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Presentan la Torre del Agua, donde el líquido elemento adquiere dimensión cultural

EFE

La Torre del Agua, un edificio singular diseñado por el arquitecto Enrique de Teresa para la Exposición Internacional 2008 de Zaragoza, será el lugar donde el agua adquiera su dimensión más cultural a través de un conjunto de propuestas que rozan la poesía y la sensualidad.

Así lo explicó hoy durante una visita al edificio Todd Plamer, integrante de Program Collective, equipo encargado de elaborar el contenido expográfico del edificio, un proyecto denominado "Agua para la Vida", dividido en dos partes: "La naturaleza del agua" y "Agua en mente".

Este edificio, una torre acristalada de 73 metros, fue concebido como el mirador de la Expo y como el punto de unión con el centro histórico de la capital aragonesa, ya que desde su terraza se puede contemplar el perfil de los monumentos más característicos: la catedral de La Seo y la basílica del Pilar.

Su interior se divide en dos partes, una de 20 metros de altura y otra de 40, y en ellas se ha instalado la exposición, un conjunto de propuestas que ofrecen al visitante una visión científica del agua o una visión cultural, más cercana a la vida y al ser humano.

En la entrada a la primera, el visitante se encontrará con una cortina de agua de 27 metros que trata de generar un "efecto mágico", además de crear "misterio" sobre qué hay detrás de ella, además de numerosos elementos en los que se proyectan audiovisuales sobre diferentes paisajes del mundo.

Tras pasar la cortina, comienzan los contenidos: la historia del agua, su ciclo, los paisajes que crea o los fenómenos físicos que genera, en los que el visitante sufre un "contraste de temperatura": el calor, el frío y la humedad extrema.

Tras esta "parte científica", que está perfectamente adaptada al edificio, continúa la parte "cultural", un espacio central, totalmente abierto y de 40 metros de altura, en el que impresiona "Splash", una escultura de grandes dimensiones que simboliza una gota de agua en explosión.

Todd Plamer aseguró que trata de transmitir la "potencialidad" y el "poder" del agua, al ser un recurso que genera creación, imaginación, sueños, palabras e imágenes, es decir, "que provoca todas las acciones".

Esta zona tiene siete plantas y, conforme el visitante sube por rampas laterales, se encuentra con diferentes visiones de la escultura y audiovisuales, en tres pantallas instaladas de manera horizontal, para suscitar la movilidad del público.

Los audiovisuales reflejan la vida de un anciano, quien a través de "flash back" cuenta sus diferentes contactos con el agua en momentos importantes de su vida.

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