Consumir productos como frutas y verduras de temporada contribuye a nuestro ahorro, puesto que su precio resulta más económico. Pero también nos ofrece un beneficio mayor, y es que se trata de la época del año en que más sabrosas están. De tal manera podemos degustarlas y aprovechar sus propiedades saludables al tiempo que cuidamos nuestro bolsillo.
Para que no tengas dudas a la hora de elegir las de este mes, estas son las frutas, verduras y hortalizas que hay que consumir en enero. ¡No dejes de buscarlas cuando vayas al mercado o al súper!
Brócoli
El brócoli es una de esas hortalizas que está en enero en su mejor momento, así como durante el resto de los meses más fríos del año. Rico en vitaminas A y C, potasio, hierro y ácido fólico, no puede faltar en tu alimentación.
Las posibilidades del brócoli son múltiples en la cocina, y más allá de platos de cuchara como cremas y sopas, puedes prepararlo en conserva, al horno y en salteados de lo más variado. Una opción estupenda es preparar la tradicional ensalada césar con brócoli cocido en vez de usar lechuga. Y si tienes problemas para que lo coman los más pequeños de la casa, probablemente les encantará si lo preparas gratinado con nata y champiñones.
Coles de Bruselas
El mejor momento para comprar las nutritivas coles de Bruselas es a principios de año. Son ricas en vitaminas C y K, además de tener un elevado poder antioxidante y contribuir a reforzar nuestro sistema inmunitario.
Si quieres tomar todos los nutrientes que pueden aportar a nuestro organismo, lo mejor es que las cocines al vapor, aunque en otras elaboraciones están muy sabrosas y resultan también muy saludables. Además, encontrarás numerosas recetas con ellas que gustarán a los más pequeños de la casa, como salteadas con bacon o preparadas al horno con miel y arándanos. Una delicia para toda la familia.
Grelos
Durante el invierno, hay una verdura protagonista de la cocina gallega: los grelos, perfectos para comprar en enero. Se trata de las hojas de la planta del nabo, que aunque se pueden comer ya en otoño, cuando salen sus primeras ramas, a las que se llama nabizas, el mejor momento es en invierno, cuando están más crecidas y aún tiernas.
Los grelos son ricos en vitamina C, ácido fólico y betacaroteno, así como en hierro y calcio. Si los sirves cocidos como acompañamiento de cualquier carne, resultan perfectos, aunque también los puedes preparar con patatas o en un delicioso caldo gallego.
Naranjas y mandarinas
Las naranjas y algunas variedades de mandarina, como la clemenvilla, siguen de temporada durante el mes de enero, así que es buen momento para comprar estos cítricos y consumirlos en cualquier momento del día. Perfectos para preparar zumos y batidos, siempre han de formar parte de nuestra alimentación. Toma una buena dosis de vitamina C, que ayuda a que nuestro organismo absorba mejor el hierro, además de otros minerales como zinc, fósforo, calcio y magnesio.
Plátano
Una de las mejores frutas para consumir en enero y durante el resto del invierno es el plátano. Es la reina de las frutas si quieres recuperar tu energía, además de aportarnos una valiosa cantidad de magnesio. No es de extrañar que constituya un imprescindible en la dieta de todos los deportistas.
Además, los plátanos son perfectos para preparar batidos, gachas y otras recetas como magdalenas o el popular banana bread. Aprovecha cuando estén muy maduros para meterte en la cocina y transformarlos en el ingrediente principal de tus platos.
Puerros y calçots
Con enero llega la mejor temporada de los puerros y calçots, los dos pertenecientes a la familia de las liliáceas. El puerro es una hortaliza básica para infinidad de recetas de cocina, con la que podrás preparar cremas y sopas, como la popular porrusalda o la famosa vichyssoise. Además, con el puerro estarás tomando una buena cantidad de fósforo, calcio, potasio y magnesio, así como vitaminas C, E y B6, que contribuyen a reforzar el sistema inmunitario.
Por su parte, el calçot constituye una variedad dulce y tierna de cebolla, con una forma y tamaño que recuerdan al puerro, aunque de aspecto más delgado y con el bulbo más pequeño. Su consumo mejora el tránsito intestinal y contribuye a drenar el sistema renal.
Su cultivo es característico del interior de Cataluña, donde cuentan con su propia Indicación Geográfica Protegida (IGP) Calçot de Valls. De hecho, el último domingo del mes de enero, se celebra una fiesta gastronómica en la que son los protagonistas: la Gran Fiesta de la Calçotada de Valls. La forma tradicional de prepararlos es al fuego, envueltos en hojas de periódico, y acompañados después por salsa romesco. Una auténtica delicia gastronómica.
