Cómo saber si un huevo está malo

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Siempre hay que tener cuidado con las intoxicaciones alimentarias, especialmente durante el verano. Y uno de los alimentos que más suele provocarlas es el huevo. Ya sea cuando constituye el protagonista de nuestros platos o cuando lo usamos como ingrediente para la elaboración de tortillas, masas, pasta o salsas, es necesario tener cuidado.

La importancia de que se encuentre en perfecto estado resulta fundamental. Por ese motivo, es necesario tener en cuenta cómo saber si un huevo está malo antes de utilizarlo. Nos evitaremos más de un disgusto y cuidaremos no solo nuestra salud, sino también la de nuestros seres queridos.

Caducidad de los huevos

Huevos blancos
Huevos blancos/Foto: Pixabay

Lo primero que debes vigilar para comprobar si un huevo está en mal estado es su fecha de caducidad. Esto has de hacerlo, antes de nada, en el supermercado o en la tienda, y luego revisar en casa antes de usarlo. Fíjate en las fechas que indican de consumo preferente para tenerlas en cuenta. Suelen constar en la caja o huevera de cartón donde se comercializan, así como impresa en la cáscara.

Los huevos suelen conservarse en perfecto estado durante unos 28 días desde el momento de la puesta, por lo que a partir de esa fecha no es recomendable consumirlos. Probablemente estarán malos.

Pero a veces tenemos dudas porque hemos tirado la caja y la fecha no consta en la cáscara. También puede ser que prefiramos asegurarnos de que no se han estropeado con alguna oscilación de temperaturas en la cadena de frío. Por ello, siempre es útil conocer los distintos métodos para averiguar si puedes consumir un huevo sin problema.

Flotación en el vaso de agua

Huevo en vaso de agua
Huevo en vaso de agua/Foto: Pixabay

El método de flotación en el vaso de agua es el más rápido y habitual. Solo tienes que llenar un vaso de agua e introducir el huevo en él. Según lo que suceda entones, sabrás si el huevo está malo. Cuando el huevo se va al fondo y permanece en él, el huevo está fresco; pero si flota, está en mal estado. Esto último sucede porque ha pasado tiempo y le ha entrado aire, por lo que pesa menos, su densidad es menor y se ha estropeado. Deberás desecharlo.

Aspecto de la cáscara y del interior

Huevos
Huevos en cuenco/Foto: Unsplash

Otra forma de averiguar si un huevo está en mal estado es observarlo por dentro y por fuera. Por lo que respecta al exterior, debes fijarte si la cáscara está lisa y presenta buen aspecto. Es decir, no debe tener grietas, ni parecer fina o frágil. Tampoco ha de verse abombada. No obstante, no te fíes solo de esto, porque puede estar bien por fuera y mal por dentro. Así que cuando lo rompas para usar deberás comprobar varias cosas.

Lo primero es el olor. Si huele mal, tíralo. Lo segundo es observar la clara, que ha de ser gelatinosa, firme y transparente. Y lo tercero, fijarse en la adherencia de la yema y la clara. Si el huevo está bien, deben separarse con facilidad. Si están adheridas y cuesta separarlas, está en mal estado.

Sonido del huevo

Cuenco con huevos
Cuenco con huevos/Foto: Unsplash

Además, puedes comprobar el sonido que emite el huevo al agitarlo. Tal vez esto te extrañe, pero es que realmente no debe hacer ningún ruido si lo meneas en tu mano. En el supuesto de que oigas una especie de chapoteo o como si estuvieras agitando algo con líquido en el interior, tendrás que tirarlo. Eso es que la yema golpea contra la cáscara porque está estropeado.

Conservación de los huevos

Huevera
Huevera/Foto: Pixabay

Todos esos trucos te sabrán para averiguar si los huevos están en perfecto estado, pero no puedes olvidar tomar todas las medidas para conservarlos correctamente. Deberás guardarlos en un sitio seco y fresco, como puede ser la nevera. Puede que entonces te preguntes por qué en el supermercado los huevos no están refrigerados. Y es que se conservan a temperatura ambiente precisamente para evitar los cambios bruscos de temperatura cuando te los lleves a casa, el principal problema por el que proliferan las bacterias. Cuando aquellos se producen, se rompe la cutícula de la cáscara y las bacterias entran en su interior.

Esa es la misma razón por la que, al llegar a casa, debas conservarlos en la nevera, donde no se producirán cambios de temperatura en tu hogar. De igual modo, el sitio más adecuado no es la puerta del frigorífico. Lo mejor es que estén en las baldas en su propio envase y así podrás consultar siempre su fecha de caducidad.

Por último, recuerda que no es aconsejable lavar los huevos antes de guardarlos en la nevera ni antes de consumirlos. Ten en cuenta que la cáscara posee esa capa protectora que, si rompes, facilitará que entren las bacterias. Sigue todos estos consejos y evitarás riesgos a la hora de comerlos o preparar con ellos deliciosas recetas.



Silvia Pato

Escritora y redactora gallega. Autora de los libros Las nueve piedras y El Libro del Único Camino, así como de numerosos relatos en revistas de género, colabora asiduamente con sus artículos y columnas de opinión en diversos medios digitales. Con la pasión y la curiosidad que la caracterizan, descubre el mundo a través de su historia, su cultura, sus lugares y sus gentes para difundir y compartir todo tipo de sensaciones y hallazgos. Porque todo viaje comienza con un solo paso.

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