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La suerte sigue si cambiar para Alonso y Ferrari

EFE

La suerte, mala, sigue sin cambiar para Fernando Alonso y Ferrari, que ven cómo pasan las carreras y por razones ajenas a la competitividad del coche no se recogen los resultados que están a su alcance: ayer el Gran Premio de Gran Bretaña, por primera vez en la temporada, ninguno de los dos coches terminó en los puntos.

Después de la falta de competitividad que mostró el F10 en Turquía, a partir de la siguiente prueba, en Canadá, Fernando Alonso podía haber aspirado legítimamente a la victoria, dando por descontado que los Red Bull del australiano Mark Webber, vencedor este fin de semana en Gran Bretaña, y del alemán Sebastian Vettel, son imbatibles y con diferencia en la sesión de clasificación.

En Canadá, Alonso regresó al podio, pero fue adelantado, primero por el británico Lewis Hamilton (Mclaren-Mercedes) y luego por el compañero de equipo de éste, Jenson Button, cuando tuvo problemas para adelantar a coches doblados.

En Valencia el Ferrari F10 dio un importante paso en prestaciones y Fernando Alonso podría haber terminado de nuevo fácilmente en el podio, pero las circunstancias negativas esta vez, en forma de coche de seguridad y de respeto al reglamento, le privaron del mismo y se tuvo que conformar con el octavo puesto.

Lewis Hamilton, que no había respetado el reglamento, que fue sancionado de una manera leve tras ser denunciado su adelantamiento al coche de seguridad por Fernando Alonso, pudo terminar en segunda posición.

Este fin de semana en Silverstone el F10, con mas novedades, ha seguido mostrando su progresión y se mostró como el mas competitivo en configuración de carrera.

Fernando Alonso, como en Canadá, podía aspirar a la victoria, pero todo lo que podía ir mal, fue mal, desde la salida, con un problema en el embrague que le hizo perder posiciones. A partir de ese momento todo se complicó hasta extremos insospechados.

Las declaraciones de Alonso al final del Gran Premio de Europa en Valencia -"lo siento por los espectadores que han asistido a una carrera manipulada", porque él había respetado el reglamento y terminado octavo, y quien no lo había hecho, segundo-, le iban a pasar factura.

En la vuelta diecisiete Alonso se emparejaba con el polaco Robert Kubica (Renault) y lo adelantaba cortando la curva, porque no había sitio para que pasaran los dos coche a la vez sin tocarse.

El director de carrera Charlie Whiting iba a aprovechar esta maniobra para pasar factura a Alonso: ordenó al equipo que le comunicaran que debía dejar pasar a Kubica, pero en esos momentos el polaco había bajado su ritmo, porque había roto el motor y se dirigía al garaje.

El incidente del adelantamiento, en cualquier caso dudoso, debería haberse terminado ahí, con la retirada de Kubica, pero tras las palabras de Alonso en Valencia de "carrera manipulada" iba a ser ejemplar y el paso por la calle de talleres se le comunicaba al equipo cuando además la carrera se neutralizaba con el coche de seguridad.

La carrera de Alonso, al volante de un coche muy competitivo, estaba muerta a partir de ese momento y era la tercera seguida en la que las circunstancias le impedían conseguir el resultado a la altura del piloto y del coche.

La situación de Alonso y Ferrari en el mundial cada vez se complica mas. El piloto ha anunciado que luchará por el mundial hasta la última gota de sudor. Quizás dentro de dos semanas en Alemania la suerte comience a cambiar y obtenga simplemente los resultados que se merece por sus cualidades y las del coche.

Javier García-Ochoa

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