Este artículo se publicó hace 15 años.
La propuesta es el éxito
Guardiola ha logrado que el Barça funcione como equipo
Enrique Marín
Sólo desde la envidia o alguna razón oculta se puede negar que Guardiola ha sido el técnico más decisivo de esta Liga. Sobre todo, porque en el caso de Pep su incidencia se ha hecho extensible a la Copa del Rey y a la Liga de Campeones, competiciones en las que el Barça también ha exhibido e impuesto su fútbol.
El técnico azulgrana ha ganado todo lo que podía ganar en su primera temporada en el banquillo del Camp Nou. Lo suyo ha sido de récord y se ha puesto el listón tan alto que difícilmente podrá igualarlo y aún menos superarlo.
Pero, al igual que el poeta Machado, Pep no se jacta tanto de sus éxitos como de sus propósitos. Sabe que haber levantado tres títulos es un hito, pero no olvida que lo más importante, el verdadero mérito de su equipo, ha sido el camino elegido para llegar donde ha llegado su Barça.
A Pep no hay que elogiarle por lo que ha ganado, sino por cómo ha jugadoPrecisamente por ello, a Guardiola no hay que elogiarle o admirarle por lo que ha ganado, sino por la propuesta elegida y mantenida hasta construir un equipo que juega al fútbol mejor que nadie.
Con un estilo propio, heredado y mejorado, hasta superar en prestaciones colectivas al mítico Dream Team. Es ahí donde radica el éxito futbolístico de Guardiola y sus ayudantes, especialmente de Paco Seirul.lo, auténtico ideólogo de una metodología de entrenamiento que ha permitido a Pep preparar a su equipo para jugar como lo ha hecho. El rigor táctico, el compromiso, la confianza, el atrevimiento, la fe ciega en una manera de jugar en la que se asumen riesgos porque sin ellos no se puede jugar como lo hace el Barça.
Guardiola ha logrado que el Barça funcione como equipoCoincido plenamente con quienes sostienen que el ser humano es mimético por naturaleza, de ahí que imitemos el patrón de comportamiento que obtiene éxito. A partir de ahora serán muchos los que repliquen (o al menos lo intenten) la conducta de Pep. Ojalá sea así, pues esta es la verdadera contribución de Guardiola al fútbol.
Los títulos están para festejarlos, pero las verdaderas conquistas son las que dejan huella. No hay mayor satisfacción que ganar mereciéndolo, pues no sólo te llevas la copa (tres en el caso de Pep) sino el reconocimiento de que has sido el mejor. Los primeros no son siempre los mejores y, sí, hay formas indignas de ganar.
Conocimientos adquiridosGuardiola ha aplicado con enorme destreza los conocimientos adquiridos durante los años previos a sentarse en un banquillo, cuando el tantas veces denostado Juanma Lillo le sirvió de guía.
El liderazgo, la pasión por el fútbol y el sentimiento azulgrana venían de serie. En la hora de los elogios infinitos, el técnico del Barça ya mira al futuro. Su objetivo no es perpetuarse. Sabe que algún día dejará de ganar, pero mientras su propuesta sea la misma, nunca será un perdedor.
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