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Arenas intenta mantener la tensión de sus candidatos y de su electorado

El PSOE acusa al PP de ser 'el parásito del problema del paro porque cree que hay un voto en cada parado'

RAÚL BOCANEGRA

El presidente del PP andaluz, Javier Arenas, trató ayer de frenar la euforia y mantener la tensión de sus candidatos a alcaldes y de sus votantes ante la avalancha de encuestas favorables para sus intereses y demoledoras para sus rivales socialistas, publicadas ayer por varios medios de comunicación. Los conservadores, ya de por sí movilizados, no quieren que ninguno de los suyos se quede en casa el próximo 22-M al pensar que el partido ya está ganado. 'Las encuestas dicen que muchas mayorías de gobierno se pueden producir, pero yo os digo aquí que nadie se llame a engaño con las encuestas, no se gana nada en las encuestas, hay que ganar en las urnas, no hemos conseguido ninguna mayoría, estamos rozando las mayorías, pero no hemos conseguido ninguna mayoría', enfatizó Arenas.

El PP ha planteado una campaña de perfil bajo, plana, en la que el protagonismo ha recaído en sus candidatos, y en la que los dirigentes andaluces, liderados por Arenas, han tratado de evitar elementos de confrontación y han sorteado los charcos que pudieran movilizar el voto de izquierdas, decantado a la abstención, aquel que los estrategas socialistas tratan de movilizar por tierra, mar y aire. Los conservadores han centrado su campaña en el empleo y en el contacto directo con los ciudadanos, intentando no pasarse de frenada con el caso de los expedientes de regulación de empleo fraudulentos y renunciando a discursos radicales y xenófobos sobre inmigración, como los de sus compañeros de otros lugares. 'La gente en la calle no pide eso, le preocupa el desempleo', afirman fuentes conservadoras. En cierto sentido, el PP ha renunciado a hacer campaña. 'Están haciendo una campaña Pikolín, desde la cama', subrayan fuentes socialistas.

Griñán se toma un día de descanso para preparar la recta final de campaña

El paro, aunque gobiernen en varias capitales, no les penaliza. Quien ha acumulado todo el desgaste ha sido el presidente José Luis Rodríguez Zapatero, y en un efecto arrastre, la desmovilización se ha instalado, según la mayoría de las encuestas, en los votantes socialistas.

Ayer, Susana Díaz, número dos del PSOE andaluz, a quien su jefe, José Antonio Griñán (que decidió tomarse una jornada de descanso para preparar la recta final de campaña, repleta de actos), cedió ayer todo el protagonismo, trató de combatir el desánimo con dos ideas. Una, que el PP 'se está convirtiendo en el parásito del problema del paro en Andalucía, porque cree que de la mano del desempleo, de cada desempleado, puede arrancar algún voto'. Y dos, que los sondeos publicados tienen 'mucha cocina y mucho congelador', y que si en el PP quieren minar la moral del PSOE 'van apañados'.

En el cuartel general del PP andaluz, que ayer arremetió con dureza contra Griñán, al que acusó de haber 'tirado la toalla por vergüenza de las encuestas' al tomarse un día de descanso, consideran que buena parte del trabajo necesario para llegar en buenas condiciones a la recta final del 22-M está hecho ya en las capitales de provincia en las que gobiernan (Almería, Cádiz, Granada, Huelva y Málaga), en las que todos sus candidatos repiten, y también en las que están en la oposición, en donde, excepto en Jaén, también las caras son las mismas. Consideran los conservadores que quienes están en la alcaldía se han ganado el derecho a ser reelegidos y quienes han estado en la oposición han trabajado día a día durante cuatro años para ser conocidos y reconocidos por sus votantes. De ahí, su renuncia a entrar al trapo en esta campaña.

«El PP está haciendo una campaña Pikolín, desde la cama», dicen fuentes del PSOE

Así expresó ayer Arenas esta idea: 'Mientras el PP hace la campaña en la calle, los dirigentes socialistas ni siquiera se han bajado de los coches oficiales'. El PP, que nunca ha gobernado la Junta, ha adoptado en Andalucía, por necesidad, cierto perfil municipalista.

En el PSOE, en cambio, sólo repite Carmen Peñalver, alcaldesa de Jaén. La apuesta por la renovación impulsada por Griñán pretende también dar un impulso al partido a escala local que perdure en el medio y el largo plazo. A todos sus candidatos les ha pedido cuatro años, tanto si ganan como si pierden. El PSOE, consciente de que empezó la campaña remando, trata por todos los medios de movilizar a los indecisos.

Lo intenta con el tradicional discurso de los recortes, presentando y aprobando medidas sociales, apelando al voto para salir de la crisis, mentando el miedo a la derecha, planteando propuestas barrio a barrio, recordando las cosas que se han hecho bien en las ciudades donde gobiernan, pero nada parece dar resultado, a la vista de las encuestas. 'El PSOE hace una campaña basándose en propuestas y el PP en encuestas. Están no en la mayoría absoluta, sino en la euforia absoluta. Han renunciado a debatir', analizan fuentes socialistas. En los cuarteles del PSOE aún confían en sacar de sus casas a los indecisos y, aunque asumen que las alcaldías de Granada, Almería, Cádiz y Córdoba están muy cuesta arriba, creen en la victoria en Jaén, que el partido está abierto en Sevilla, y que en Málaga y en Huelva van a mejorar.

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