Este artículo se publicó hace 4 años.
Coronavirus en la UEEspaña busca amarrar un plan de choque europeo anticrisis de medio billón de euros
Los coronabonos quedan descartados en la respuesta a corto plazo al coronavirus que los ministros de Finanzas de la UE tratan de acordar esta tarde en una reunión a distancia.
Ivo Alho Cabral
Bruselas-Actualizado a
La aprobación de un plan de choque a corto plazo para hacer frente a la crisis económica que ha traído consigo el coronavirus es el principal objetivo de la vicepresidenta del Gobierno, Nadia Calviño, en la video-reunión que mantiene desde las cuatro de la tarde con sus homólogos europeos. El plan consiste en una "triple red de seguridad" europea que proporcionará liquidez a gobiernos, empresas y trabajadores a través de préstamos y avales que alcanzarían unos 500.000 millones de euros en total para toda la Unión.
El plan consistirá en tres vértices. El primero es la creación de una "línea de liquidez para la pandemia" a cargo de los fondos del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), el fondo de rescate creado durante la crisis financiera, por un total de 240.000 millones de euros. La idea, que ya estaba avanzada en la anterior reunión del Eurogrupo hace dos semanas, consiste en ofrecer préstamos de hasta el 2% del PIB, que en el caso de España podrían alcanzar los 24.000 millones de euros. Aunque Calviño ha descartado que España esté en necesidad de pedir ayuda de ningún tipo al MEDE, la sola creación del instrumento podría funcionar como "red de seguridad" que calmaría a los mercados.
El gran caballo de batalla será la llamada "condicionalidad", ya que España e Italia temen la vuelta de la troika y los hombres de negro que ya se vieron durante la crisis financiera, para asegurarse de que los países que recibían esos préstamos cumplían con una serie de reformas estructurales asociadas.
Calviño rechaza cualquier condicionalidad que vaya más allá de que los fondos se usen para hacer frente a la actual crisis y a que el Gobierno siga cumpliendo las normas de estabilidad presupuestaria europea como hasta ahora. En cualquier caso, España no quiere nada de programas de reformas estructurales y recortes estigmatizantes para los que pidan la ayuda.
Que se apruebe el uso del MEDE sin condiciones extra como defiende España no está del todo claro. Por un lado, el ministro alemán de Finanzas alemán, Olaf Scholz ahora sí es partidario de usar el MEDE sin reinvocar a la troika. "No necesitamos ninguna troika ni controladores ni ninguna comisión que elabore programas de reforma para un país determinado, sino ayuda ágil y bien enfocada. Eso es justamente lo que puede ofrecer el MEDE si lo seguimos desarrollando con sensatez", escribía este fin de semana en una tribuna en El País.
Pero Italia, que no se fía y por eso no quiere oír hablar del MEDE, no quiere que se use el fondo de rescate para la crisis del coronavirus en ningún caso. En el otro extremo, el ministro de Finanzas holandés, Wopke Hoekstra, se ha vuelto a mostrar duro en su posición de que los préstamos deban llevar reformas aparejadas. "Es razonable y sensato que ofrecer dinero vaya de la mano de reformas y acuerdos", ha dicho esta mañana en su parlamento nacional.
Los otros dos componentes de esa red de seguridad parecen menos conflictivos a priori. El segundo vértice sería la creación de un fondo europeo de avales que sería gestionado por el Banco Europeo de Inversiones, para otorgar préstamos directos a empresas que lo estén pasando mal por un valor de hasta 200.000 millones de euros. Para ello, el fondo necesitaría de 25.000 millones de euros en avales que las capitales comprometerían en proporción con el tamaño de su economía. Es decir, Alemania y Francia serían quienes más dinero pondrían.
El tercer puntal será un sistema de reaseguro de desempleo específico, por valor de hasta 100.000 millones de euros. Una iniciativa que ya presentó la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, la semana pasada. (https://www.publico.es/internacional/bruselas-anuncia-fondo-milmillonario-evitar.html) Los préstamos, a tipos muy bajos, irían dirigidos a los Estados para que puedan financiar reducciones de jornada para los trabajadores afectados por la crisis, de manera que estos no pierdan sus empleos. Para ello, las capitales tendrían que poner otros 25.000 millones de euros en avales. "Tras años tejiendo redes de seguridad para las entidades financieras, es preciso establecer redes de seguridad para las personas", ha dicho Calviño antes de la reunión. La propuesta es una vieja reivindicación de España, pero tendrá solo carácter temporal para responder a la crisis del coronavirus.
Queda descartada para esta tarde la aprobación de coronabonos o cualquier tipo de emisión de deuda común. El Gobierno sigue defendiéndolos, pero prefiere centrarse en la aprobación de ese paquete a corto plazo primero y avanzar en la respuesta a medio plazo más adelante, de la que formarían parte los bonos comunes. Calviño se conformará esta tarde con una "referencia" en las conclusiones del Eurogrupo, algo que choca con la defensa a ultranza que siguen haciendo los italianos de los bonos, tal y como escenificaba el primer ministro Giuseppe Conte en una rueda de prensa este mismo lunes por la tarde. La oposición que despiertan en países como Holanda y Alemania lo hacían difícil hoy, pero la idea no queda descartada en el medio plazo, para ayudar a la recuperación post-crisis.
De aprobarse el plan a corto plazo esta tarde, los jefes de Estado y de Gobierno de los 27 volverían a reunirse en la enésima cumbre telemática de las últimas semanas para dar su visto bueno a las medidas. Eso, si el Eurogrupo consigue cerrar el difícil encaje de bolillos que es acomodar los intereses de todos. Hace dos semanas los líderes ya devolvieron la pelota a sus ministros de Finanzas ante la posibilidad de llegar a ningún acuerdo.
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