Desde finales de agosto de 2013. Ese es el tiempo que ha esperado el obispo de la Diócesis de Palencia, Esteban Escudero, para saber quién le estaba acosando a través de e-mails y mensajes telefónicos. Y ahora los investigadores de su caso ya tienen sospechoso: una monja que había colgado los hábitos ya por aquel entonces.

Según informa hoy El Norte de Castilla, monseñor Escudero denunció —en septiembre del año pasado— que recibía de forma constante 'mensajes tanto telefónicos como a través del correo electrónico con'graves calumnias e injurias''. Siguiendo las indicaciones de la Policía, el obispo canceló su número de móvil y su cuenta de correo, lo que al parecer le ha causado 'inconvenientes en su trabajo diario'.

La Diócesis de Palencia advirtió de esta situación a los párrocos de la provincia para que tuvieran 'paciencia hasta que se restableciera la normalidad', informa el citado diario. La única comunicación que podía recibir el prelado era a través de medios oficiales, como un teléfono del Obispado o una cuenta de correo de la diócesis.

Tanto los correos como las llamadas que recibía el obispo —siempre con un emisor anónimo— habían ido aumentando de tono y se habían multiplicado con el paso de los días. ¿El contenido? Difamaciones, calumnias y silencios si Escudero descolgaba el teléfono.

No obstante, aunque las sospechas de los investigadores lleguen a confirmarse, la intención del obispo es —según El Norte— 'retirar la denuncia, perdonar a la exreligiosa y resolver el problema en el ámbito interno de la iglesia'.