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Los últimos de Filipinas

Castilla-La Mancha o el sitio de Baler

ERNESTO EKAIZER

La división Panzer del PP se sitúa hoy, último día de campaña, en el escenario de batalla crucial desde el punto de vista de la comunicación política. Por eso, Rajoy estará presente junto a Dolores de Cospedal en Ciudad Real, donde el PP no ha podido cantar victoria, y en Guadalajara, provincia donde necesita rematar su triunfo anunciado para conquistar Castilla-La Mancha.

José María Barreda, por su parte, clausura su campaña en Toledo, junto al alcalde y candidato, Emiliano García Page, y en Guadalajara, junto a Magdalena Valerio, aspirante a la alcaldía. En relación a los famosos, es decir, dirigentes nacionales del PSOE, Barreda termina como empezó: solo ante el peligro.

La victoria o el ciclón se verá en Extremadura y en Castilla-La Mancha

La frontera, para el PP, entre la victoria agridulce y un ciclón electoral pasa, por cuál de los dos grandes partidos se hace con Castilla-La Mancha, una comunidad gobernada durante prácticamente una generación. Porque todo indicaría que en Extremadura, la otra histórica del PSOE, el PP no conseguiría obtener la mayoría absoluta para desalojar a los socialistas. En Extremadura, como en Castilla-La Mancha, el PSOE gobierna desde 1983. Se dice pronto: 28 años.

El eslabón más débil de la cadena del PSOE en Castilla-La Mancha es Guadalajara, donde los socialistas necesitan empatar a cuatro en número de escaños, lo cual, siempre en la hipótesis de obtener la victoria en Ciudad Real, tierra de Barreda, permitiría ganar la comunidad. Aunque si uno bucea también hay otras provincias que deberían sacar fuerza y remar a favor.

Y en ese descenso al terreno de lucha en la comunidad lo que se advierte es que los socialistas son un ejército desorganizado, acosados por la idea de una derrota general, fuera de su territorio, por adelantado. Por la idea de que tanta desmoralización y abstención, será difícil de parar. Castilla-La Mancha está reeditando el sitio de Baler, el último contrafuerte español en la guerra hispano-estadounidense de 1898.

Los partidos están preocupados por el efecto de las movilizaciones

Y, si bien, todavía tiene adeptos la impresión de que se gana o pierde Castilla-La Mancha por un puñado de votos en Guadalajara, puede ocurrir que las cosas no vayan por ahí, que la marea general contra el PSOE se exprese también más ampliamente en la región.

Los partidos siguen preocupados por hacer el balance de pérdidas y ganancias que puede provocar las movilizaciones en Tahrir, perdón, la Puerta del Sol, cuya foto ha dado la vuelta al mundo. Los socialistas saben que no les favorece. Más bien al contrario. Y el PP trata de reeditar la jornada del 13-M de 2004, arrimando esta vez el ascua a su sardina. A saber: todo lo que plantean los manifestantes es lo que, según González Pons, sostiene el PP.

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