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La otra vida de Nadal en Londres

El tenista español muestra en su web la especial rutina que utiliza en Wimbledon

G. CABEZA

Wimbledon exige una aproximación diferente porque es un torneo diferente. Sólo los que lo entienden como un privilegio y no como un suplicio encuentran el éxito.

Nadal lo ha ganado en dos ocasiones y ha sido finalista dos veces más. Es el primer español que tiene cariño por esa hierba. Hasta Santana, que lo ganó en el 66, era reticente a los pastos de Londres. Wimbledon fue al único de los cuatro grandes a los que Nadal acudió como junior, en 2002. Aquello le enamoró y lo convirtió en el punto central de su calendario.

Nadal acepta que el torneo es especial y, consecuentemente, cambia sus rutinas de los demás eventos del calendario. Alquila todos los años una casa a quince metros del All England Tennis Club, el recinto en el que no se permite publicidad ni las vestimentas estridentes. Sale así de la costumbre de los hoteles y los desplazamientos auspiciados por la organización y se implica de un ambiente en el que sólo Wimbledon importa.

Este año el jugador ha querido que sus seguidores vean esa vida diferente. A diario, en un perfil de red social que enlaza con su página web oficial, va dejando fotografías de su vida en Londres. Ahí se pueden ver las enormes ingestas de pasta que componen su dieta, sus visitas al supermercado, su desempeño en la cocina, entrenamientos con otros jugadores como el taiwanés Lu, las sesiones de videojuegos con su fisioterapeuta o los encuentros casuales con mitos de la raqueta como Rafter. Una rutina que extraña pero que se ha demostrado efectiva.

Nadal disfruta en Wimbledon y quiere hacer a todos partícipes de esa excelente relación que guarda con el torneo. Después de cada partido graba un pequeño vídeo en castellano y su réplica en inglés. Unas palabras a cámara para desglosar el duelo, aliñadas siempre con una amplia sonrisa. Nadal adora este torneo.

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