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Muere a los 83 años el director de cine José Luis Borau

El realizador, Premio Nacional de Cinematografía, académico de Bellas Artes y de la Lengua y ex presidente de la Academia de Cine y de la SGAE, dirigió películas como 'Furtivos', 'Tata mía' o 'Hay que

EFE

El cineasta y escritor José Luis Borau, Premio Nacional de Cinematografía, académico de Bellas Artes y de la Lengua y expresidente de la Academia Española de Cine y de la SGAE, falleció esta tarde en Madrid a los 83 años, tras una larga enfermedad.

Nacido el 8 de agosto de 1929 en Zaragoza, José Luis Borau era director, productor y distribuidor de cine, y dirigió clásicos de la cinematografía española como Tata mía, Furtivos o Hay que matar a B, además de otros títulos como Leo, pero también cultivó otras facetas como las de profesor, escritor e historiador.

Su firma, bien como productor o guionista, figura también en cintas imprescindibles del cine español como Un, dos, tres al escondite inglés, de Iván Zulueta; Mi querida señorita (1972), de Jaime de Armiñán; Camada negra (1977), de Manuel Gutiérrez Aragón; o El mono sabio, de Ray Rivas.

La salud de José Luis Borau se había deteriorado mucho en los últimos meses, debido al cáncer de garganta que padecía y que obligó a que fuera ingresado en varias ocasiones en un hospital madrileño, en donde hoy, sobre las 14,30 horas, ha fallecido.

Director de cine, guionista, productor, escritor, profesor y actor ocasional, Borau desplegó una gran actividad intelectual como defensor del lenguaje cinematográfico y de los guionistas, hasta el punto de hacer el asunto tema de su discurso de ingreso en la Real Academia, en 2008, donde ocupó el sillón 'B', tras la muerte de Fernando Fernán Gómez.

En 1996 dirigió Niño de nadie, intervino como actor en la película de Sergio Cabrera Illona llega con la lluvia, y coordinó la antología Cuentos de cine que, con motivo del centenario del cine español, recogió los textos sobre cine de 38 escritores españoles y latinoamericanos. Tres años después impulsó el libro Cuentos sin cámara (1999), 15 narraciones de cineastas españoles como Almodóvar, Amenábar, Santiago Segura, Gutiérrez Aragón o él mismo.

Miembro desde el 16 de abril de 1998 de la Academia aragonesa de Bellas Artes de San Luis, Borau recibió el 23 de abril de ese año el Premio Aragón por su destacada labor profesional hacia la sociedad aragonesa. En 2000 recibió la Medalla de Oro de la Academia Española de Cine, editó la primera biografía publicada sobre Samuel Bronston (El imperio Bronston) y estrenó su película Leo, protagonizada por Iciar Bollaín y premio Goya al mejor director.

El 23 de abril de 2001 fue elegido miembro de la Academia de Bellas Artes de San Fernando, en cuya Sección de Escultura y Artes de la Imagen ingresó el 21 de abril de 2002, año que retomó la producción cinematográfica con El verano de Anna, de la realizadora argentina Jeanine Meerapfel, y obtuvo el Premio Nacional de Cinematografía.

Entre los galardones recibidos a lo largo de su carrera, obtuvo el Premio al Cine y los Valores Sociales (2007); la Medalla de Oro Egeda de los Premios José María Forqué (2008); el Giraldillo de Honor del Sevilla Festival de Cine Europeo (2008), Premio Letras Aragonesas por su renovación de la narrativa cinematográfica (2009), y Premio a la Cinematografía de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (2010). Borau impulsó en 2008 la Fundación de apoyo a la cinematografía que lleva su nombre y fue consejero de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE), cuya Junta Directiva presidió entre julio de 2007 y julio de 2011.

El realizador Álex de la Iglesia ha lamentado la pérdida de Jose Luis Borau, un realizador con 'una carrera impecable', que con su obra consiguió abrir 'las miras del nuevo cine español' a 'nuevos contenidos e historias', ha dicho. 'Fue de los primeros que se atrevió a rodar fuera y ver el cine desde un punto de vista infinitamente más abierto que hasta entonces', ha recordado De la Iglesia en referencia a filmes como Río abajo (1984), rodada en EEUU.

Además de su labor de realizador y de ser de los primeros en tener 'proyección internacional' y un 'director maravilloso', Borau era 'una persona absolutamente encantadora', ha dicho, que le ayudó y dio consejos durante su etapa como presidente de la Academia de Cine de De la Iglesia.

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