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"El fundamentalismo es una manera de afrontar la complejidad del mundo"

El polémico investigador Craig Venter fue el primero que secuenció su genoma y ha creado también el primer genoma artificial de una bacteria

JAVIER YANES

Sobre Craig Venter (Salt Lake City, EEUU, 1946) se han escrito tantos perfiles que casi cuesta mirarle de frente. Le han llamado Darth Venter por sus impulsos de patentar todo lo que se mueve, pero al mismo tiempo ha cedido su genoma -el primero individual publicado- a la humanidad sin etiqueta de precio. Estas aparentes contradicciones traen de cabeza a quienes no saben si le aman o le odian, pero la inicial desconfianza del establishment científico hacia sus ideas arriesgadas se han terminado rindiendo ante sus éxitos.

Hoy comen de su mano científicos y financieros. Su campanazo más reciente fue la fabricación del primer genoma artificial de una bacteria, técnica que pretende aplicar a la creación de organismos de diseño con fines médicos y medioambientales. Ayer recibió, en el Museo de las Ciencias Príncipe Felipe de Valencia, el premio Cátedra Santiago Grisolía 2008.

Ha tenido algunos problemas en el pasado con el ‘establishment' científico porque sus ideas se consideraban demasiado arriesgadas. ¿El tiempo le ha dado la razón?

Sí, y es agradable cuando eso sucede. La ciencia es conservadora, y es importante para la comunidad científica ser escéptica con las nuevas ideas, pero al mismo tiempo debe ser receptiva. Hay ideas locas surgiendo continuamente que no se pueden aceptar a la primera, algo que sí ocurre muchas veces en los medios de comunicación no especializados. Pero la ciencia estudia lo desconocido, y los que toman las decisiones deben mantener la mente abierta. Cuando tengo una nueva idea, es mi responsabilidad convencer a los demás con datos, pero para demostrar que una idea es buena hace falta dinero, y es irónico que el Gobierno exija probar que una idea es buena pero no conceda dinero para ello. El público lo celebra cuando hay un gran descubrimiento, pero en realidad debería preguntarse porqué no hay cien veces más descubrimientos con todo el dinero que se gasta. El sistema no soporta que la gente asuma riesgos, y esto impide el avance de la ciencia. La sociedad sufre, la ciencia sufre y el conocimiento sufre. Todo el sistema debería mejorarse.

Usted ha revelado más de usted que cualquier otro.

[Ríe] ¿Se refiere a mi autobiografía?

Me refiero a su genoma.

Sí, creo que mi autobiografía no revela nada que mi genoma no diga.

¿No tuvo miedo de saber demasiado?

Tengo 61 años. Está claro que no voy a morir de una enfermedad infantil. Es la curiosidad científica. ¿Cómo no querer saber? Pero al mismo tiempo, tu genoma nunca te dirá de qué te vas a morir. Te habla de riesgos, pero tenemos genes que contrarrestan algunos de esos riesgos, así que ahora mismo es difícil interpretarlo. Pero no hay nada que temer en el genoma, no cambia lo que eres. Lo único cierto es que vamos a morir, pero no sabemos cuándo ni cómo. El conocimiento es poder, y con esta información podemos llevar una vida más saludable.

¿Y si la familia que lleva sus genes no quiere saber?

No sentí que necesitaba el permiso de nadie para hacer mi genoma. Mi hijo ya es mayor y podrá tomar su decisión, pero se trata de una decisión individual. La privacidad será una cuestión importante, pero [James] Watson [codescubridor de la doble hélice del ADN] y yo los hemos puesto en Internet para demostrar que no es tan arriesgado, que no hay para tanto.

¿Está todo escrito en nuestros genes?

Ahora la ciencia tiene la oportunidad, por primera vez en la historia, de responder a esas preguntas. Pero harán falta 10.000 o 100.000 genomas y la información fenotípica. La ironía es que somos una especie muy genética, pero estamos genéticamente pensados para ser muy plásticos. Podemos cambiar y adaptarnos radicalmente a nuestro entorno. Ni siquiera los gemelos idénticos son idénticos, porque cuando se pasa de una célula a 100 trillones, hay sucesos aleatorios implicados. No todo es genético.

¿Se convertirán las empresas de genómica personal en los nuevos videntes, contándole a la gente lo que le va a terminar pasando?

Estoy de acuerdo con usted, hay mucha confusión, porque no se distingue entre un genoma completo, como el mío, y secuencias parciales. Muchas de estas empresas están comparando secuencias de genomas con el mío, pero no hay mucha información. Hay incluso compañías que ofrecen citas basadas en los genes. Se debe evitar vender cosas que no se pueden ofrecer. Pero todo eso es mejor que lo que está haciendo el Gobierno: guardar datos secretos en una base de datos donde hay que escanearse la retina para acceder. Yo trato de guiar con el ejemplo, abriendo los datos a todo el mundo.

El genoma de Watson costó un millón de dólares. Recientemente, la empresa Illumina afirmó haber secuenciado un genoma por 100.000 dólares. Y la compañía 454 Life Sciences promete genomas por 10.000 dólares en cinco años. ¿Se cree usted todo esto?

Hasta ahora, los dos únicos publicados en revistas científicas son el de mío y el de Jim Watson, y éste se hizo sumando datos al genoma de referencia. Illumina no puede secuenciar un genoma con su tecnología. Son sólo anuncios que confunden, destinados a vender instrumentos y servicios. Soy miembro del panel del X-prize. Tenemos un premio de 10 millones de dólares para quien secuencie un genoma por pocos miles de dólares en poco tiempo, y estoy convencido de que lo daremos en los próximos cinco años, pero dudo que sea a ninguna de las compañías que existen ahora.

¿Cuándo tendrá una bacteria vacía funcionando con el genoma bacteriano artificial que ha construido?

Esperamos que en unos meses o en un año.

¿Y cuáles serán las aplicaciones de esta tecnología?

Podremos diseñar bacterias que produzcan agua potable, combustibles a partir de CO2, electricidad... El límite es la imaginación.

Otros dos proyectos suyos se basan en la metagenómica (construir colecciones de genes de ecosistemas). Uno de ellos lo ejecuta tomando muestras del océano desde su yate, y el otro pretendía compilar los microorganismos del aire de Manhattan.

Sobre este último ha habido muchos retos tecnológicos y no queremos publicar nada de forma prematura. Está funcionando bien, pero es un campo nuevo y necesitamos nueva tecnología, porque la densidad de microorganismos en el aire es mucho menor que en el agua. Sobre el proyecto marino, ya publicamos el año pasado seis millones de genes nuevos sólo del primer cuarto de la expedición, y esperamos doblar el número este año. El próximo año planeamos navegar por el Mediterráno y también recogeremos muestras aquí, en Valencia.

Usted insertó un código a medida en el genoma sintético que ha diseñado. ¿Qué aplicaciones puede tener esto?

Científicamente, nos permite separar las contaminaciones. Por supuesto que puede tener aplicaciones para marcar organismos. Pero también es divertido.

Hay quien habla de una nueva edad dorada de la ciencia, pero también hay un aumento de la anti-ciencia, como el creacionismo. ¿A qué cree que se debe?

Esto se encuadra en un aumento del fundamentalismo a escala global. A medida que todo se vuelve más complejo, hay gente que se siente sobrepasada, y la tendencia natural humana es regresar a métodos más simples. El fundamentalismo es una manera de afrontar la complejidad. Pero el futuro depende ahora cien por cien de la ciencia. El fundamentalismo no bloquea la ciencia en EEUU, pero sí afectará a cómo las futuras generaciones podrán ser competitivas. Si no se conduce a la gente a la ciencia, los países estarán sacrificando su futuro al fundamentalismo. En EEUU tenemos pendiente un cambio de régimen ahora. No importa cuál de los tres candidatos gane; siempre será mejor que el actual presidente. Si Obama gana, traerá entusiasmo y juventud.

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