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A la espera de quién será su comprador

Ahora tiene pocas opciones de subsistir, pero si el nuevo dueño es una caja podrá mantener algo

V. ZAFRA

Unnim no fue intervenida, pero el fondo público de rescate se quedó con el 100% del capital, así que los efectos prácticos para la obra social son los mismos: la caja ha perdido toda posibilidad de recibir ingresos de su banco y no tiene forma de financiar sus actividades filantrópicas.

Está en duda la subsistencia, al menos tal cual existen ahora, de dos centros de atención a personas mayores, de su red de centros del jubilado, de los centros culturales repartidos por Sabadell, Terrassa, Rubí y en la comarca de Osona, así como la escuela universitaria de Terrassa o la Escuela de formación profesional agraria Mas Quintanes.

Todo está pendiente de cómo se resuelva su adjudicación a principios del próximo año. Previsiblemente será Ibercaja su comprador (para después iniciar una fusión más grande con Banca Cívica), con lo que algunas de estas actividades deberían poder sobrevivir, aunque sólo sea por las aportaciones que Ibercaja (cuyo presidente, Amado Franco, es uno de los principales defensores de la obra social) realicen a estos proyectos de forma desinteresada.

En todo caso, de momento, Unnim tiene complicado recibir aportación alguna con los resultados del banco (bien sea a través del FROB o, en su momento, de Ibercaja) ya que en los nueve primeros meses del año registró unas pérdidas de 107 millones de euros. El fondo de reserva de la entidad permitirá que mantenga alguna de sus actividades hasta que el nuevo dueño decida cuál es el futuro claro.

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