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Pochettino, el pilar de hierro del Espanyol

El técnico blanquiazul ha logrado que nadie cuestione su figura

NOELIA ROMÁN

El día que decidió quitarse definitivamente la camiseta del Espanyol y seguir buscándose la vida como algo entonces aún indefinido, Mauricio Pochettino dijo: 'Siempre hubo química entre este club y yo; me he identificado desde el principio con esta institución, con su idiosincrasia'. Entonces, la sentencia sonó en parte a tópico manido, a frase que uno dice en la despedida para dejar puertas abiertas. Casi seis años después, Pochettino (Murphy, Argentina, 1972) ha demostrado que no era así. Que si bien el club blanquiazul siempre le abrió las puertas, él se ha encargado de ofrecer argumentos para que no se las cierren de golpe. A punto de cumplir su tercer año al frente del banquillo del Espanyol, la profesión que finalmente elegiría, nadie le cuestiona en un puesto tradicionalmente convulso en la entidad perica.

Sin ir más lejos, el curso que debutó, 2008-09, el Espanyol ya había devorado a un par de entrenadores, antes de que Pochettino asumiera el mando: Tintín Márquez y José Manuel Esnal, Mané. Y muchos auguraban que el argentino, el tercero, correría similar destino. Como en el caso de Pep Guardiola, su inexperiencia como entrenador fue esgrimida por los agoreros para justificar los malos presagios. Nada más lejos de la realidad. Pochettino está a tan sólo cuatro partidos de arrebatar a José Antonio Camacho la cuarta posición en número de partidos dirigidos al Espanyol. El exseleccionador sumó 118. El argentino ya acumula 114. Y, según Paco Flores, quinto en esta lista hasta que su expupilo le relegó, Pochettino debe en parte esta 'sorpredente trayectoria' al técnico del Barça. 'Antes del efecto Guardiola, los entrenadores tenían que demostrar su calidad para estar en el banquillo', razona Flores.

El argentino ha dotado al equipo de un estilo futbolístico ofensivo y fresco Sea como fuere, e inexperto como era en su primer año, Pochettino recibió el equipo en la penúltima posición y, al concluir la temporada, lo dejó en la décima. En la siguiente, en la undécima. Y, la pasada, en la octava, la misma que ocupa en la actualidad. Más allá de los fríos pero decisivos números, al argentino se le reconoce su capacidad para dotar a los blanquiazules de un estilo futbolístico y para mantenerlo, pese a la escasez de recursos. 'Pochettino mantiene su idea de fútbol desde el primer partido que dirigió; esté quien esté, y con los matices que da el tiempo, su equipo mantiene la base y el espíritu de siempre', le elogia Guardiola.

Aunque como jugador el argentino se desempeñó en la zaga, y pese a los registros goleadores (17 tantos, este curso), su equipo es hoy un grupo decididamente ofensivo, fuerte en la medular, que busca y trata de mimar el balón, sin olvidar la retaguardia (20 goles encajados). 'El hecho de que lo entrenara Bielsa lo marcó y eso se nota en sus planteamientos', opina Mascherano, que coincidió con Poche en la albiceleste.

Su limpieza' del grupo y la apuesta por la cantera prueban su mando El técnico argentino ha probado, además, su carácter al acometer una de las labores más difíciles y meritorias: la renovación de la plantilla. Pochettino ha limpiado del vestuario a los capos que ya lo dominaban cuando él aún era jugador. Primero, Raúl Tamudo, un mito de la entidad. Luego, Luis García e Iván de la Peña, aunque a Lo Pelat lo retiró más bien su musculatura. En su lugar y en el de muchos otros, Pochettino ha hecho debutar a 19 jóvenes, confirmando la apuesta por la cantera. 13 siguen en Cornellà: cinco son titulares habituales y otros cinco, asiduos. Con ellos, Poche ha conformado la plantilla más joven de Primera ( 24,4 años) y ha ampliado su crédito como pilar de hierro de este Espanyol.

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