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Un solo dueño del balón

La posesión del Barça fue de 157 minutos, por 64 del Madrid

GONZALO CABEZA

Si el maratón de clásicos se tuviese que resumir en una sola imagen futbolística en ella se vería el balón en los pies de un jugador del Barcelona o un pase de los azulgrana.

El fútbol no ha cumplido las expectativas de los clásicos, siempre menos buenos de lo esperado, pero los números sí que han refrendado algunas ideas previas, la definición del Barcelona como equipo de posesión y el Madrid como conjunto a la espera.

Los azulgrana dieron un total de 3.305 pases y los blancos, 1.201

El balón es el centro del fútbol. Es el axioma básico del Barcelona de Guardiola y un juego por estrenar en el universo de Mourinho. Con esas bases sentadas no es extraño que, acumulando los cuatro partidos, el Barcelona haya tenido el balón controlado en dos horas y 37 minutos y el Madrid una hora y cuatro minutos.

Los blancos sólo pasaron de los 20 minutos con el balón en su poder en un partido, la final de Copa, un día que tiene truco, ya que se jugaron 120 de partido por la prórroga. Esa misma noche en Valencia, el Barcelona se disparó a 51 minutos con el balón en sus pies, el máximo en todos los enfrentamientos. En ninguno de ellos ha tenido menos de media hora el balón controlado. El Barça no ha bajado del 66% de posesión en ningún encuentro. Cuando se tiene el esférico no se necesita hacer falta y eso también se demuestra con los números. El Madrid ha hecho 27 más que sus rivales, que sólo superaron a los blancos en infracciones en el primer partido de las semifinales de Liga de Campeones.

La menor diferencia se dio en los remates a puerta, con 47 por 37 lanzamientos

En la renuncia del balón propuesta por el Madrid va implícita una estrategia de juego directo. Es la antítesis evidente de la maduración de una jugada del Barcelona, que puede durar muchos minutos y decenas de pases hasta encontrar el hueco por el que se llega a la meta contraria.

En el partido de Liga, el primero de la serie, el Barcelona llegó a entrelazar una jugada de 47 pases seguidos. El Real Madrid, ansioso por llegar a puerta, sólo ha conseguido sumar 13 pases seguidos en una jugada. La precisión en el pase es la clave azulgrana y cuando no es excelsa el Barcelona lo nota. En la final de Copa, el Barcelona no consiguió pasar de los 25 pases en ninguna jugada del partido, menos que en cualquier otro encuentro. Al Madrid eso no le afecta, en su única victoria ninguna acción de los blancos tuvo más de siete toques. La diferencia se extrema en los totales. El Barcelona ha hecho 3.305 pases entre todos los encuentros, el Madrid, 1.201.

En la final de Copa, el Madrid no trenzó ninguna jugada de más de siete toques

Las filosofías son dispares, pero el objetivo es el mismo: el gol y el remate. En eso ambos equipos se parecen más que en el resto de los campos. En total el Barcelona ha tirado diez veces más que el Madrid (47 por 37), pero el último partido de la serie, el de la vuelta de semifinales, distorsiona la igualdad predominante en el resto de los partidos (el martes el Barça tiró 13 veces y el Madrid sólo tres). Fuera de ese encuentro ambos equipos casi clavaron sus números porque, de una forma u otra, los dos conjuntos demuestran tener soltura para llegar a la puerta contraria.

Se parecen incluso en el acierto entre los tres palos. De los tiros del Barcelona el 42% fueron a puerta, el Madrid se quedó en un cercano 41%, una diferencia mínima. Casillas ha tenido que emplearse más a fondo que Valdés, el madrileño ha detenido 16 tiros y el catalán sólo 11. La diferencia, de nuevo, reside en el último encuentro en el que el guardameta del Barcelona no tuvo que parar ningún remate y Casillas se tuvo que exprimir haciendo seis paradas.

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