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Sólo el fútbol lleva a Wembley

Tras el combate de los despachos, el clásico regresa a la hierba del Camp Nou con la final del 28-M en juego. El Barça parte con el 0-2 de ventaja obtenido en el Bernabéu

RUT VILAR / L. J. MOÑINO

Con el Barcelona de por medio, el Madrid se niega a hablar de fútbol. Da igual que ante los medios comparezca Mourinho o Karanka. El segundo entrenador madridista aplica con rigurosidad el discurso y las estrategias que le dicta su jefe. La de ayer consistía en hacerle ver al mundo que tras la decisión de la UEFAde no admitir las denuncias contra ocho jugadores del Barcelona, lo que suceda hoy en la hierba da igual. Que no había nada por lo que competir una vez que, a ojos del Madrid, los dirigentes del fútbol europeo habían renunciado a los principios deportivos los que se rigen.

Otra cosa es que Mourinho, de puertas hacia adentro, siga con el colmillo fuera. Y esa es la realidad porque el clásico vuelve a los terrenos de juego después de haber sido traspasado a los despachos por unos y por otros. Aquel 'estamos eliminados' que pronunció al término del partido de ida también formaba parte de su montaje previo al acto de esta noche. Ni su personalidad ganadora, ni la historia del club que entrena le consienten ese victimismo fingido. Sin Pepe y sin Khedira para formar el trivote, Cristiano no jugará aislado en punta. Tampoco el resultado de la ida es el más indicado para ello. Arriba actuará Benzema o Adebayor, a los que ha alternado en los entrenamientos previos. El primero le ofrece más soluciones con el pie. El segundo le da más juego largo y directo. En esos ensayos previos, Özil ha ocupado el centro de operaciones ofensivas. A simple vista el dibujo es el mismo del 5-0 encajado en noviembre, pero la mentalidad apunta a la primera parte de la final de Copa disputada en Mestalla.

La pose de Karanka, no habló del partido, forma parte de la estrategia de Mou

El Barça, por su parte, se presenta a este último clásico con dos goles de renta; con Iniesta y Puyol, ausentes en la cita de Anoeta, a punto; y con el césped del Camp Nou cortito y rápido. Sin Adriano, Maxwell y Milito, lesionados, el capitán podría repetir como lateral izquierdo. Porque el alta de Abidal, que ayer celebraron con entusiasmo sus compañeros, parece más bien una concesión al ánimo del grupo. El francés entró en la convocatoria y será suplente.

Hasta hoy, siempre que se plantó en una eliminatoria europea con un 0-2 a favor (en seis ocasiones), el conjunto azulgrana se clasificó para la siguiente ronda. Aunque a pesar de la ventaja lograda en la ida, el Barça promete no traicionar esta noche su estilo. Un modelo de fútbol que le impide, incluso, especular con el resultado del Bernabéu. 'No sabemos hacerlo, el Barça siempre juega al ataque. Nuestra afición tampoco nos lo permitiría', confesó ayer Xavi.

Además, el equipo de Guardiola quiere quitarse la espina del año pasado, cuando el Inter frustró su pase a la final de Chamartín. Por eso, el vestuario barcelonista vive este último clásico de la temporada con especial ilusión. El entrenador insiste a sus muchachos para que gocen del momento. Algo parecido al 'salir y disfrutar' que Cruyff espetó a los suyos en 1992. Fue, curiosamente, en Wembley.

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