El Congreso ha aprobado un cambio fiscal que exime del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) a quienes perciben el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) en 2025. A su vez, este cambio fiscal beneficia con deducciones de forma gradual a los que ingresan menos de 18.276 euros anuales.

La medida ha sido impulsada por el PSOE, Sumar y BNG y se ha introducido mediante una reforma a la Ley sobre Responsabilidad Civil y Seguro en la Circulación de Vehículos de Motor.

Esta modificación permite que los trabajadores que cobren menos del SMI fijado en 16.576 euros obtengan una deducción de hasta 340 euros en la Declaración de la Renta y se irá rebajando progresivamente hasta los 18.276 euros.

En el caso de que los trabajadores obtengan rendimientos superiores al SMI, pero inferiores a 18.276 euros anuales, el cambio consiste en restar a esos 340 euros el resultado de multiplicar por 0,2 la diferencia entre los rendimientos íntegros del trabajo y los 16.576 euros anuales.

¿A quiénes afecta esta medida?

Aproximadamente, el 20% de los beneficiarios del SMI han observado retenciones del IRPF en su nómina, especialmente personas solteras o sin hijos. Con la nueva enmienda de Hacienda, este impuesto quedaría totalmente exento para quienes ingresen el salario mínimo.

Sin embargo, para que la Administración devuelva el importe retenido durante 2025, es necesario que el contribuyente presente la Declaración de la Renta en la Campaña de 2026, que corresponde al ejercicio de este año.

¿Cuál es el mínimo exento y cómo afecta a los perceptores del SMI?

Este es el primer año en el que el Gobierno ha decidido no elevar el umbral mínimo exento del IRPF y ajustarlo al nuevo aumento del SMI, por lo que se mantiene el de 2024. De esta forma, el exento se aplica a ingresos anuales iguales o inferiores a 15.876 euros, que es justo el SMI del año pasado. Se trata de una cifra inferior al nuevo SMI que se ha fijado este año en 16.576 euros.

¿Por qué no se eleva el mínimo exento hasta el nuevo SMI?

El Gobierno ha optado por esta fórmula para dejar exentos a los beneficiarios del SMI en lugar de elevar el mínimo exento del IRPF hasta la cuantía anual de este salario, ya que según los cálculos de Hacienda, esta otra fórmula tendría un coste de entre 1.700 y 2.000 millones de euros para las arcas públicas.

Ello se debe a que la pérdida de recaudación por elevar el umbral mínimo exento al nuevo SMI no solo estaría ligada a lo que Hacienda dejaría de ingresar por eximir del IRPF a los perceptores del salario mínimo, sino también por los ajustes en el impuesto para no perjudicar a las rentas más bajas.