de influencia en la clasificación, no encontró demasiados alicientes. Pero el error vale, sobre todo, para ilustrar el perfil saludablemente discreto del entrenador.

Lo conquistó todo en el Madrid, lo ha ganado todo (menos ante Estados Unidos en Suráfrica) al frente de la selección de moda, por juego y resultados, y en Armenia hay quien a estas horas ni le conoce ni le reconoce. Del Bosque no le roba un centímetro de protagonismo a los jugadores. Cuando intuye una foto, siempre opta por dar un paso atrás. Y tiene mérito renunciar al ego cuando esta selección maravillosa, clasificada desde hace semanas mientras otros combinados viven instalados en la angustia, constituye una tentación constante para la vanidad. Del Bosque no empezó esta obra, pero la deja crecer y la ayuda a volar muy alto.

No es para sacar pecho la victoria de ayer, con más complicaciones meteorológicas (lluvia y viento) que de adversario (decididamente menor), pero tampoco es para avergonzarse. No hace tanto, a la selección le costaba imponer su superioridad incluso en estas plazas. Ya no. Entre la debilidad y el miedo del rival y el orgullo propio, España siempre descubre un motivo para aplicarse. Aunque ante Armenia concedió más contras de las recomendables y un injustificable gol a balón parado.

Guardada una parte de la mejor munición, España jugó con el traje de los cinco centrocampistas, posiblemente el dibujo que más favorece a Cesc. El del Arsenal jugó por la zona de entrelíneas, con mucho espacio para asomarse al área, y entró muy poco en conflicto con Xavi. No se chocaron los medios como otras veces, ni se estorbaron, ni pugnaron por la misma zona. Al contrario, lo mejor del duelo fue una asociación que agrandó lo mejor de ambos: la capacidad de Cesc para llegar en desmarque y la de Xavi para poner el balón con precisión al final de esos movimientos.

Pudo exigirse más la selección, pero el rumbo del Mundial, el marcador y hasta el contrario le invitaron con insistencia a la relajación. El gol armenio fue sólo un aviso contestado por Mata con celeridad. Así que España se limitó a ganar y a celebrar el debut con la roja de Negredo. Y dejó Ereván sin resolver el enigma que más retuerce a estas horas al seleccionador. ¿Por qué Fernando Torres golea con el Liverpool y no ve puerta con España?

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