Este artículo se publicó hace 4 años.
Valeria'Valeria' o por qué la amistad es "una relación más" a cuidar
Netflix estrena este viernes 'Valeria', serie basada en los libros de Elisabet Benavent en la que, según sus protagonistas, la verdadera historia de amor que se cuenta es la de este grupo de amigas.
María José Arias
Madrid-
Las novelas de Elisabet Benavent cobran vida gracias a Netflix con María López Castaño a cargo de la adaptación de una serie que en su primera temporada está compuesta de ocho episodios protagonizados por Valeria (Diana Gómez), Lola (Silma López), Carmen (Paula Malia) y Nerea (Teresa Riott). Un grupo de amigas que salta del papel a la pantalla para contar una historia de amistad, de buscar su sitio y conocerse a uno mismo.
Por situar a quienes no hayan leído los libros de Benavent, Valeria (Diana Gómez) es una joven aspirante a escritora en paro casada desde hace casi seis años con Adrián (Ibrahim Al Shami) y a quien la entrada en su vida de Víctor (Maxi Iglesias) le hace cuestionarse no solo su relación. Ella es quien presta su nombre a la serie y los libros, pero en realidad no es su única protagonista, sino más bien el pegamento de esa familia de amigas que forma junto con Lola (Silma López), Carmen (Paula Malia) y Nerea (Teresa Riott).
"La gran historia de amor es la de las amigas, que al final son las que están y las que siempre estarán por mucho que se enfaden entre ellas. Al final siempre se acaban apoyando (…) Es Valeria porque es el nexo entre todos, pero se podría hacer una serie de cada uno de ellos. De hecho, creo que no todo el mundo se va a sentir identificado con Valeria, y esto es lo bonito", apunta Diana Gómez. No todos se verán reflejados en ella y en su adicción a los audios de WhatsApp eternos, pero, como asegura Ibrahim Al Shami, "hay una Valeria en cada círculo de amigos". En su entrevista con Público, algunos de los miembros del reparto se han reconocido un poco Valeria en ese sentido o tienen claro quién lo sería en su entorno.
Ser amigo o amiga de alguien también trata de eso, de tolerar lo que no gusta o puede molestar del otro. Algo muy presente en Valeria, donde la que se muestra "no es una amistad idealizada", como apunta Paula Malia. Cada una tiene su propia vida. Y cuando toca, apetece o lo necesitan, se reúnen para desahogarse, pedir consejo o, simplemente, compartir lo que les está pasando. En ese sentido, Teresa Riott comenta que, a ella, personalmente, le "gusta mucho cómo los personajes se dejan afectar por el resto. Nos retroalimentamos constantemente y eso es bonito, refleja la amistad".
Porque, como analiza quien da vida a Lola, esta "es una relación más y dentro de las relaciones uno evoluciona, crece y cambia y cuando alguien puede poner en voz alta lo que le está pasando y lo que está sintiendo verdaderamente digamos que los roles que cada uno está interpretando en ese círculo también se modifican. Por ejemplo, uno de pronto se da cuenta de que otro necesita más espacio y se lo puede dar, pero nadie es adivino. A veces es muy importante comunicar qué necesitas para poder dártelo".
El hecho de que la historia se abra al resto de personajes tanto femeninos como masculinos y no se centre única y exclusivamente en Valeria "facilita", en palabras de Maxi Iglesias, "que se puedan contar más historias interconectadas entre sí. Porque si te centras en la historia amorosa de un personaje y le sumas, al mismo tiempo, que no interactúa con las amigas, el hilo conductor es más complicado de sostener. Sin embargo, si estás en constante contacto con lo que le pasa a Lola, Nerea y Carmen, tienes más facilidad de hablar de otros temas".
En esos otros temas entra casi de todo. Desde plantearse una relación abierta al precio de la vivienda en las grandes ciudades con paradas en el feminismo, la lucha por sus derechos del colectivo LGTBI, la maternidad, la conciliación… Esto es "algo que forma parte de lo que está pasando en la sociedad. Hay un poco de todo porque son las preocupaciones, los miedos, los deseos que puedes encontrar en nuestra sociedad", señala Diana Gómez. Al dar cabida a tantas cuestiones se posibilita, como añade Ibrahim Al Shami, que cada espectador se sienta identificado o representado de alguna manera. En el caso de Maxi Iglesias, por ejemplo, él se declara más cercano al tema de los pisos, "que es una locura", y le interesa especialmente la parte de la trama que obliga a Lola a hacer malabares para poder conciliar el ocuparse de su hermano y el trabajo.
Apariencia versus realidad
Una de las cosas que más llama la atención al ver Valeria es el contraste que hay entre el calado de algunas de las temáticas y problemáticas que se abordan y el estado de ánimo de los personajes y esa estética tan colorida y alegre que lo impregna todo. Lo que salta a primera vista son esos pisos de revista de decoración y el vestuario. "La serie bebe un poco de esto que pasaba en Sexo en Nueva York, que es un poco aspiracional (…) Quizá eso no es lo más fiel a la realidad y a la actualidad de cómo están los pisos en Madrid, pero contamos con que es una ficción y tiene ese toque aspiracional y visual como agradable", analiza Silma López.
Para Diana Gómez, "esta paradoja que se muestra a veces entre lo que es visualmente la serie y lo que cuenta, que a veces puede parecer contradictorio, para mí no deja de ser un reflejo de lo que pasa en nuestra sociedad: enseñar ciertas cosas por Instagram maravillosas, pero luego lo que pasa es otra cosa. Es una manera de llamar la atención de la serie que a mí, particularmente, me gusta".
Además, a ese choque entre estética y temática hay que sumarle la música, que también contribuye a todo ese juego de las apariencias y de esconder lo que se quiere o siente realmente. Cada una de ellas desea algo, salir de esa posición en la que no quieren estar, pero, por razones diversas, deciden aparentar y disimular. Hasta que llega el momento de dar un paso al frente. Como explica Silma López, "nunca el que aparentemente está mejor está tan bien y el que aparentemente está peor va a seguir estándolo. La vida cambia. Las cosas cambian a tu alrededor. Las personas crecen, evolucionan… Y a veces ese crecimiento conlleva momentos muy agradables y muy gustosos y a veces te lleva atravesar momentos más oscuros o más complicados de transitar, pero tan importantes para crecer como cualquiera de los momentos buenos".
Un Madrid "muy vivo"
Madrid, donde se ambienta Valeria, es un personaje más de la serie. Una ciudad "muy viva", como la describe Teresa Riott, para quien algunas de las secuencias más complicada de rodar fueron las de bar o exteriores en terrazas en las que "de pronto te pasa una paloma y hay que cortar. O lo estás haciendo genial y pasa una ambulancia, o un helicóptero, o el perro está ladrando y te trabas…". Las más complejas, pero también las que dotan de mayor realidad a la historia y que, en la situación actual, cobran cierta relevancia como un viaje en el tiempo a hace menos de dos meses, cuando aún se podía quedar a tomar unas cañas.
De ahí que el deseo de Silma López sea que los espectadores sientan viendo Valeria "esperanza y amor por la ciudad en la que vivimos. Ojalá en estos momentos tan difíciles por los que estamos pasando, algunos más que otros, ojalá la serie sirva para ayudar, aunque sea por un instante a pasar un momento divertido, agradable, esperanzador y entretenido. Si eso le pasa a la gente viéndola, yo me doy por satisfecha". Su compañera Paula Malia espera que sea acogida como "una vía de escape" y, como sugiere Ibrahim Al Shami, ayude "a recordar momentos con amigos y amigos".
La recepción de los fans de las novelas
Antes de entrar a formar parte del equipo de Valeria la mayoría de los integrantes del reparto principal no había tenido contacto con las novelas. Algunos, como Maxi Iglesias, se compraron el primero tomo en busca de más información para construir su personaje. Sobre la responsabilidad de adaptar y llevar a la pantalla a unos personajes que tantas personas han imaginado antes a través de la lectura, Diana Gómez reconoce que están "intentando no pensar mucho en ello porque de lo contrario es una presión añadida (…) Yo espero y deseo que encuentren la esencia, algo de lo que ellos han leído, en la serie".
El beneplácito y el apoyo de Elisabet Benavent, la autora, ya los tienen. Incluso desde antes de comenzar el rodaje, como comenta Paula Malia. "Con cualquier duda ella siempre ha estado ahí", explica Ibrahim Al Shami sobre hasta qué punto han podido contar con la escritora para dar vida a los personajes que ella imaginó y creó. Ahora solo falta el veredicto de los espectadores y lectores.
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