Los futbolistas de élite, al menos los más jóvenes, no están del todo satisfechos con su cuerpo. Preferirían tener un físico algo más parecido al de los congéneres de su edad que no se dedican al deporte. En este sentido, consideran que tendrían que tener más masa muscular, pero también más grasa, para alcanzar su figura ideal.

Esta es la principal conclusión de un estudio realizado por investigadores del Departamento de Nutrición y Ciencias de la Alimentación de la Universidad del País Vasco, en Vitoria, junto con el médico de la Real Sociedad, José Manuel González de Suso.

Según el informe, publicado en la revista Sport Nutrition and Exercise Metabolism, los jugadores de fútbol identifican su imagen ideal como aquella que más se parece a la de los jóvenes de su edad, que por lo general están menos delgados que los profesionales del balompié.

Sin embargo, esta percepción choca con la tesis con la que los investigadores iniciaron su trabajo: “La hipótesis de partida fue que los atletas en general, y en este caso los jugadores de fútbol, tienen una percepción mejor y más satisfacción con su imagen corporal que los chicos de su edad con pesos similares y que no practicaba deporte de forma profesional”, explica la principal responsable del estudio, la profesora Marta Arroyo.

Imagen ideal

Sin embargo, tal como indicó ayer la investigadora a la agencia de información científica SINC, mientras que en el grupo de no deportistas incluido en el estudio existía una tendencia a desear tener un cuerpo más musculoso, pero con la misma o menor cantidad de grasa corporal, el deseo que expresaban los futbolistas “era tener más masa muscular, pero también más grasa corporal”.

Asimismo, el hecho de que consideraran su imagen ideal como la más parecida a la del resto de los jóvenes “demuestra que lo que se cree ideal desde el punto de vista del deporte profesional no es lo mismo que lo se entiende como la imagen preferida desde un punto de vista estrictamente social”, agrega la investigadora de la Universidad del País Vasco.
Para llegar a sus conclusiones, el equipo de investigadores reclutó a un grupo de 56 jóvenes, la mitad de ellos jugadores y el resto estudiantes universitarios.

La edad media del conjunto era de 19,6 años y el índice de masa corporal –el resultado de dividir el peso en kilos entre el cuadrado de la altura en metros– fue de 23,3, lo que revela una figura estilizada, ya que se entiende que existe sobrepeso leve a partir de un IMC de 25. En cuanto a los futbolistas, varios militan en la Real Sociedad y el resto en otros equipos de Segunda, aunque cuando se sometieron a las pruebas estaban en la División de Honor Juvenil, Segunda B y Tercera.

Para realizar el estudio, los científicos utilizaron un programa informático que mostraba figuras antropométricas en las que los jóvenes podían cambiar variables como la masa muscular o la grasa, eligiendo de este modo la figura con la que más se identificaban y también la ideal que les gustaría tener.

Según los autores, los resultados de este trabajo serán de utilidad para todos aquellos que trabajan en las áreas de la nutrición deportiva y de la psicología de los deportistas de élite.