Un busto suyo, esculpido en bronce, adorna la entrada al palco de honor del Calderón. La obra la ordenó el difunto ex presidente del Atlético Jesús Gil poco después de que un cabezazo del mediapunta significara la primera piedra del doblete que los rojiblancos lograron en 1996.

¿Se acuerda aún de su gol en La Romareda al Barça, el del último título de Copa rojiblanco?

Recuerdo que Geli me puso un centro perfecto al primer palo. Hice un buen desmarque y pude dejar atrás a Roger, que era quien me cubría, y meterla de cabeza. Era un pase precioso y era imposible que la fallara.

Además de cabeza, que no era su fuerte

Fue un gol raro. Todo fue raro, hasta mi llegada. El destino quiso que fuera así.

¿Cómo se motivó el equipo para la final?

La verdad es que en partidos así no hace falta motivarse. Los jugadores saben de qué se trata y qué es lo que te juegas, así que es más fácil meterte en el partido. Tampoco yo era una persona que me estresara o pensara mucho antes de los partidos. La afronté con mucha tranquilidad.

¿Tenía alguna manía antes de los partidos?

No, poca cosa. No soy supersticioso. En todo caso, descansar bien y echarme una buena siesta antes del partido.

¿A quién ve favorito?

Está al cincuenta por ciento. El Atlético, tras ganar la de Hamburgo, está mejor anímicamente. El Sevilla ha sufrido esta temporada, pero esto es una final y el jugador saca lo mejor que tiene.

Quién se iba a imaginar un final de temporada así, tras el comienzo del Atlético.

Era muy difícil de imaginar, sí. Pero gracias al cuerpo técnico se recuperó el equilibrio y, con algo de suerte en algunos partidos, el equipo ha llegado hasta la final en dos competiciones. El principio no fue prometedor, pero el fútbol tiene estas cosas.

¿Tanto influyó el cambio de técnico?

Sí, pero a Quique al principio le costó también mucho. Cuando hay un cambio, los jugadores tratan de demostrar que pueden contar contigo y Quique ha enchufado al equipo. Lo ha hecho muy bien.

Usted fue el jugador decisivo en la Copa de 1996. ¿Quién lo será en esta?

No sé, hay cuatro que optan a ello: Kun, Forlán, Reyes y Simao. Han marcado goles importantes en la Copa y han jugado bien. Reyes está en un gran momento y podría ser el tapado. Agüero y Forlán siempre están ahí.

¿Un pronóstico?

Será muy emocionante seguro, pero es difícil pronosticar un resultado. Diría un 3-2, porque creo que será un partido de muchos goles.

¿Cómo ve la defensa del Atlético?

Ahora mucho mejor. Está más equilibrada. Sobre todo, gracias al excelente rendimiento de De Gea, que ha dado seguridad a todo el equipo.

¿Cree que su aparición ha sido fundamental en la temporada del club?

Sí, ha sido decisiva para el equipo. También la pareja de centrales, Domínguez y Perea, ha funcionado muy bien. Los laterales han ido a más.

Desde que usted se fue, el Atlético no ha vuelto a tener al mejor lanzador de faltas.

Pero si está Simao, que ha marcado muchas. Y Reyes. Y el Kun. Y Antonio.

¿Usted ha visto al Atlético desde el 96?

Pues sí, no he hecho otra cosa, y no las tiran igual.