Juande Ramos se siente seguro. Está crecido por la cada vez más extendida corriente favorable a su permanencia el año que viene en Chamartín. La racha de victorias concatenadas le han dado bula para sentirse fuerte. Por eso se le va más firme y acepta envites impensables hace pocas semanas. 'Yo entreno para mi equipo, no para demostrar nada', afirmó convencido ayer .

Juande aspira ahora a llevar a su terreno el debate. 'No voy a valorar nada del pasado. Ni del juego ni de tácticas. Toda mi obsesión está en el Barcelona', responde para contraatacar de inmediato: '¿Que si tengo un plan antiMessi? Lo que sí tengo es uno anti Barcelona', responde enérgicamente para proseguir con un discurso cargado de réplicas al periodista: '¿Es que Xavi o Iniesta no son un problema? ¿O Alves y Etoo? Que anulemos a Messi no garantiza absolutamente nada'.

Pero el papel de víctima propiciatoria le gusta, tanto como el novedoso amor por estar delante de los micrófonos (22 minutos). Incluso se atrevió con juegos de psicología y papeles falsos. Dijo no querer meterse en la piel de Guardiola, pero especuló sobre su futuro: 'Si yo fuera Pep, rotaría. Si al Barça le sale mal el tema en el Bernabéu, sigue siendo líder; pero ante el Chelsea, quedaría eliminado. Tiene más importancia para ellos el partido ante el Chelsea'.

Se siente tan convencido de sí mismo que ya no esconde su filosofía resultadista. Piensa en el marcador, pero se salta los gustos de la afición del club en el que lleva apenas medio año: 'Lo importante es el resultado. Cuanto mejor juguemos, más posibilidades tendremos de ganar, pero ninguno antepone el juego brillante al resultado. Los detalles decidirán'. La misma frase que en la previa ante el Liverpool. Sin embargo, el resultado de ese día se decidió por algo más.