Este artículo se publicó hace 2 años.
La carrera a la reelección de Biden, bajo la sombra de la desconfianza por su estado de salud
A punto de cumplir 80 años, el presidente insiste en demostrar que está en plena forma y repite que se presentará a un segundo mandato pese a sus continuos deslices y errores. Los votantes demócratas y la prensa lo ven demasiado mayor.
Jorge Otero Maldonado
Madrid-
Joe Biden, presidente de Estados Unidos, volvió a protagonizar este pasado martes un nuevo desliz al llamar al nuevo primer ministro británico, Rishi Sunak, "Rashid Sanook". Un desliz que vuelve a poner en primera plana un debate recurrente en la política estadounidense, el de si Biden es demasiado mayor para ser presidente del país.
La confusión con el nombre de Sunak es por ahora el último gazapo de una lista que tras casi dos años de mandato se está haciendo muy larga. Son ya habituales sus desorientaciones en público, como si no supiera dónde ir o a quién dirigirse tras bajarse del estrado, así como sus lapsus durante sus discursos. Uno de los más sonados ocurrió el pasado mes de septiembre, cuando en un acto público, Biden buscó en la sala a una congresista demócrata que había muerto en un accidente de tráfico un mes antes.
A punto de cumplir 80 años en noviembre, Biden insiste en que está en plena forma. En ese sentido, sus informes médicos son impecables y le dan la razón: no existe evidencia alguna de demencia senil, pese a que se ha especulado con esa posibilidad. Es más, sus partidarios aseguran que Biden lleva metiendo la pata desde que entró en política hace más de 50 años y que sus despistes y errores son marca de la casa del personaje.
Las dudas que suscita su edad entre la prensa estadounidense no amedrentan a Biden. Casi desde el primer día que pisó el despacho oval de la Casa Blanca, el presidente repite que se presentará a la reelección en 2024, cuando tenga 82 años. Lo volvió a decir en una entrevista con la cadena televisiva MSNBC emitida el pasado 23 de octubre que ha tenido mucha repercusión en los medios estadounidenses.
"Tengo buena salud. Físicamente todo sigue funcionando bien, y mentalmente también. Creo que es legítimo preocuparse por la edad de cualquier persona, incluida la mía, pero mírame, ¿estoy disminuyendo la velocidad? ¿No tengo el mismo ritmo?... Tengo mucho respeto por el destino, podría contraer una enfermedad mañana, podría, ya sabes, morirme mañana", dijo Biden al periodista cuando le preguntó por el asunto de su edad.
En esa misma entrevista, Biden añadió que, en su opinión, debería ser juzgado por su vigor y su nivel de energía en el trabajo en lugar de por su edad: "Creo que la gente debería mirar y decir: '¿Puede seguir teniendo la misma pasión por lo que está haciendo?'".
Esa es, precisamente, la pregunta que se hace todo el mundo, pero quizás la respuesta de los medios y de la ciudadanía no guste al mandatario estadounidense. El pasado mes de julio, el diario The New York Times publicó una encuesta que señalaba que sólo el 26% de los votantes del Partido Demócrata apoya la nominación de Biden para 2024. La edad se citó como la principal razón para oponerse a su reelección.
Lo cierto es que Biden se enfrenta a la desconfianza de la prensa estadounidense y de buena parte del electorado para renovar su mandato. Entre los medios más escépticos está The New York Times. El prestigioso diario publicó en julio un artículo de su corresponsal jefe en la Casa Blanca que resulta muy ilustrativo. Con el título de A los 79 años, Biden está probando los límites de la edad y la presidencia, el artículo informaba cómo el equipo del presidente de Estados Unidos acomoda su agenda para que el mandatario pueda descansar el mayor tiempo posible, evitando trabajar en la medida que se pueda por las noches y los fines de semana.
En este sentido, el artículo informaba de que es conocido en los mentideros políticos de Washington que los ayudantes de Biden lo vigilan de cerca y que viven en un estado de permanente alarma ante el temor a un nuevo tropezón. "A menudo arrastra los pies cuando camina, y los ayudantes temen que se tropiece con un cable. Tropieza con las palabras durante los eventos públicos, y contienen la respiración para ver si llega al final sin un error", se puede leer en dicho artículo.
Fuentes de la Casa Blanca reconocían en ese mismo artículo que Biden "parece más viejo que hace unos años" y que la cuestión de su edad "no puede resolverse con las estratagemas tradicionales de la Casa Blanca, como reestructuraciones de personal o nuevos planes de comunicación".
Aunque Biden todavía exhibe un nivel de energía y de vigor muy por encima de un hombre de su edad, las informaciones periodísticas no dejan de recordar que es el presidente más viejo de toda la historia del país y lo comparan recurrentemente con Ronald Reagan, el segundo más viejo en el puesto y que en los últimos meses de su mandato empezó a mostrar los primeros síntomas de la enfermedad de Alzheimer. El asunto de su edad se ha convertido en un tema incómodo para Biden y para el propio Partido Demócrata: pese a su optimismo, el presidente estadounidense está jugando un partido contra el tiempo que no puede ganar.
Comentarios de nuestros suscriptores/as
¿Quieres comentar?Para ver los comentarios de nuestros suscriptores y suscriptoras, primero tienes que iniciar sesión o registrarte.