Este artículo se publicó hace 16 años.
Correo basura
La peste del siglo XXI cumple 30 años
El 3 de mayo de 1978, 392 miembros de Arpanet (la primera versión de Internet) recibieron el mismo correo electrónico en el que un desconocido trataba de venderles un nuevo ordenador: había nacido el spam. Hoy, cuando entre el 80% y el 90% de los 120.000 millones de correos que se mandan cada día son basura, este fenómeno se ha convertido en una de las peores pestes de Internet.
Aquel primer correo electrónico no deseado (tendrían que pasar tres lustros para que se usara el término spam como su sinónimo) contenía los elementos básicos para considerarlo como basura: intentar vender algo, y enviarlo de forma indiscriminada y sin haberlo pedido el destinatario. Su contenido comercial es evidente: "Digital hará una presentación de los nuevos miembros de la familia DECsystem-20 (...) en California este mes. El lugar será...", se puede leer en el texto original.
Un segundo elemento que define al spam es su carácter de envío masivo. El empleado del departamento de marketing del fabricante de ordenadores DEC Gary Thuerk tuvo la genial idea de enviar el anuncio a todos los miembros que Arpanet tenía en la costa oeste de EEUU. Por entonces, esa red, que aún pertenecía al Departamento de Defensa, era un círculo restringido de militares, centros de investigación de las universidades y algunas de las empresas tecnológicas.
Thuerk tuvo que escribir las direcciones a mano, ya que los programas de correo electrónico andaban en pañales. Por esas ironías de la vida, el visionario Thuerk sigue dedicándose al marketing, mientras que DEC, una vez pionera de la informática, ha desaparecido.
El autor reconoce su error
El tercer elemento básico para que un e-mail sea visto como spam es su carácter de no deseado o no solicitado. Buena parte de los destinatarios protestaron por el envío y las autoridades dieron una buena reprimenda a DEC por usar la red para un mensaje publicitario. El avispado comercial reconoce, 30 años después, que hizo mal al mandar aquel correo. Sin embargo, como recoge en su blog el presidente de la Fundación Fronteras Electrónicas y descubridor del primer spam, Brad Templeton, no siempre fue así.
Con motivo del 25 aniversario, Templeton le preguntó a Thuerk sobre su fechoría y éste la defendió, asegurando que el anuncio sobre un nuevo ordenador que integraba el programa Arpanet era lo suficientemente relevante como para mandarlo.
¿Qué ha pasado en este tiempo para que un único correo electrónico con información relevante enviado a unos pocos centenares de personas haya degenerado en 120.000 correos basura diarios? Durante la década de los años ochenta, apenas nada. Internet seguía siendo entonces un coto cerrado. Sin embargo, dos hechos sucedidos en 1993 cambiaron las cosas. Primero, en marzo de ese año, un responsable de los grupos de noticias de Usenet, Joel Furr , creó un programa para mandar cadenas de mensajes.
Aunque Furr fue de los primeros en denominar a esta práctica abusiva como spam, el término ya era popular en la Red para criticar el envío masivo de mensajes o comentarios en las salas de chat. El origen de este sentido de la palabra parece estar entre los fanáticos de los Monty Python.
El origen de la palabra ‘spam'
En 1970, el grupo cómico británico escenificó en la televisión de la BBC un número delirante : una señora entra en una taberna con su hijo para comer. Al cantarle el menú, todos y cada uno de los platos llevan un tipo de carne enlatada que llaman spam. En los dos minutos que dura la escena, la camarera llega a pronunciarlo en 38 ocasiones, eso sin contar con las réplicas de la mujer, que no quiere spam, los comentarios de su hijo, que sí quiere, y un grupo de vikingos que, en la mesa de al lado, cantan a coro ¡spam, spam, spam! En la época de los Monty Python, decir spam era sinónimo de algo no deseado al tiempo que inevitable.
Menos clara está la connotación negativa del término spam. SPAM, en mayúsculas, es una marca de Hormel Foods , una empresa de EEUU dedicada a vender productos alimenticios. Por lo visto, durante la II Guerra Mundial, los envíos de carne en lata marca SPAM al Reino Unido para alimentar a la necesitada población británica provocó tal hartazgo que el nombre se quedó grabado en el subconsciente colectivo.
Sin embargo, Hormel Foods no parece quejarse. Sus productos bajo la marca SPAM siguen comercializándose en EEUU, Canadá y México. Camiones suyos viajan por las ferias como un tenderete de salchichas más. Incluso, han ampliado el abanico de productos. Hoy tienen SPAM de pavo, de cerdo o ternera.
Además, han sacado una larga lista de recetas, materiales promocionales y hasta un juego de mesa. Eso sí, en un aviso legal en su web, recuerdan que lo suyo es el SPAM, no el spam.
El 30 de abril de 1993, se produce un segundo hecho que explica la explosión del correo basura de los años siguientes. Ese día, los creadores del sistema de enlaces de hipertexto WWW lo ofrecen libre y gratuitamente a la sociedad. Esto hace que Internet, ahora con páginas web llenas de textos, fotos y vídeos, se popularice. Y, con la popularidad, llegan los spammers, comerciantes espabilados que ven en la Red una forma rápida y barata de hacer dinero rápido.
Un par de abogados
Los más avispados son una pareja de abogados de EEUU. En abril de 1994, Martha Siegel y su marido, Laurence Canter, se hacen populares a costa de mandar mensajes haciendo publicidad de sus servicios legales en 6.000 grupos de discusión de Usenet. Aunque fueron denunciados, enjuiciados y condenados, abrieron los ojos a quienes, sin muchos escrúpulos, pretendieran dar a conocer su producto en la Red.
Los dos abogados llegaron a publicar un libro cuyo título, Cómo hacer una fortuna en la Superautopistas de la Información, lo dice todo. Un año después, en junio de 1995, ya se mandaban 30.000 millones de correos
basura al día.
Desde entonces, el spam ha cambiado mucho. Antes era obra de unos cuantos personajes que, casi artesanalmente, mandaban unos miles de correos desde su ordenador hasta que su proveedor les cortaba el acceso. Ahora, el 80% de todo el correo basura que se envía es obra de seis. Pero esos seis son en realidad redes de ordenadores zombis compuestas por millones de equipos repartidos por todo el mundo. Sólo una de estas redes, Storm Botnet, es responsable del 20% del spam en lo que llevamos de año, según MessageLabs.
Como explican desde el proyecto Spamhaus , el spam forma ya parte del oscuro mundo del cibercrimen. Como los proveedores de acceso vigilan mucho el envío masivo de correo, los spammers alquilan redes de PC que previamente han sido infectados por un virus. De esta manera, pueden mandar los mensajes sin gastar un euro en infraestructura, evitando el acoso de la operadora y, lo que es más importante, burlando los filtros antispam.
Lo que no ha cambiado mucho en todo este tiempo es el contenido. Anuncios de productos milagro, ocasiones únicas de hacer un negocio o páginas de contenido sexual son abundantes. Cuatro de cada cinco correos basura apelan a alguna inseguridad masculina. Un informe de MessageLabs sobre el spam en el primer trimestre del año revela que el 78% de los mensajes tiene que ver con medicinas que supuestamente alargan el pene, refuerzan su rendimiento sexual, como la viagra vegetal, o anuncian réplicas de relojes de marcas de prestigio.
Un 11% de crédulos
El presidente de la Fundación Fronteras Electrónicas recuerda que, a pesar de lo estúpidos que puedan parecer este tipo de mensajes, siguen existiendo porque se gana dinero. "Por eso lo hacen, nos envían correo basura cada segundo y siempre hay alguien que cae", dice.
De hecho, los datos corroboran la opinión de Brad Templeton. Según un reciente informe de la empresa de seguridad informática Sophos, el 11% de los internautas de Estados Unidos ha comprado al menos una vez un producto anunciado mediante estos mensajes.
Aunque no hay datos para España, su nivel de éxito debe ser menor. No en vano, el 87% viene en inglés. Según Symantec, sólo el 2% del correo basura producido en el mundo durante la segunda mitad de 2007 procede de España. Esto no significa necesariamente que sus creadores sean españoles. En realidad, la mayor parte del spam enviado desde España es de origen foráneo (en especial, ruso y estadounidense) que se aprovecha de ordenadores infectados por un virus para usarlos como
oficina de reenvío postal.
Lo que sí hacen los españoles y las empresas españolas es sufrirlo. Para los usuarios, no es sólo una molestia y pérdida de tiempo. Muchos de los mensajes esconden enlaces a páginas peligrosas, que pueden inocular algún virus o troyano en su ordenador. Para las empresas, además del gasto en ancho de banda y programas antispam, está la gestión de los correos. Se calcula que cada trabajador pierde dos días de su año laboral lidiando con estos correos.
Lo peor es que poco se puede hacer. Sólo hay, advierte Brad Templeton, una norma básica que tiene que seguir todo usuario: "Nunca, nunca, responder a lo que vea que es spam".
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