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Un millón de hogares deja la tarifa regulada de la luz en 15 meses ante la escalada de precios

El consumo de electricidad cae en España en plena recuperación postpandemia y en plena ola inflacionista, lo que parece anticipar un pinchazo de la actividad productiva y de la demanda interna, mientras las grandes compañías siguen aumentando sus ganancias.

torre eléctrica
El negocio de las grandes compañías eléctricas sigue siendo boyante con el alza de los precios. PxHere

El desmesurado encarecimiento de los precios de la luz en el mercado mayorista de la electricidad, al que están indexadas las tarifas reguladas del PVPC (Precio de Venta al Pequeño Consumidor), ha provocado una salida en masa de consumidores desde este hacia los contratos denominados 'libres', en los que el coste de la energía se acuerda normalmente al margen de esas fluctuaciones.

Los datos de la CNMC (Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia) reflejan cómo solo el año pasado pasaron del mercado regulado al libre 1,25 millones de hogares, aunque el saldo final fue de 822.040 bajas al haber recorrido la ruta opuesta otros 428.061.

Las cifras reflejan cómo la combinación del encarecimiento de la energía en el mercado mayorista, al que España es el único Estado europeo que vincula sus tarifas reguladas, con el disparatado sistema de subastas horarias, capaz de encarecer extraordinariamente los precios en las horas de mayor demanda al tiempo que abarata la energía renovable a niveles desincentivadores, ha dado un vuelco a los precios finales, de manera que las tarifas reguladas, históricamente más económicas, han pasado a ser las más caras.

El saldo de los trasvases de usuarios de 2021, que supera al acumulado en los tres años anteriores, en los que el volumen de consumidores que dejaron las tarifas reguladas para contratar las del mercado libre superó en 608.370 al de quienes tomaron la decisión contraria, sigue creciendo: solo en el caso de Endesa el balance de los tres primeros meses del año arroja un saldo de otros 169.000 que sitúa la cifra de los últimos 15 meses en el entorno del millón de usuarios.

También los registros de Iberdrola apuntan a una reducción de los clientes del mercado regulado y un aumento de los del libre, aunque los datos que ofrece en los informes de resultados remitidos a la CNMV (Comisión Nacional del Mercado de Valores), que en su caso apuntan a una proporción de diez altas por cada baja, incluyen contratos de electricidad, de gas y de 'soluciones smart' de consumo, pero sin desagregar.

De hecho, según los datos de la CNMC, entre 2017 y 2021 el número de usuarios de las tarifas libres, que captan el grueso de los nuevos usuarios, especialmente entre las empresas, aumentó en casi dos millones (+5,1%) mientras el de las reguladas se reducía en uno y medio (-12,8%), en ambos casos con los mayores trasvases en el ejercicio de 2021, a mediados del cual, y meses antes de que Rusia invadiera Ucrania, comenzó un encarecimiento de la energía eléctrica que solo se está frenando en los precios de venta al público mediante medidas como la rebaja de impuestos o la tarificación horaria.

El perfil de quien realiza esos cambios de tarifa también ha cambiado: ahora la decisión parece responder a un cálculo económico, mientras que hasta las vísperas de la pandemia se producía un elevado volumen de engaños en el que los comerciales de las compañías acababan colocando a los usuarios mediante artimañas contratos que les resultaban más gravosos, según detectaron organismos como la CNMC. Esas prácticas llevaron al Gobierno a prohibir a finales de 2018 las visitas de 'puerta fría'.

Otra cosa es que las tarifas del mercado libre sean del agrado de sus usuarios, ya que es el ámbito en el que más cambios de compañía comercializadora se dan en España: 3,35 millones el año pasado tras los 2,6 de 2020 y los 1,92 de 2019 que suponen el 62,7% del total de los realizados en esos tres años.

El nuevo modelo de la tarifa regulada

En cualquier caso, todo apunta a que la tarifa regulada, cuya supresión o limitación llevan tiempo reclamando las eléctricas y en la que se incluyen los usuarios del bono social, que ahora incluye bonificaciones de hasta el 60% del recibo, tiene un horizonte temporal breve, al menos en su versión actual, según recoge el propio decreto que regula la limitación del precio del gas para generar electricidad.

Todo apunta a que la tarifa regulada tiene un horizonte temporal breve

"Una de las condiciones para la aprobación del mecanismo [temporal de limitación del precio del gas] por parte de la Comisión Europea es la reforma del actual precio voluntario para el pequeño consumidor (PVPC)", recoge el decreto, que anota que el tope "se configura como una medida extraordinaria mientras se realiza esta reforma y esta entra en vigor de forma efectiva, lo que no es inmediato" sino que se pospone a "principios de 2023".

El decreto no da muchas pistas, aunque sí alguna, acerca de esas modificaciones, y que básicamente van a consistir en introducir en el método de cálculo del PVPC, para el que hoy se "emplea exclusivamente el precio del mercado diario e intradiario en cada hora", alguna "referencia a los precios de los mercados a plazo" o de futuros anuales, trimestrales y mensuales que se combine con "un componente de precio del mercado diario e intradiario", es decir, que la tarifa pasaría a calcularse combinando esos dos factores y no solo con las subastas horarias.

El consumo de energía desciende en España

Por otro lado, los informes de resultados del primer trimestre de este año que las tres principales compañías eléctricas del país han remitido a la CNMV coinciden en reseñar un descenso del consumo de electricidad en relación con el mismo periodo del año pasado.

La caída alcanza un 1% en el conjunto de los sectores para Iberdrola y Naturgy mientras el desglose que ofrece Endesa refleja un retroceso del 7,9% en los hogares y otro del 5,6% en la industria junto con un aumento de la demanda del 8,4% en los servicios, algo que parece anticipar un pinchazo de la actividad productiva y de la demanda interna, en línea con las conclusiones de algunos indicadores macroeconómicos como la Contabilidad Nacional, que estimó una bajada del consumo del 2,3% para el primer trimestre, y con los análisis de los expertos.

Esa menor demanda y el hecho de tener que comprar cuatro veces más cara que hace un año la electricidad que no producen y que han de suministrar a sus clientes (el 22% en el caso de Iberdrola y el 32% en el de Endesa) no ha impedido que en solo tres meses esas tres compañías hayan acumulado unos beneficios netos de 1.743 millones de euros que si se añaden los 290 atribuidos a los socios minoritarios se elevan a 2.033.

Esas cifras mejoran en ambos casos a las de los últimos trimestres, con sendos promedios de ganancias netas cercanos a los 800.000 euros por hora en el primer caso (798.076) y superiores a los 900.000 (930.860) en el segundo.

Todas ellas están incrementando sus inversiones en energías renovables, Endesa concentrando el despliegue en otros países mientras Iberdrola y Naturgy mantienen una parte importante de sus proyectos en España.

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