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El auge de partidos prorrusos preocupa a la UE a tres meses de las elecciones europeas

La populista de izquierdas alemana Sahra Wagenknecht, que acaba de formar su propio partido, es la última política en apostar por un apaciguamiento con Moscú.

Sahra Wagenknecht, líder del partido Alianza Sahra Wagenknecht (BSW), en una foto de archivo
Sahra Wagenknecht, líder del partido Alianza Sahra Wagenknecht (BSW), a 14 de febrero de 2024. Reuters

Ursula von der Leyen ha marcado recientemente su línea roja de cara a los pactos de la próxima legislatura si repite al frente de la Comisión Europea: no trabajará con "amigos de Putin". Superados los dos años de guerra en Ucrania, la Unión Europea está acusando un auge de políticos con discursos pro-rusos que van desde Alemania hasta Bulgaria. Y todo ello amenaza ya con tener un fuerte impacto en la nueva configuración del Parlamento Europeo que dejen las elecciones del próximo mes de junio.

"Para mí es importante trabajar con pro-europeos, pro-OTAN y pro-Ucrania. Con los que defiendan claramente los valores democráticos (...) Aquellos que defiendan la democracia contra los euroescépticos y que defiendan nuestros valores contra los amigos de Putin, son con los que quiero trabajar", aseguró Von der Leyen la semana pasada en la presentación de su candidatura para revalidar su cargo con las riendas del Ejecutivo comunitario. Era un aviso a navegantes al grupo de Conservadores y Reformistas (ECR), que tiene en sus filas a delegaciones euroescépticas, pro-rusas y que atacan el Estado de Derecho. Y con el que el Partido Popular Europeo tantea una alianza.

Según una encuesta del ECFR, los partidos populistas antieuropeos ganarían las elecciones en nueve Estados miembros

Una encuesta reciente difundida por el European Council of Foreign Relations (ECFR) anticipa que los partidos populistas antieuropeos ganarán los comicios en nueve Estados miembros (Austria, Bélgica, República Checa, Francia, Hungría, Italia, Países Bajos, Polonia y Eslovaquia) y estima que ocuparán el segundo o tercer puesto en otros nueve países (Bulgaria, Estonia, Finlandia, Alemania, Letonia, Portugal, Rumanía, España y Suecia). El sondeo prevé que nuevos partidos prorrusos entrarán en el Hemiciclo, lo que podría obstruir y menguar la ayuda a Ucrania o su camino hacia el ingreso en el bloque comunitario.

La última en subirse a este carro ha sido la alemana Sahra Wagenknecht, que acaba de fundar un nuevo partido político, que lleva su nombre. La carismática Wagenknecht se ha escindido de su familia, la izquierda de Die Linke, para comenzar un proyecto al que ella misma describe como "conservador de izquierdas". Muchos se refieren a ella como una populista de izquierdas.

Su programa tiene una base progresista en lo económico, pero es anti-inmigración y pro-ruso. Las elecciones europeas serán su primer termómetro y examen. Las encuestas previas anticipan que, en sus primeros comicios, la Alianza Sahra Wagenknecht (BDW, por sus siglas en alemán) se hará con un buen resultado. La que fuera una comunista en sus inicios, describió recientemente en una entrevista con el rotativo Spiegel cuál es su visión sobre lo que está ocurriendo en Ucrania y lo que debería hacerse: su apuesta en el corto plazo pasa por acordar un alto al fuego, congelar el conflicto en la actual línea de frente y celebrar referéndums en todo el territorio, incluido los ocupados por Rusia.

Wagenknecht rechaza que se culpe a Putin de la muerte de Alexei Navalni

Su discurso pivota en pedir el fin de la guerra. Si bien se describe como no simpatizante del presidente ruso, rechaza que se le culpe de asesino de la muerte del opositor Alexei Navalni, que falleció recientemente en una cárcel de máxima seguridad en el Ártico.

Esta misma postura es la que han defendido los líderes de los grupos de extrema derecha en Alemania o Italia. Mientras que la UE ha cerrado filas considerando a Vladimir Putin como el responsable último de la muerte del disidente, Alternativa para Alemania (AfD) lo ha calificado como una imputación "insoportable". En Roma, la Liga de Matteo Salvini afirmó que solo los "jueces y médicos" tenían la potestad de determinar las causas del fallecimiento.

De Sofía a París

El caso búlgaro es quizá el que mejor representa el nuevo escenario. El partido ultraderechista y pro-ruso Vazrazhdane ha ido ganando popularidad en medio de una crisis política que ha llevado al país a celebrar cinco elecciones en los últimos tres años. De la primeras a la quintas urnas pasó de aglutinar un 3% a un 14% consolidándose en el bronce de partidos más votados.

 Vazrazhdane entraría por primera vez en el PE este junio, según los sondeos

Los sondeos predicen que entrará por primera vez en el Parlamento Europeo tras las elecciones de junio. Por lo pronto, Vazrazhdane, acaba de unirse a la familia de Identidad y Democracia (ID) -en la que se encuentran AfD o Reagrupamiento Nacional de Marine Le Pen-. Y lo ha hecho pocos días después de visitar Moscú por invitación del partido de Putin. En paralelo, una investigación periodística reveló hace semanas que la eurodiputada letona Tatjana Zdanovka habría espiado para Rusia durante dos décadas.

En esta pugna entre ID y ECR por liderar la ultraderecha euroescéptica en la Eurocámara, el otro movimiento que se ha producido es la entrada del partido francés Reconquete, encabezada por el polémico Eric Zemmourm a la familia de los Conservadores, donde se circunscribe Vox. Zemmour es un admirador de Putin, al que ha calificado como un gran patriota.

En el otro grupo de extrema derecha gala, el que capitanea Le Pen, también se perciben mensajes más laxos hacia Rusia. Es extraño que los partidos políticos hablen abiertamente de apoyar la invasión de Rusia, les restaría votos en una población que de forma abrumadora se opone a la guerra que inició Putin. Lo que sí está emergiendo es un discurso como el que encabezan Le Pen o Víktor Orbán, que aseveran que las sanciones son contraproducentes, cuestionan la ayuda militar y financiera a Kiev y sostienen que es imperativo encontrar una solución de paz y sentarse a negociar con Putin.

Entre las delegaciones que conforman el grupo de La Izquierda también prevalece esta opinión. "La OTAN es una máquina de guerra empapada de sangre. La UE no debería tener nada que ver con ella. Deberíamos trabajar por la paz y no por la guerra", afirmó el irlandés Mick Wallace, en respuesta a las declaraciones de Jens Stoltenberg, secretario general de la Alianza, asegurando que Ucrania formará parte del foro militar.

Los movimientos que preocupan en los sillones de las Gobiernos nacionales llevan a Eslovaquia y Austria. El pro-ruso y populista Robert Fico se hizo con la victoria en las elecciones de septiembre confirmando a Bratislava como el gran aliado de Orbán en la mesa del Consejo Europeo.

Robert Fico  llegó a sugerir en una entrevista reciente que Kiev debía ceder parte de su territorio a Moscú

Ambos unen fuerzas para frenar las ayudas a Ucrania y suavizar el tono con Rusia. Fico llegó a sugerir en una entrevista reciente que Kiev debía ceder parte de su territorio a Moscú. Por su parte, los ciudadanos austriacos acuden a las urnas en otoño con el ultraderechista Partido de la Libertad (FPÖ) en lo más alto, según las encuestas. Sus diputados llevan en Viena una intensa campaña contra las sanciones europeas a Moscú y abandonaron la cámara cuando intervino por videoconferencia el presidente ucraniano Volodimir Zelenski.

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