Este artículo se publicó hace 3 años.
Grupos neonazis y fascistas usan las movilizaciones antivacunas como anzuelo para tratar de salir de la marginalidad
Democracia Nacional, España 2000 o Bastión Frontal llenan las redes de mensajes contra la "dictadura sanitaria". Activistas de ultraderecha participarán este domingo en una manifestación convocada en València. Vox también intenta capitalizar las protestas
Bilbao-Actualizado a
La ultraderecha se frota las manos y prepara las pancartas. En València, Roma o Viena, varios grupos radicales han aparcado momentáneamente sus habituales proclamas de odio contra las personas migrantes o el colectivo LGTBI para tratar de tirar de un reclamo con mayores probabilidades de éxito: un supuesto ataque del indefinido "globalismo" para instalar una gran "dictadura sanitaria" de proporciones mundiales. Paradójicamente, los amantes del totalitarismo invitan hoy a manifestaciones en nombre de la "libertad".
José Luis Roberto, líder indiscutido del partido ultraderechista España 2000, no tiene ningún inconveniente en autodenominarse fascista. Lleva más de media vida en los tugurios de la ultraderecha, acostumbrado a transitar por un largo y desierto camino en el que parecía imposible no sentirse numéricamente insignificante. Hoy las cosas son algo diferentes.
España 2000 digerirá este domingo los turrones en las calles de València. Lo hará junto a grupos como Policías por la Libertad, Resistencia Valencia o un hasta ahora prácticamente desconocido entramado Por la Verdad en sus más variados gremios: Padres por la Verdad, Médicos por la Verdad, Familias por la Verdad, Psicólogos por la Verdad o Biólogos por la Verdad.
Todos ellos protestarán "contra el pasaporte covid y la vacunación infantil". El partido ultraderechista que dirige osé Luis Roberto dice que en realidad convoca "el pueblo indignado, la sociedad civil harta de imposiciones, de prohibiciones, de mentiras". "Hartos de que nos impidan movernos con libertad, reunirnos con libertad y salir o entrar a la hora que libremente decidamos", dice el partido neofascista.
La campaña contra el Pasaporte Covid o la vacunación masiva también ha conquistado los corazones de Bastión Frontal, uno de los últimos experimentos ultraderechistas de marcado perfil neonazi. El argumentario de esa organización incluye ahora reiterados llamamientos contra las medidas sanitarias, un aspecto que busca explotar para conquistar nuevos simpatizantes.
La pandemia también ha agitado las bases de Democracia Nacional, el partido xenófobo que escenificaba su odio hacia las personas migrantes con un dibujo en el que una oveja blanca echaba de una patada a una oveja negra y que ahora habla en sus proclamas de "libertad".
"España es un experimento del globalismo", decía días atrás el máximo responsable de Democracia Nacional (DN), Pedro Chaparro –uno de los ultras condenados por el asalto a la librería Blanquerna–, durante una entrevista ofrecida a Las Voces del Pueblo. Desde este partido conspiranoico animan estos días a luchar contra la "dictadura sanitaria".
Nazis negacionistas
"Nada justifica ni la tercera dosis a los adultos, ni el pasaporte COVID, ni la vacunación infantil ni la increíble persecución y demonización de los no vacunados que están llevando a cabo los terroristas y desinformadores medios de comunicación", sostiene DN, que asegura además que "es más probable que tengas una reacción grave y adversa a la propia vacuna que 'morirte por covid' si es que alguien a estas alturas aún sabe exactamente lo que es el covid".
Los principales dirigentes de este partido han difundido varios mensajes de ese calado desde las redes sociales. A esa tarea también se ha sumado Pedro Pablo Peña, líder del partido neonazi Alianza Nacional, legal a día de hoy en España.
"Tienen plena conciencia de que la vacunación no inmuniza, que un vacunado con pauta completa puede contagiar, pero no soportan que haya más de cuatro millones de españoles que no se someten a su tiranía sanitaria", escribió recientemente este veterano activista hitleriano, conocido entre otras cosas por su negacionismo del Holocausto y por honrar a criminales nazis en las redes sociales.
La campaña ultraderechista contra las vacunas también cuenta con la participación de La Falange. "¿Todavía creéis que velan por nuestra salud? Es control social, es mero control de nuestras vidas a través de medidas ilegales. ¡No te dejes engañar! Piensa, sé libre", proclamaban el miércoles 22 desde Twitter.
"La extrema derecha ha inflado el tema del negacionismo y se ha beneficiado. Los negacionistas se han hecho de ultraderecha, y la ultraderecha ha visto engrosar sus filas de negacionistas", afirma Guillermo Fernández, politólogo y autor del libro ¿Qué hacer con la extrema derecha en Europa?, publicado en 2019 por la editorial Lengua de Trapo.
Vox y la libertad
Estas campañas de sectores ultraderechistas luchan también con un fantasma cercano que les persigue: el competidor inalcanzable que supone Vox, el primer experimento de la extrema derecha española que ha conseguido un verdadero éxito electoral, lo que profundizó aun más la marginalidad ya clásica de otros grupos y partidos minoritarios.
La formación liderada por Santiago Abascal también está radicalmente en contra del Pasaporte Covid en nombre de la "libertad". "Daremos lo mejor de nosotros mismos para seguir defendiendo los derechos y libertades de los españoles", afirmaba el martes 21 la diputada Macarena Olona.
En esa misma comparecencia, la representante ultraderechista anunció que su partido había presentado un recurso ante el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía contra el Pasaporte Covid. Si mañana hubiese elecciones autonómicas adelantadas en Andalucía, Olona podría ser la candidata de Vox a presidir el gobierno autonómico.
Aire internacional
Las protestas negacionistas alimentadas por la ultraderecha tienen su espejo en otros países de Europa. Uno de los ejemplos más recientes se registró en las calles de Viena, donde el partido de extrema derecha FPÖ ha encabezado las protestas de estas últimas semanas contra las restricciones para frenar el avance de la pandemia.
La formación neofacista italiana Forza Nuova, una de los principales aliadas de Democracia Nacional, también está inmersa en esa campaña negacionista. A día de hoy, ese grupo combina la campaña para pedir la libertad de su líder nacional, Roberto Fiore –encarcelado por su participación en el asalto a la sede del sindicato CGIL en Roma– con sus mensajes conspiranoicos sobre la pandemia.
Otro de sus principales dirigentes, Luca Castellini, participó por videoconferencia en las jornadas organizadas por Democracia Nacional el pasado 11 de diciembre en Madrid. "Somos el único partido en Italia que ha denunciado la dictadura sanitaria", afirmó el activista de ultraderecha durante su intervención.
"Los fuorzanuovistas están siendo perseguidos por su activismos y por este liderazgo político", aseguró. "Les llaman antivacunas, pero luchan de verdad por el pueblo italiano", dijo en otro momento del discurso.
"Ganar popularidad"
El objetivo de FN es explotar esta situación al máximo, algo que ya anticipaba un informe publicado por Miren Gutiérrez, periodista y profesora de Comunicación de la Universidad de Deusto, en el anuario 2020-2021 del Centro de Educación e Investigación para la Paz (CEIPAZ). "La covid-19 ha ayudado a ganar popularidad a la ultraderecha en Europa que, al no detentar el poder, no se ha desgastado en la gestión", señalaba la experta.
Gutiérrez subrayaba en su estudio que la ultraderecha, "tanto aquella pública como aquella semiclandestina", ha utilizado "el miedo despertado por la pandemia y ha empleado las capacidades ofrecidas por las plataformas para ampliar sus bases de forma masiva y sin precedentes, sin que ello signifique
que todas las personas que compran sus ideas sean de la derecha radical".
En el caso concreto de España, el politólogo Guillermo Fernández señala que desde la extrema derecha "han construido ese enemigo de un gobierno totalitario socialista antilibertades que, con el apoyo de los grandes magnates quiere controlar tu vida". "Con esos ganchos han logrado atraer a gente que en principio no estaba cercana a la ultraderecha", destaca.
De hecho, Fernández remarca que a día de hoy "hay un cierto contingente de españoles que nunca se habían visto seducidos por la ultraderecha y que a raíz de la pandemia y de la proliferación de teorías conspiranoicas han acabado apoyando a Vox".
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