José Manuel Cervino recibió el Goya al mejor actor de reparto de manos de Elsa Pataky por su interpretación en la película "Las trece rosas", en la en la XXII edición de estos galardones.

"Lo más bonito de esto es que te sientes querido por tus compañeros de profesión", ha explicado Cervino quien, a sus 67 años, ha conseguido el primer Goya de su carrera, justo veinte años después de su anterior candidatura, como mejor actor principal, por su papel en la película de Manolo Matji "La guerra de los locos", imponiéndose a Emilio Gutiérrez Caba, Carlos Larrañaga, Julián Villagrán y Raúl Arévalo.

Visiblemente emocionado, quiso bromear diciendo que si hace viento utilizará su Goya "para sujetar la puerta" y en cuanto a sus futuros proyectos profesionales, solo ha acertado a decir que está "entre contrato y contrato".

A pesar de que el suyo no es un nombre conocido para la mayor parte de público español, José Manuel Cervino debutó en la gran pantalla ya en el año 1970, con un pequeño papel en la película "Pierna creciente, falda menguante" de Javier Aguirre y que protagonizó Laura Valenzuela.

Más tarde, y siempre en papeles secundarios, formaría parte del elenco de varias películas del destape como "Los novios de mi mujer", "La insólita y gloriosa hazaña del cipote de Archidona", "Emilia... parada y fonda" y "Operación ogro", entre otras.

"Estoy muy contento porque no me esperaba. Es una película muy emotiva y es fantástico ser el único hombre entre tanta mujer", ha comentado Cervino, quien también ha trabajado con algunos de los grandes directores español; intervino en dos de las películas más aplaudidas de la directora Pilar Miró: "El crimen de Cuenca", en 1980, y "Gary Cooper que estás en los cielos", en 1980; y con José Luis Garci en "El crack II".

En 1988 fue candidato al Goya como mejor actor protagonista por su trabajo en la película "La guerra de los locos" de Manolo Matji, aunque en aquella ocasión el galardón fue a parar a Alfredo Landa por su papel en "El bosque animado".