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El exgerente dice que el Ayuntamiento de Valencia conocía el estado de Emarsa

EFE

El exgerente de Emarsa Esteban Cuesta ha acusado hoy al Ayuntamiento de Valencia de haber mirado "hacia otro lado" respecto a la situación de la depuradora de Pinedo, en la que únicamente intervino "cuando ya había saltado el escándalo" a pesar de que podía haberlo hecho antes.

Así lo ha asegurado en su novena comparecencia como imputado ante el titular del Juzgado de Instrucción número 15 de Valencia, que investiga a los responsables de la gestión de Emarsa por supuesta malversación de fondos públicos y fraude fiscal, entre otros delitos.

En su declaración, a la que ha tenido acceso EFE, el exgerente de la sociedad pública ha asegurado el sistema de explotación de la estación depuradora de Pinedo era "absolutamente inútil" y fue creado "políticamente" para que hubiera "un total descontrol".

Por un lado, la Entidad Pública de Saneamiento de Aguas Residuales (EPSAR), dependiente de la Generalitat, "perfectamente podía gestionar o licitar legalmente la depuradora", si bien lo que hizo fue delegar en Emarsa y pagarle un previo "que solo ella determina, sin más".

Por otro, la Entidad Metropolitana de Servicios Hidráulicos (Emshi), "único dueño de Emarsa, que es gobernado por políticos pero dominado por el Ayuntamiento de Valencia, se preocupa más de mirar hacia otro lado que de otra cosa".

"Tiene las cuentas vinculadas a las de Emarsa y siempre ha aprobado todo, tras ser previamente aprobado por Emarsa. Solo tomó cartas en el asunto cuando ya había saltado el escándalo, cuando podía haber intervenido en cualquier momento", ha declarado Cuesta, quien asegura haber recibido presiones "de toda índole, incluso de altas esferas", para que no "hable".

El también exalcalde pedáneo de Benimámet (Valencia) con el PP ha expuesto también ante el juez que "da la casualidad de que muchas de las empresas que han trabajado para Emarsa" lo habían hecho también para Emshi, que "es la beneficiada de este tema, porque así se ahorraría muchas facturas que ha dejado de pagar".

Cuesta ha descrito a Emarsa como una empresa "siempre ruinosa", gobernada "por dieciocho alcaldes o concejales, con la mayoría del Ayuntamiento de Valencia, multitud de empleados a tiempo indefinido con indefinidas funciones", con unos gastos que "implican un coste mayor para la gestión del agua".

Preguntado por la compatibilización de los cargos de alcalde pedáneo y gerente de esta sociedad, Cuesta ha asegurado que siempre entendió que "estaba autorizado a ello porque era conocido por todos los consejeros", y por "quien le pagaba los gastos de representación mensuales" (311 euros) como alcalde pedáneo, que era la misma entidad "que era mayoría en Emarsa: el Ayuntamiento de Valencia".

Los consejeros de esta empresa pública cobraban 500 euros mensuales brutos por asistir al consejo de administración, y en Navidad recibían regalos como una cesta de navidad, un décimo de lotería, colección de bolígrafos, plumas o lápices de la marca Montblanc, "iPads" o figuras de porcelana de Manises.

Ha reconocido que se pagaron con fondos de Emarsa las fiestas de Fallas de la pedanía de Pinedo, como "estrategia para evitar conflictos" con los vecinos por los ruidos y malos olores de la planta, y que fue decisión suya, al igual que la de sufragar también las fiestas de su "pueblo", Benimámet.

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