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Ildefonso Falcones arma su nueva novela con la tolerancia

El autor publica su segundo libro, La mano de Fátima, con una tirada inicial de 500.000 ejemplares

PAULA CORROTO

Los flashes de las cámaras le hicieron competencia este martes al sol en Córdoba. El escritor Ildefonso Falcones (Cartagena, 1951) reunió a toda una comitiva mediática más de 50 periodistas, una veintena de personas procedentes de la editorial Random House Mondadori y 8 libreros para presentar su segunda novela, La mano de Fátima, que hoy se pone a la venta. Desenvuelto, informal, con una camisa azul y pantalones de pinzas, Falcones ya no era el desconocido abogado que en 2006 rompió las cifras de ventas con La catedral del mar (4.000.000 de ejemplares vendidos). Ya tiene asumido su nuevo papel: la estrella mediática de la literatura en español. Sólo Carlos Ruiz Zafón le hace competencia.

Tras un ágape, el escritor confesó en rueda de prensa que no había llegado nunca a sentir presión para esta segunda novela. 'Me siento un poco abrumado con una presentación así, pero al ser abogado siempre he trabajado con presión. De todas formas, yo creo que la presión no existe o por lo menos no me afecta', afirmó. A Falcones no le amilanan ni las expectativas ni los 500.000 ejemplares de tirada que Mondadori ha decidido para la primera edición y que ha multiplicado por siete con respecto a la primera edición de La catedral del Mar (70.000 ejemplares).

Para no defraudar a los lectores (y tampoco a la editorial que sí le pidió que su siguiente novela fuera histórica, según manifestó este martes el consejero delegado Riccardo Cavallero), Falcones plantea una novela cuyos hechos también forman parte de un periodo candente de la historia española: entre 1568, con la rebelión de los moriscos en Las Alpujarras de Granada y 1609, año en que son expulsados de la península.

Eligió para ambientarla la ciudad de Córdoba, 'una ciudad magnífica que fue capital califal'. Tardó tres años a razón de tres horas diarias de escritura en elaborar la leyenda de Hernando-Ibrahim, mezcla de cristiano y musulmán, que se debate entre dos religiones en una época de escasa tolerancia en la convivencia entre las dos creencias.

Al finalizar la contienda, el joven viaja a Córdoba para encontrarse con su familia y allí se ve obligado a ejercer oficios humillantes para sobrevivir; también conoce la felicidad y la desgracia.

Las crónicas de Mendoza y Mármol de Carvajal, más un estudio sobre el martirologio en Las Alpujarras fueron la documentación de Falcones. 'Es una lástima que todo lo que hay escrito sea desde la parte cristiana', señaló. También realizó varias visitas a la ciudad cordobesa.

'Aunque vivimos en un momento de tolerancia religiosa y cultural, en nuestro país hay muchos magrebíes que viven amontonados en pisos patera, como ocurría en aquella época', explicó Falcones sobre las similitudes entre el choque de culturas en aquella época y la actualidad. También denunció que en aquellos años se achacaba a la 'alta nata-lidad de los musulmanes, como ocurre ahora, aunque se ha demostrado que era mentira'.

La novela de Falcones aparece en un momento en el que la novela histórica vive una época dorada. El escritor lo atribuye a que 'la realidad ha superado con creces la ficción y busca que la novela le explique lo que está ocurriendo'. Falcones confía en 'enganchar al lector con una lectura ágil, no pesada, ni barroca', para repetir éxito.

Antes de que se apagaran los flashes y los focos, el escritor manifestó que ya tiene listo su próximo proyecto. No desveló nada los editores no le dejaron, pero también es posible que se desarrolle en una época histórica. 'Antes de esta novela, intenté algo con un periodo más actual, pero no gustó', confesó un autor que, a pesar de las ganancias de su éxito, todavía no ha cerrado su despacho de abogados.

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