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Extrema derecha La extrema derecha americana confía en Telegram para propagar sus conspiraciones y reclutar adeptos

Las maquinaciones para alterar la realidad sobre la Covid-19 han sido el catalizador de la radicalización de los grupos de extrema derecha en EEUU y Telegram, el canal favorito para abducir a sus acólitos, entre los que ha irrumpido la misoginia, el antisemitismo y la islamofobia.

Asalto al Capitolio
Participantes del asalto al Capitolio registrado el pasado 6 de enero. EFE

Al terminar el año del intento de asalto al Capitolio, la máxima expresión de la radicalización del trumpismo y del fanatismo del movimiento QAnon, no debería verse como una anécdota política en una de las cunas de la democracia del mundo. Como creen o pretenden transmitir gran parte de sus correligionarios o de los blanqueadores de la extrema derecha nacional-populista. Porque el riesgo de que estos movimientos alcancen el poder, bajo las falsas banderas de la democracia, la libertad y la justicia para acabar, en realidad, con los modelos políticos y las instituciones que amparan estos principios y valores es cada vez más elevado. A juzgar por un reciente informe del Institute for Strategic Dialogue, think-tank con sede en Londres, en el que se asegura que los grupos de la derecha radical estadounidense utilizan la Covid-19 como el asunto sobre el que gravitan sus teorías conspiranoides y sobre el que difunden mensajes cargados de misoginia, de antisemitismo y de islamofobia, esencialmente.

En su batalla por divulgar falacias y las fake news, Telegram es el canal favorito de operaciones. La aplicación fundada por Pável Dúrov, registrada en Rusia y, para no pocos expertos en redes sociales, protegida por el Kremlin, pese al supuesto conflicto entre Vladimir Putin y los jerarcas de la app por conseguir, el primero, y proteger, los segundos, el derecho a no compartir datos, es, holgadamente, la más utilizada por grupos de la extrema derecha americana. En casi todas sus múltiples versiones. Porque el estudio de Ciarán O'Connor, analista del ISD, ha sondeado 231 de los 239 canales de Telegram supervisados en el trabajo de campo del informe. Mensajes que fueron dirigidos específicamente a reclutar adeptos con sus visiones extremistas. Nueve de cada diez de ellos contenían información tergiversada o falsa sobre la eficacia de las vacunas contra la Covid-19 o sobre manipulación para el control mental de las personas por parte de las firmas farmacéuticas.

"La Covid-19 ha servido de catalizador de la radicalización" de estos movimientos, enfatiza O'Connor

"La Covid-19 ha servido de catalizador de la radicalización" de estos movimientos, enfatiza sin tapujos O'Connor, antes de matizar que, con estas confabulaciones "crean unas narrativas tan simples como eficaces" en manos de sus acólitos con las "confrontar posiciones y jugar al bueno y el malo, el santo y el diablo o poner en marcha la teoría de estás conmigo o contra mí". Entre estos mensajes, trasladan algunos como que "los judíos son embusteros" y que "ninguna verdad atraviesa sus labios" o que su opaca comunidad internacional "está detrás de Pfizer y Moderna". En línea con el argumento de Cynthia Miller-Idriss, directora del centro de investigación de la Universidad Amerciana Polarization and Extremism Research and Innovation Lab, para quien los casi dos años de pandemia "han creado el caldo de cultivo idóneo para el reclutamiento de personas alrededor del mundo que sienten el deseo de desestabilizar" el status quo, tal y como afirma a Associated Press, a propósito de su reciente estudio sobre el extremismo de derechas.

Este tipo de conspiraciones racistas otorgan a las personas un sentido de control, de poder sobre acontecimientos que les hacen asumir una seguridad en sí mismos sustentada en falsedades", destaca Miller-Idriss. En su opinión, "una teoría basada en confabulaciones, en medias verdades o falsedades bien armadas, que se convierten en falacias, y difundidas por canales adecuados puede llegar a crear en ellos la convicción de que un gusano o un parásito penetra a través de las mascarillas e incuba el Covid". Es un mensaje real -alerta- que llegó a sobrepasar las 147.000 visualizaciones, recoge Business Insider.

El monitoreo del ISD explora 239 canales de Telegram entre grupos extremistas, individuos con esta declarada posición ideológica y focos de conspiración que se movilizan entre los diferentes sistemas políticos y sociales de EEUU. De ellos, 167 generaron debates activos sobre la Covid-19 entre enero de 2020 y junio de 2021. Incluidos 133 de supremacistas blancos que propagaron el odio a las restricciones sociales que se impusieron para frenar la propagación del coronavirus. Y deja constancia del salto de suscriptores de Telegram desde el inicio de la epidemia. Entre otras razones, aunque, sin duda, la más importante, porque en esta red social "no existen protección ni barreras o quitamiedos como en otras plataformas", aclara O'Connor, lo que la hace "mucho más atractiva como hábitat para los extremistas".

"Este tipo de conspiraciones racistas otorgan a las personas un sentido de control, de poder sobre acontecimientos que les hacen asumir una seguridad en sí mismos sustentada en falsedades", destaca Miller-Idriss

En un comunicado oficial de Telegram recogido por AP la plataforma hace hincapié en la "libre circulación de expresiones e ideas -una clara alusión a la libertad y a los principios democráticos-incluidas aquéllas con las que no se está de acuerdo" y afirma que dispone de un equipo de moderadores de la actividad de sus usuarios que tiene como meta ineludible "retirar cualquier comentario violento".

Entre los acólitos de estos grupos de extrema derecha americana conviven con total impunidad seguidores trumpistas a los que tres generales de cuatro estrellas de EEUU en la reserva acaban señalan como focos de una probable insurrección civil en 2024. En las próximas elecciones a la presidencia del país. Si las unidades del Ejército en las que ha germinado una irreductible lealtad al líder republicano no son depuradas. Paul Eaton, Antonio Taguba y Steven Anderson lo acaban de advertir en las páginas de The Washington Post. En su tribuna conjunta hablan de la creciente preocupación por la próxima cita electoral, en la que observan "un potencial" movimiento para "crear un caos letal dentro de nuestro ejército". Y recuerdan que, en el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021, tuvo una presencia activa un "inquietante número" tanto de veteranos como de miembros en activo de las Fuerzas Armadas estadounidenses. "Bajo un escenario de tensión y conflicto, no es descabellado decir que podría desencadenarse un intento de golpe de estado militar que conduzca a una guerra civil".

En la primera mitad de la legislatura de Donald Trump, creció el número de altercados y delitos de odio en las jurisdicciones electorales donde consiguió el triunfo en la carrera presidencial de 2016.

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