Silenciosa y discreta, Rinko Kikuchi (Hadano, Japón, 1981) no es una de esas actrices que se explayan al hablar de sus personajes, del proceso de rodaje, de su carrera. Por eso sorprende cuando se arranca, certera, a describir a Isabel Coixet: 'Es como una serpiente. Es apasionada. Es como un cuchillo afilado'. Toma haiku.

No menos loas, aunque sí menos poéticas dedica a su compañero en Mapa de los sonidos de Tokio filme que se estrena el viernes, a quien le agradece haberla convertido en mejor actriz. 'Además de buen intérprete es un hombre apasionado', dice. 'Nos entendimos muy bien ante la cámara', asegura.

Por ejemplo, en las escenas de sexo, de las que el último filme de Isabel Coixet viene repleto. 'Han sido física, psicológica y mentalmente increíbles', explica una de las pocas actrices japonesas en desnudarse íntegramente en la gran pantalla. 'Supongo que soy pionera en este campo y que iré abriendo camino', asegura la actriz a la que Alejandro González Iñárritu descubrió al mundo occidental en Babel (2006), y por cuyo papel recibió una nominación al Oscar.

'Es importante para mí aprender a utilizar mi cuerpo como herramienta para expresar a mis personajes', y para interpretar escenas de amor y de sexo que 'existen en las películas porque existen en la vida cotidiana', matiza.

Rodeada pues de Isabel Coixet y Sergi López, dos españoles con buenas dosis de sangre en las venas, Rinko Kikuchi se puso en la piel de Ryu, la protagonista de Mapa de los sonidos de Tokio: una mujer hermética, que mantiene una doble vida, de asesina a sueldo y trabajadora en el mercado de pescado de Tokio. Ryu recibe el encargo de matar a David (Sergi López), un español que tiene una tienda de vinos en la capital japonesa y del que acaba enamorándose.

'No creo que ella sea tan dura ni tan extraña. Creo que todas las mujeres son así, frágiles y duras a la vez'. Aún así, la actriz, que acaba de finalizar el rodaje de Norwegian Wood adaptación de la novela de Haruki Murakami dirigida por el director franco-vietnamita Tran Anh Hung matiza que el personaje de Ryu sí le trajo complicaciones. 'No entendía por qué mataba y también me costó entender esa existencia plana en la que vive al principio del filme', asegura.

Pero la mirada acertada sobre el mundo femenino, que según Kikuchi, tiene Coixet le sirvió de guía. 'Entiende profundamente a los personajes y da a los actores mucha información sobre ellos', apunta, quien piensa que, más allá del thriller, Mapa de los sonidos de Tokio demuestra que 'el amor es un lenguaje universal que, a veces, conduce al dolor y la tristeza'.