Un juez ha condenado a Glovo a afiliar a 3.312 riders a la Seguridad Social y a contratarlos como asalariados. El Juzgado de lo Social número 32 de Madrid entiende que los trabajadores habían sido contratados como falsos autónomos.

"La relación que une a los denominados glovers —repartidores de Glovo— que desempeñan funciones de mensajería y reparto con la empresa GLOVOAPP23 SL debe ser calificada como una relación laboral", puede leerse en un informe de Inspección de Trabajo que recoge la sentencia, a la que ha tenido acceso El País.

El alta en la Seguridad Social es retroactiva, por lo que la empresa de reparto de comida deberá pagar las cotizaciones de los trabajadores entre 2015 y 2018, aunque el juez ha excluido a los extranjeros que no contaban con el permiso de trabajo durante ese período, informa el diario madrileño.

El juez ha justificado que la "absoluta subordinación de los repartidores frente a la empresa" y el hecho de que Glovo "realiza las facturas a los glovers por los servicios que hayan prestado [...] en función del precio establecido unilateralmente por ella" demuestran que el trabajo de los riders es "contrario a la supuesta autonomía de la prestación del servicio".