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Balcón hacia el cosmos

El telescopio espacial 'Hubble' cumple dos decenios observando el universo

NUÑO DOMÍNGUEZ

El telescopio más alto del mundo ya se ha hecho adulto. El próximo 25 de abril el Hubble cumplirá 20 años en servicio. A casi 600 kilómetros de la Tierra, este ingenio robótico construido por la NASA y la Agencia Europea del Espacio (ESA) ha dejado tras de sí algunas de las fotografías más espectaculares del cosmos y ha ayudado a calcular la edad del universo, ilustrar la formación de agujeros negros y captar cómo nacen y mueren las estrellas.

Su futuro es incierto. La NASA y la ESA han garantizado su vida útil hasta 2014. No se espera que haya más misiones tripuladas para actualizarlo o repararlo. Lo más probable es que sus dispositivos vayan fallando hasta que quede completamente en silencio y a la deriva.

'Nadie sabe cuánto va a aguantar más allá de 2014', explica Jesús Maíz, un investigador del CSIC que ha trabajado durante años en el centro de control del Hubble.

El instrumento es una mezcla entre satélite y catalejo que tiene 12 metros de largo y pesa 11 toneladas. Sus cámaras y espejos estaban predestinados a tomar las mejores imágenes del universo, pues, al contrario que los telescopios terrestres, no tienen que contrarrestar las distorsiones que causa la atmósfera. 'Tenerlo en el espacio permite ver objetos que no podemos ver desde la Tierra', explica Maíz. Su especialidad son las estrellas masivas cinco veces más calientes que el Sol y cientos de veces más pesadas. El Hubble es especialista en ver la luz ultravioleta que emiten estas estrellas y que en ocasiones no es visible desde la Tierra por su lejanía y la interferencia de la atmósfera.

El Hubble se estrenó con un fracaso. Poco después de su lanzamiento en 1990, sus creadores se dieron cuenta de que su espejo principal era defectuoso y las imágenes que el ingenio mandaba a la Tierra tenían una calidad mucho menor de lo esperado. Así comenzó la tradición de mandar misiones tripuladas para arreglar el telescopio y actualizar sus instrumentos. La última de las cinco excursiones fue el año pasado, cuando siete astronautas instalaron en el Hubble su equipamiento final. Estos instrumentos le permitirán seguir detectando galaxias, planetas fuera del sistema solar que giran en torno a su propio sol y nuevas nebulosas tan espectaculares como la del Águila o el Cangrejo.

Si todo sale según lo previsto, su sucesor llegará al espacio a bordo de un cohete Ariane 5 en 2014. Se trata del James Webb, que podrá ver más lejos en el espectro infrarrojo pero que será ciego a otras longitudes de onda que el Hubble sí puede ver.

1. Edad del universo. El telescopio espacial lleva el nombre de Edwin Hubble, el astrónomo estadounidense que descubrió que el universo está en continua expansión desde su creación y formuló la constante que define ese movimiento. Dependiendo del modelo usado, las estimaciones de la edad del universo basadas en la constante eran muy amplias: entre 7.000 y 20.000 millones de años. Desde 1990, el Hubble observó el movimiento de 18 galaxias en diferentes puntos del universo. Las mediciones permitieron a los astrónomos concretar la edad en 13.700 millones de años.

2. Agujeros negros masivos. La teoría de la relatividad de Einstein predecía que en el universo existen una especie de sumideros cósmicos que se lo tragan todo a su alrededor, incluida la luz: los agujeros negros. En 1997, un equipo de astrónomos presentó imágenes del Hubble en las que se veían estos agujeros. Tras estudiar 27 galaxias con el Hubble y otros telescopios terrestres, predijeron que casi todas las galaxias tienen agujeros negros supermasivos. El tamaño de los sumideros es proporcional al de la galaxia que lo aloja y crecen manteniendo un equilibrio.

3. Así nacen los planetas. Para que un planeta se forme es necesario que el harinoso polvo estelar y la luz se mezclen formando una masa más compacta. Así lo predecían las observaciones desde la Tierra y así lo confirmaron las fotografías del Hubble, que presenció los primeros pasos del alumbramiento de nuevos planetas. El telescopio enfocó estrellas jóvenes de menos de 10 millones de años. Captó cómo el polvo y los gases que las rodean, llamados discos protoplanetarios, comienzan a compactarse y unirse en bloques cada vez más grandes que finalmente se unirán para formar planetas.

4. La energía oscura existe.  En 2001 el Hubble captó un fogonazo único desde una estrella en pleno estallido. Era la supernova más lejana observada hasta el momento, a 10.000 millones de años luz. La expansión del destello sirvió para probar algo que había propuesto y después descartado Einstein: la existencia de la energía oscura. Este misterioso ingrediente que compondría el 74% del universo es, según las observaciones del Hubble, el responsable de la peculiar forma en la que este se expande, mucho más rápida en sus extremos que en su centro.

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