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La 'guerra' de cometas incendiarias en Gaza

Los palestinos operan desde hace algunas semanas con un método de guerra nuevo pero primitivo: lanzan cometas y globos incendiarios contra Israel desde la Franja de Gaza. Esto no representa una amenaza existencial para el Estado judío pero sí es una molestia que se concreta varias veces al día. El Gobierno israelí ya ha tomado las primeras represalias.

Un hombre apaga un incendio en Kibbutz de Kissufim, a lo largo de la frontera con la Franja de Gaza, provocado por material inflamable adherido a un globo de helio. / AFP - MENAHEM KAHANA

EUGENIO GARCÍA GASCÓN

El sol no hace mella en Dani Rachmim, un veterano agricultor plantado en medio de un trigal que pertenece al kibutz Nahal Oz, situado al lado de la Franja de Gaza. Rachmim muestra el campo semidevastado por un incendio que hace unos días causó una cometa lanzada por los palestinos desde el otro lado de la verja y que ha echado a perder alrededor de una hectárea del cultivo. En cualquier caso, asegura el agricultor, el Gobierno israelí indemnizará al kibutz por los daños.

El lanzamiento de cometas y globos incendiarios se ha convertido en una de las actividades más comunes de los palestinos de Gaza. El domingo causaron una decena de incendios, y cada día ocurre algo similar, excepto los viernes, cuando hay más incendios. Es una actividad de muchos palestinos, que se ha popularizado desde el mes de abril.

Existen muy diversos métodos para lanzar las cometas y los globos incendiarios. Uno de los sistemas más populares consiste en lanzar el globo con una mecha adherida que se va consumiendo lentamente, muy poco a poco, mientras el globo realiza su recorrido, hasta que la mecha se consume completamente y el globo cae a tierra provocando el incendio con el combustible que transporta. El ingenio de los fabricantes de las cometas no conoce límites en cuanto a los métodos usados.

Israel adopta una nueva medida de castigo colectivo que tendrán que soportar los habitantes de la Franja de Gaza

El lunes, el Gobierno israelí adoptó una decisión para detener las cometas: a partir de ahora, el paso de Kerem Shalom, la única entrada comercial de la Franja de Gaza, permanecerá cerrado para todo tipo de mercancías, con excepción de alimentos y medicinas. Otra medida de castigo colectivo que tendrán que soportar los casi dos millones de habitantes de la Franja.

No ha sido la primera represalia. Hace un par de semanas el Ejército israelí bombardeó una instalación en la que un grupo de palestinos preparaban cometas. El ataque no causó víctimas, pero desde el Gobierno ya hay voces, como la del ministro de Educación, Naftali Bennett, que piden que se empiece a disparar contra aquellas personas que vuelen cometas y no "cerca de ellas". Asimismo, una comisión del Parlamento aprobó una propuesta del primer ministro, Benjamin Netanyahu, para que las autoridades israelíes se queden con parte de los impuestos que recaudan en nombre de la Autoridad Palestina para compensar los daños provocados por las incendios.

El kibutz Nahal Oz fue un campo militar tras el establecimiento del Estado judío en 1948. Tres años más tarde los soldados dieron paso a los civiles y se transformó en kibutz. Rachmim recuerda que en otros tiempos, antes de la primera intifada, nada separaba a los israelíes de los palestinos y él mismo iba a Gaza a comprar pescado o a reunirse con sus “amigos”.

Desde el trigal se ven perfectamente las poderosas máquinas que están excavando en la frontera con Gaza para colocar un “obstáculo” o muro subterráneo de 40 metros de profundidad y evitar la infiltración de comandos de Hamás, como ocurrió durante la última guerra de 2014. Se espera que dentro de un año o año y medio esa muralla subterránea se complete.

Un globo cargado con bombas incendiarias lanzado hacia Israel a lo largo de la frontera entre Gaza e Israel. / AFP- MAHMUD HAMS

Un globo cargado con bombas incendiarias lanzado hacia Israel a lo largo de la frontera entre Gaza e Israel. / AFP - MAHMUD HAMS

Las cometas voladoras son más aparatosas que efectivas, pero constituyen la última arma que los palestinos han descubierto, un arma extremadamente barata, aunque también imprecisa, que causa incendios de este lado de la frontera pero que no ha causado ninguna muerte ni ningún herido en las poblaciones israelíes de la zona.

Cualquiera puede encontrarlo extraño pero Rachmim está satisfecho con la situación actual. “Los palestinos nos quieren echar, pero desde la última guerra han venido más israelíes al kibutz de los que se han ido. Es cierto que algunas familias nos han dejado pero hay más que se han asentado aquí. Por eso digo a todo el mundo que hemos ganado la guerra”.

A unos pocos kilómetros del kibutz esta la Flecha Negra, una posición junto a la cual hay un puesto de control de cometas y globos. Varios soldados, con la ayuda de teleobjetivos, escrutan el cielo permanentemente, esperando detectar cometas incendiarias. Los palestinos, que al principio lanzaban las cometas desde la verja, ahora lo hacen desde mucho más adentro, de manera que resultan difíciles de detectar.

El teniente coronel Yom Tov Samia, que acaba de licenciarse, echa un vistazo a la Franja de Gaza, un territorio que conoce muy bien, del que se encargaba hasta hace poco tiempo. “Cuando comenzaron a lanzarse las cometas, fue una sorpresa para Israel, y todavía no se ha hallado una respuesta satisfactoria para esta amenaza”, reconoce.

Yom Tov Samia, teniente coronel: "Hay casos de cometas que han llegado a 50 kilómetros"

“Empezaron lanzando cometas corrientes pero poco a poco, conforme han ido avanzando las semanas, han sofisticado los métodos. Ahora una cometa puede llegar a muchos kilómetros de distancia antes de caer a tierra. Hay casos de cometas que han llegado a 50 kilómetros. Eso apenas les supone a los palestinos un gasto ínfimo, y ahora se ha puesto de moda enviar varias cometas o globos en grupo, aprovechando el viento favorable que siempre viene desde la Franja de Gaza a Israel”, dice el teniente coronel.

Hace unos días un grupo de israelíes intentó pagar a los palestinos con la misma moneda y lanzaron al aire, con dirección a la Franja, varias cometas incendiarias. Sin embargo, el viento las devolvió a Israel y una de ellas prendió fuego en un campo de cultivo de un kibutz. El experimento tuvo que suspenderse.

“En un día pueden enviar hasta cien cometas. Son jóvenes de 15, 16 o 17 años. La mayoría de las cometas las intercepta el ejército, pero hay unas cuantas que llegan a su destino. Creo que en el futuro inmediato no va a cambiar mucho la situación: las cometas serán cada vez más sofisticadas y pasará tiempo hasta que se les encuentre una solución”, continúa Samia.

Según el teniente coronel, en Israel hay “millares de personas” ocupadas en hacer frente a las cometas: soldados, bomberos, civiles de todo tipo que son voluntarios que llegan de todo Israel en muestra de solidaridad. Muchos se sientan alrededor de la Franja para mirar al cielo y detectar las cometas y los globos.

El ejército calcula que Hamás ha destinado a la construcción de túneles más de 1.000 millones de dólares en los últimos diez años. “Lo de las cometas es algo distinto. Con apenas unos pocos shekels cualquier niño palestino diestro puede hacer una cometa capaz de cargar con kilos de material inflamable”, dice el teniente coronel.

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