Entrevista a Nacho Soriano e Ignacio López (Impromadrid)"Debemos llevarnos mejor con nuestros errores y sacar algo positivo de ellos"
La compañía Impromadrid cumple 25 años improvisando sobre los escenarios y lo celebra con el espectáculo El que tropieza y no cae en el Teatro Infanta Isabel.

Madrid--Actualizado a
Veinticinco años improvisando sobre las tablas. Espontaneidad, humor, creatividad y azar a cargo de Nacho Soriano e Ignacio López, fundadores de la compañía Impromadrid, que ahora celebra un cuarto de siglo de historia con el espectáculo El que tropieza y no cae. En el escenario del Teatro Infanta Isabel de Madrid, Ana Morgade, Paloma Córdoba, Borja Cortés, Luis de Pablo a la guitarra y Víctor Monigote con sus dibujos en directo. También, claro, Nacho Soriano e Ignacio López, quien además de actuar es el encargado de dirigir una comedia improvisada sobre las equivocaciones.
¿El error es un acierto?
No siempre. Sin embargo, es inevitable errar de vez en cuando, así que llevémonos mejor con nuestros errores e intentemos sacar algo positivo y creativo de ellos. El error es algo inesperado que, por qué no, abre una puerta a algo con lo que no contábamos. De ahí lo que en impro llamamos el "error creativo". Por tanto, el espectáculo va más bien de llevarse bien con los errores e, incluso, de aprovecharlos.
¿La improvisación provoca mayor miedo escénico que el teatro?
En el público, seguro, porque los espectadores piensan que les vamos a hacer algo. Pero no, solamente nos nutrimos de sus vivencias —en este caso, de sus fallos, olvidos y meteduras de pata— para crear algo nuevo. Para los improvisadores, no saber qué va a pasar es precisamente lo divertido. Tras veinticinco años improvisando, ya no sentimos ningún miedo, quizá algún momento de vértigo, aunque sobre todo diversión y mucho placer.
¿Cómo se ensaya la improvisación?
Se entrena, y mucho. Como si fuera un deporte, ignoras lo que puede pasar, pero sabes perfectamente cómo moverte por el campo y dónde situarte para marcar. Llevamos muchos años investigando la improvisación teatral, probando y errando, para tener a mano la herramienta escénica que necesitamos en cada momento de la actuación.
¿Manda más la espontaneidad que la preparación?
No. Digamos que te preparas para saber reaccionar cuando aparece algo inesperado. Así, en lugar de entrar en pánico, puedes utilizarlo a tu favor.
El amor y, en general, las relaciones de pareja siguen funcionando como tema e involucrando al público, al igual que las rupturas, sean sentimentales o amistosas. ¿Les ha dejado noqueados algún caso expuesto por un espectador?
Nos han llegado a contar delitos… Lo bueno es que cuanto más turbio sea lo contado, más posibilidades tenemos de jugar con ello. Tengamos en cuenta que los estímulos del público son nuestro caldo de cultivo. Y si hay chicha, mejor para nosotros.
¿Las respuestas y propuestas del público terminan siendo previsibles?
Suelen repetirse algunas propuestas. Lo bonito es que siempre aparecen cosas que ni imaginaríamos. Hay trescientas cabezas con sus trescientas imaginarios viéndonos, por lo que siempre aparece algo imprevisible.
¿Cuál es la situación más absurda o delirante que han vivido en el escenario?
Lidiamos a menudo con el absurdo y nos encanta. Quizá lo más delirante fue la tarde en la que una espectadora paró la función porque pensaba que su pareja había muerto… Luego gritó: "¡Ah, no! ¡Que estaba dormido!". No debía de estar gustándole mucho el show…
¿Se les ha ido de las manos algún espectáculo? ¿Ha terminado el público dirigiendo la función?
En Corten, el objetivo era que el público fuera dramaturgo y director con nosotros. Resultaba maravilloso ver cómo dos espectadores discutían en directo sobre lo que tenía que pasar en la historia.
¿Cuál es el truco más recurrente en la improvisación? ¿Puede aplicarse también a la hora de improvisar canciones o la música requiere una habilidad específica?
El truco es ser honesto y estar en el presente. Obviamente, tras muchos partidos, sabes dónde poner la pelota, pero nunca es igual, porque el público y lo que nos dice siempre es diferente. Intentar repetir algo que ya ha funcionado, sea en la parte teatral o musical, no suele salir bien.
¿La repetición es inevitable o un recurso necesario?
Ambas cosas, ambas cosas.
Veinte espectáculos en un cuarto de siglo. ¿Queda algo por inventar?
Mucho. Somos una compañía de improvisación atípica en ese sentido. Nos aburrimos rápido de lo que hacemos y nos entra el gusanillo de curiosear otro tema, u otra disciplina, u otro tono…
¿Cuál ha sido el hallazgo más redondo en escena? O sea, la improvisación que les ha parecido mejor.
La que hacemos hoy. La que une a todos los improvisadores como si fueran uno. La que nos sorprende. La que hace feliz al público.
"No nos queda más remedio que improvisar en la vida, pero en el teatro nos hace felices"
Ana Morgade es una de las actrices del espectáculo. ¿Con quién les gustaría contar? Vivo y muerto.
Con Cantinflas y Rufus Wainwright, a la vez.
¿Ustedes improvisan más en la vida o en el teatro?
En la vida no nos queda más remedio. En el teatro nos hace felices.
Cuando les preguntan a sus amigos qué les ha parecido el espectáculo, ¿improvisan bien?
Eso no se pregunta.
¿El cliente siempre tiene la razón?
A nuestro público se la damos… y luego hacemos lo que nos da la gana.



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