Este artículo se publicó hace 12 años.
Las matemáticas pueden ayudar a desenmascarar una red terrorista
Un algoritmo desarrollado por Escuela Politécnica de Lausana permite rehacer a la inversa el camino que ha seguido la información a través de internet hasta llegar a la fuente primaria
Un algoritmo desarrollado en la Escuela Politécnica de Lausana (EPFL) permite dar respuesta a preguntas de difícil respuesta como: ¿quiénes participan en la planificación de un atentado terrorista?, ¿cómo se propaga una epidemia de cólera? o ¿quién inició ese grosero rumor sobre mí en facebook?
Para encontrar las respuestas basta con disponer de fragmentos de información de algunas de las personas implicadas en la transmisión de los mensajes y conocer el momento exacto en el que estos fueron enviados, según explica Pedro Pinto, autor del proyecto.
Imaginemos que tenemos unos 100 amigos en Facebook y que a dos de ellos (que nosotros sepamos) les ha llegado por otra vía un rumor malicioso sobre nosotros, que a su vez ha sido transmitido, desde una fuente anónima, a cientos de amigos y amigos de nuestros amigos.
Aplicando el algoritmo creado en este centro de investigación suizo, cuyos detalles se publican este viernes en la revista Physical Review Letters, basta con conocer el mensaje recibido por estos dos amigos y el momento en el que lo recibieron para remontar el camino realizado y saber exactamente quién lo inició.
Pinto: "Es capaz de rehacer a la inversa el camino que ha seguido la información" Gracias a la combinación de los mensajes recibidos por estos dos contactos y teniendo en cuenta el factor tiempo, el algoritmo "es capaz de rehacer a la inversa el camino que ha seguido la información, hasta llegar a la que con mayor probabilidad es la fuente primaria", afirma Pinto.
Un algoritmo consiste en una serie preestablecida de instrucciones o reglas, ordenadas y finitas, que permiten, paso a paso, realizar una actividad o resolver un problema abstracto, en este caso, descubrir quién inventó el rumor. El algoritmo propuesto por Pinto podría emplearse también para descubrir -analizando a muy pocos usuarios- el origen de un mensaje de correo "spam" o desde dónde se propagó un virus informático.
Pinto aclara que este algoritmo, en cuyo desarrollo se ha invertido un año y medio, no ha sido creado para descubrir quiénes extienden chismes en las redes sociales, sino que fue concebido como una herramienta para mejorar la seguridad pública.
Un algoritmo probado con éxito en Estados UnidosEn la EPFL han comprobado, por ejemplo, la validez del algoritmo en la detección del "cerebro" de un atentado terrorista, en concreto de los atentados del 11-S en Estados Unidos, obteniendo como resultado a tres sospechosos, entre los que figuraba el que, según la investigación oficial, fue el cabecilla de la acción.
Para llevar a cabo este estudio se reconstruyeron los mensajes intercambiados dentro de la red terrorista a través de la información publicada en la prensa y se incorporaron al algoritmo, de forma que el sistema proporcionó tres nombres de quienes podrían ser "los cabecillas más probables". Pinto explica que la ventaja de este algoritmo es que permite reconstruir el esquema de una red de medio centenar de personas interviniendo la comunicación de solo dos o tres integrantes.
"Podríamos obtener una idea de la red completa y el sistema nos diría qué persona es""En el caso de una red terrorista, si se lograse intervenir durante un tiempo las conversaciones telefónicas y los emails de dos o tres personas, podríamos obtener una idea de la red completa y el sistema nos diría qué persona es, con la mayor probabilidad, el 'cabecilla' de la trama", asegura.
La utilidad del algoritmo se ha comprobado hasta el momento a posteriori, si bien Pinto considera que puede emplearse como mecanismo de prevención en ciertos escenarios.
El científico reconoce que en el caso de organizaciones terroristas es complicado, porque "es poco realista" pensar que se pueda controlar por completo la comunicación de dos o tres miembros.
Válido para otros sectoresFuera del mundo virtual, el algoritmo de Pinto puede emplearse también para detectar dónde se inició el brote de una enfermedad contagiosa e intentar frenar la epidemia.
"Hemos probado nuestro método con los datos recogidos por un laboratorio de una epidemia ocurrida en Sudáfrica. A través del análisis de la red fluvial y de transportes fuimos capaces de encontrar el lugar en el que se declaró el primer caso", explicó. En este mismo ámbito, Pinto opina que el algoritmo puede servir para detectar en regiones pobres dónde se producen casos de enfermedades contagiosas y averiguar el punto en el que se desencadenan los brotes, para controlarlos más fácilmente.
"Por ejemplo, en muchos lugares no se puede instalar un centro médico en cada aldea, pero si se instalasen en el 10% de los poblados, y estos estuviesen interconectados para intercambiar la información, con el algoritmo sería posible descubrir el foco y frenar los casos", explica.
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