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Nueve jóvenes pueden ir a prisión por exigir una vivienda digna

El fiscal les acusa de atentado a la autoridad en unos incidentes tras una concentración en Madrid en 2006

ELENA HERRERA

'Fue un golpe de realidad de repente. Todo esto ha modificado mi vida y la de mis familiares, que son los que más han sufrido'. Hace casi seis años, el 22 de mayo de 2006, Manuel H. P., un joven ingeniero informático, participó en una protesta en la Puerta del Sol de Madrid en la que se reclamaba el acceso de los ciudadanos a la vivienda.

En la concentración, varios asistentes fueron detenidos, Miguel entre ellos, tras enfrentarse presuntamente a la Policía y arrojar botellas, piedras, adoquines, vallas y otros materiales a los agentes. Por estos hechos, la Fiscalía pide entre seis años y cinco años y dos meses de prisión para nueve de ellos. El Ministerio Fiscal estima que los imputados incurrieron en delitos de atentado contra la autoridad y desórdenes públicos, así como varias faltas de lesiones.

Varios procesados denunciaron haber sido detenidos con brutalidad

Con la sensación de haber sido castigados antes de que se llevara a cabo el juicio llevan cinco años teniendo que comparecer cada 15 días ante el juez, los jóvenes se sentaron ayer en el banquillo de los acusados, donde todos negaron las agresiones.

Según el escrito del fiscal, Manuel H. P. lanzó dos adoquines a sendos agentes a los que causó contusiones por las que tuvieron que estar un día de baja. El acusado negó los hechos y denunció la brutalidad de los agentes durante su detención. 'Me rompieron el labio contra el suelo', aseguró. Manuel se enfrenta a seis años de cárcel, al igual que David Y. M., también acusado de lanzar una piedra a un policía al que presuntamente provocó una contractura.

Para la defensa de David Y. M., este hecho demuestra la 'falta de credibilidad' del policía supuestamente herido porque, según su criterio, el impacto con una piedra del tamaño de un puño, a unos 15 metros de distancia, dejaría algún tipo de marca externa, no una lesión de tipo muscular. No obstante, el agredido reconoció en la vista al supuesto agresor.

Los imputados llevan más de cinco años personándose cada 15 días ante el juez

Por su parte, las tres jóvenes acusadas Ainhoa G. F., Aroa G. J. y Cristina C. S. reconocieron haber participado en la concentración, de cuya convocatoria se enteraron a través de la prensa, si bien negaron haberse enfrentado a la Policía. Fueron detenidas en la Plaza de Oriente, donde se desplazaron muchos de los concentrados cuando la Policía les permitió salir de Sol.

Según su relato, un policía les pidió que las acompañara después de que una de ellas tropezara debido a la gran afluencia de gente y las otras dos se pararan a auxiliarla. 'Al principio no pensé que se tratara de una detención. Iban tres mujeres caminando con un policía', aseguró después un amigo de las acusadas que es profesor en la Universidad Complutense de Madrid y que intervino como testigo. Otros dos chicos fueron arrestados en ese mismo espacio, en las inmediaciones de Ópera. 'Cuando me detuvieron no entendía la situación, no tenía ningún sentido. Me entregué y puse los brazos en cruz', aseguró uno de ellos, Ángel T. S., que también negó haberse enfrentado a los agentes.

Otros procesados, algunos de ellos detenidos dentro de un bar del centro de Madrid, negaron incluso haber participado en la concentración y también denunciaron la actuación de los agentes. 'Me estiraron de la coleta y me estamparon la cara contra el furgón', afirmó uno de ellos.

Decenas de compañeros, amigos y familiares acompañaron a los procesados durante toda la mañana en una concentración que también apoyó el 15-M. Hoy está previsto que se celebre la segunda sesión de la vista oral, por lo que volverán a reunirse desde las nueve de la mañana ante el Juzgado de lo Penal.

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