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Dos históricos de ETA emplazan al fin de la lucha armada

Reuters

Dos históricos presos de ETA expulsados de la organización por sus críticas a la actividad armada han emplazado a la izquierda 'abertzale' a que asuma de forma explícita que el primer paso que deben plantear a la banda armada es el abandono de la violencia.

En la misiva "Lucha armada, hablando claro", publicada en el diario en euskera Berria y en los periódicos del Grupo Noticias, aunque no en Gara, José Luis Urrosolo Sistiaga y Carmen Gisasola hacen referencia a un documento reciente presentado por la izquierda 'abertzale', apartada de la vida política por no condenar la violencia etarra.

De ese texto, promovido recientemente por Arnaldo Otegi y Rafa Díez Usabiaga, los ex etarras critican que cuando "se plantean los cuatro pasos a dar" falte de mencionar "el que se sobreentiende, el primero".

"Y que es precisamente el fin de la lucha armada el primer paso que hay que plantear, el tema central, la llave que hay que girar para abrir una nueva etapa y empezar a solucionar los problemas. (...) no se puede seguir planteando vaguedades (...)", dicen Urrosolo Sistiaga y Gisasola.

"Lo previo, para que otros compartan compromisos a nivel político, es la garantía del fin de la lucha armada. ¿Por qué no se plantea de una vez cómo y cuándo se va a cerrar el ciclo de la lucha armada y abrir una nueva etapa exclusivamente política?", añaden.

Los dos históricos de ETA fueron expulsados de la organización después de que en septiembre de 2008 hicieran pública otra carta en la que se mostraron críticos con ETA y Batasuna.

Urrosolo Sistiaga cumple varias condenas que suman cientos de años en la cárcel zaragozana de Zuera, donde Instituciones Penitenciarias agrupa a una veintena de presos disidentes con ETA. Está procesado por participar en más de 30 atentados en los que murieron 16 personas. Fue detenido en 1997 en Francia y extraditado a España en 2001.

Gisasola, por su parte, permanece recluida también en Zuera cumpliendo varias condenas por haber cometido al menos cinco asesinatos. Fue detenida en Francia en 1998 y extraditada en 2001.

En la carta publicada hoy responsabilizan de la ruptura de la tregua, que hace cuatro años puso fin al proceso de paz de Loyola, a "sólo unos pocos en ETA y otros pocos desde algunos aparatos de la izquierda abertzale, quienes se empeñaron en seguir con la lucha armada".

Aunque aseguran que no representan a nadie más allá que a ellos mismos, hacen un llamamiento a "todos los que permanecen callados" para que expongan sus opiniones y "para que no terminemos dejando a unos pocos que sigan pidiendo más madera y calcinando el propio tren".

señalan - "no ha habido continuidad en los puestos de responsabilidad (...) donde la misma gente que comenzó a utilizar la lucha armada en los 60-70, con la experiencia que tenían, fueron los que decidieron y se comprometieron a terminar con la etapa militar y pasar a otra exclusivamente política".

Por eso, porque los que dirigen ETA no tienen nada que ver con los que dirigían el IRA cuando se inició el proceso de paz en Irlanda, opinan que es "a la izquierda 'abertzale' a quien corresponde plantearlo claramente, convenciendo a los que tengan que convencer o imponiéndose de facto".

Urrosolo y Gisasola aseguran que hay muchos presos que piensan como ellos y critican que el debate abierto en la izquierda 'abertzale' no haya llegado a las cárceles .

"No tenemos dudas de que si hubiera habido la posibilidad de posicionarse entre los acuerdos de Loyola o romper aquel proceso, con los datos en la mano y no las versiones interesadas, estaríamos ahora como en Irlanda en una etapa política", dicen.

Además de Urrosolo Sistiaga y Gisasola, otros presos pertenecientes a ETA han dejado en algún momento translucir sus opiniones disidentes con la estrategia de la organización. La respuesta de ETA ha sido en todas las ocasiones la expulsión.

Así ocurrió cuando en 2004, seis presos y ex dirigentes de ETA hicieron pública una carta que titularon "La lucha armada no sirve". Eran otros históricos como Francisco Mújika Garmendia "Pakito"; Ignacio Arakama Mendia, "Makario"; Carlos Almorza Arrieta, "Pedrito de Andoain"; Kepa Sola; Iñaki Bilbao Beaskoetxea "Iñaki de Lemona", y Koldo Aparicio.

Otros ex dirigentes de ETA que han propiciado el debate sobre el fin de la lucha armada desde prisión fueron José Luis Álvarez Santacristina "Txelis", responsable político de la organización, y Kepa Pikapea, dirigente del aparato militar, quienes en noviembre de 2007 explicaban en una carta filtrada a los medios meses después que la lucha armada era "inútil" y "un obstáculo".

Otros presos de ETA que no han hecho pública su disidencia, pero de quienes han trascendido sus críticas, son Santiago Arróspide, "Santi Potros", y Valentín Lasarte, ambos recluidos en la cárcel zaragozana de Zuera.

De Santi Potros se supo que había cuestionado la última ruptura de tregua, y de Lasarte, condenado en otros crímenes por el asesinato de Gregorio Ordóñez, que fue crítico con la acción de ETA en la que fue asesinado el empresario Ignacio Uria en diciembre de 2008.

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